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La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) reclama un Pacto del Estado por el Agua como una de las medidas estructurales necesarias para luchar contra la sequía y evitar el encarecimiento de los alimentos.
En este contexto, el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, y el secretario general de esta organización, Juan Valero de Palma, han trasladado a los medios de comunicación el plan de acción que acaban de presentar al Gobierno. Asimismo, han hecho balance de la situación actual y han exigido que deje utilizarse el agua como un arma en la batalla electoral.
Según los regantes, la situación es “muy complicada” y cultivos de secano (cereales, oleaginosas..) de la mitad sur peninsular ya están perdidos, sin prácticamente cosecha. En cuanto a los de regadío, hay cuencas como la del Guadalquivir, por ejemplo, con una dotación de 700 m3/ha que sólo da para regar poco más de 1 de cada 10 hectáreas y lleva al sector a una “ruina completa”, de acuerdo con las previsiones de Fenacore. Y, además, los daños económicos por las restricciones se elevarán, por tanto, en Andalucía a más de 3.000 millones de euros en la campaña de riego.
En el caso de las Cuencas Internas de Cataluña, y en zonas del Ebro, la coyuntura es igual de “desastrosa” que la del Guadalquivir, según Fenacore, mientras que en las cuencas del Guadiana y Segura también se van a enfrentar a “restricciones importantes en el riego”. En el resto de las cuencas, el contexto está empeorando “semana a semana”, pues estamos a inicio de campaña de riego y esta primavera está siendo de las más secas que se recuerdan. Todo ello se agravará, avisan los regantes, por la previsión de ausencia de lluvias para las próximas semanas.
Fenacore, que representa a más de 500.000 agricultores y más de 2 millones de hectáreas, defiende una batería de actuaciones urgentes y necesarias, en el marco de un Plan de acción coordinado contra la sequía que el Gobierno debe poner en marcha para garantizar la producción de alimentos y una contención de los precios. El contexto es tan alarmante que, tal y como recuerdan los regantes, hasta el propio ministro de Agricultura ha reconocido que es “muy difícil” hacer un pronóstico de cuándo bajará la inflación, debido a los efectos de la sequía en las distintas producciones agrarias.
En este sentido, los agricultores de regadío reclaman medidas tanto coyunturales -que ayuden a paliar los graves impactos que causan la sequía en los cultivos-, como estructurales, destinadas a prevenir y a hacer más resiliente a este sector frente a la sequía.
Entre las medidas coyunturales se encuentran las de tipo administrativas-fiscales como:
En el caso de las medidas estructurales destacan:
El papel de los regantes en el gabinete de crisis
Además de presentar todas estas medidas, Fenacore defiende el papel de los regantes en el gabinete de crisis contra la sequía que debería incumbir a los ministerios de Agricultura, Hacienda, Seguridad Social y Transición Ecológica. Porque, en su opinión, el regadío es parte de la solución, y no del problema. Y frente a la demonización y la campaña de desprestigio que sufren, los regantes destacan que ninguna población en España sufrirá restricciones de agua por los cultivos, ya que así lo recogen la propia Ley de Aguas y los Planes de Sequía de las Confederaciones Hidrográficas, que establecen claramente la prioridad de uso siempre para el abastecimiento.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “el regadío es el motor que alimenta el mundo y, si el Gobierno sigue mirando hacia otro lado, la viabilidad de un gran número de cultivos correrá un serio peligro por la falta generalizada de agua. Las pérdidas van a ser históricas para los agricultores y la ciudadanía sufrirá una escalada de precios sin precedentes en los últimos años”.
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