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¿Es el otro un animal que por evolución ha alcanzado la apariencia humana? ¿O es un verdadero hombre como yo?

¿Qué es el otro?

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Refiriéndose a los hechos acaecidos en Madrid cuando un grupo de seguidores del PSC Einhoven humillaron a unas mujeres rumanas de raza gitana que mendigaban, Gerardo Carrete de SOS Racismo, dijo: “Desgraciadamente no es una novedad que seguidores del fútbol y de otros deportes tengan actitudes racistas en forma de cánticos en los estadios, pancartas e incluso agresiones que se han dado en algún momento”.

El racismo es un intento de deshumanizar al otro. Los zulúes consideran a los miembros de las otras tribus animales y se reservan para ellos el titulo de hombres. Los narcisos que se consideran a sí mismos ser los mejores consideran el genocidio de los aborígenes de las américas como seres sin alma a los que se les puede explotar inhumanamente. Con la misma excusa se ha justificado la esclavitud, la humillación de la mujer, la persecución de las lenguas minoritarias en nombre de la unidad de la Patria. No existe justificación válida para poder considerar al otro como un ser inferior si por creación divina todas las razas proceden de un antepasado común: Adán. El apóstol Pablo dirigiéndose a los atenienses reunidos en el Areópago, refiriéndose a Dios “que ha hecho el mundo y todas las cosas que hay en él”, les dice: “Pues Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra, y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación” (Hechos 17: 25,26).

Pere Ayguadé, a partir de lo sucedido en Madrid escribe: “Estas imágenes nos demuestran que unas personas muy instruidas no necesariamente estén bien educadas y que nuestro sistema educativo tiene un evidente fallo de base…, pero podemos ver como muchos otros Breiviks, organizados en diferentes partidos de ultraderecha, xenófobos, corruptos y con todas las otras lacras de la humanidad, forman parte de diversos gobiernos europeos. Pere Ayguadé en su escrito Estremécete resume el escandaloso problema el racismo generalizado en la sociedad actual y concentrado en los partidos de ultraderecha que van escalando posiciones en los gobiernos europeos. Dichos gobiernos, pero, siguen sin cambiar sus políticas sociales que en parte son las causantes de la creciente xenofobia política.

Mariano Rajoy, comentando los hechos de Madrid dijo: “Se debería proceder por vía judicial contra estos auténticos bárbaros que a veces hacen dudar a uno sobre la bondad de a especie humana, es repugnante”. Tiene razón Pere Ayguadé cuando dice: “Nuestro sistema educativo tiene un evidente fallo de base”, le falta el ingrediente espiritual que debe contener toda buena educación. También la tiene Mariano Rajoy cuando afirma que los seguidores del PSC Eindhoven que cometieron el altercado en Madrid son “auténticos bárbaros que a veces hacen dudar a uno sobre la bondad de la especie humana”. No lo dude señor Rajoy, la especie humana no es buena. No son las circunstancias las responsables de que los seres humanos se comporten como “auténticos bárbaros”. Es la barbarie almacenada en las personas que aparentan ser angelitos inocentes que circunstancias propicias facilitan la erupción del odio almacenado en lo hondo del alma. Expresión de barbarie es el drama de los refugiados que se quiere solucionar abocando millones de euros en Turquía para que se haga cargo de los refugiados que no quiere Europa, no siendo el gobierno turco uno que se caracterice por el respeto a los derechos humanos. Mariano Rajoy se olvida de que existe barbarie de cuello blanco que no se expresa de manera grosera como lo han hecho los seguidores del PSC Eindhoven, saino que se fragua en las lonjas de los estadios y en los lujosos y confortables despachos de las chancillerías europeas. ”pero vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto” (Efesios 5:12). Siembra vientos y recogerás tempestades. La simiente del drama que hoy vive Europa se sembró hace más de cien años con las políticas egoístas europeas en esta región que debido a ello se convertido en una olla a presión a punto de estallar porque la válvula de seguridad está estropeada y no se repara.

Si realmente se desea terminar el racismo creciente debe dejarse de considerar el otro, sea cual sea el color de su piel, la lengua que habla, el estatus social que sea,……, como un ser inferior. Comentado los horrores de la guerra de los Balcanes Rorti, escribe: “Los asesinos y violadores serbios no creen que violen los derechos humanos. Porque ellos no hacen estas cosas a otros seres humanos, sino a musulmanes. Ellos no son inhumanos sino que discriminan entre los verdaderos humanos y los pseudohumanos”. ¡No se encuentra un cierto paralelismo con los zulúes que llaman animales a los miembros de las otras tribus y se reservan para ellos el título de hombres!

El odio a quien es distinto es la causa del racismo y de las guerras que se justifican como defensa propia. No importa que mueran centenares de miles de personas. Lo realmente importante es vengar el orgullo nacional ultrajado. Sobran los eufemismos. Cada cosa debe llamarse por su nombre. El primer acto violento que registra la Historia y la primera guerra de religión es el asesinato de Abel por su hermano Caín. Por el odio que éste sentía hacia la fe de él. Cuando el Señor le preguntó a Caín. “Dónde está tu hermano Abel?” , la respuesta que recibió fue: “No lo sé. ¿Soy yo quizás el guardián de mi hermano?” (Génesis 4:9). El mandamiento de “Dios es bien claro: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Si hacemos como los serbios que consideraban a los musulmanes como pseudohumanos

¿Qué es el otro?

¿Es el otro un animal que por evolución ha alcanzado la apariencia humana? ¿O es un verdadero hombre como yo?
Octavi Pereña
miércoles, 30 de marzo de 2016, 00:37 h (CET)
Refiriéndose a los hechos acaecidos en Madrid cuando un grupo de seguidores del PSC Einhoven humillaron a unas mujeres rumanas de raza gitana que mendigaban, Gerardo Carrete de SOS Racismo, dijo: “Desgraciadamente no es una novedad que seguidores del fútbol y de otros deportes tengan actitudes racistas en forma de cánticos en los estadios, pancartas e incluso agresiones que se han dado en algún momento”.

El racismo es un intento de deshumanizar al otro. Los zulúes consideran a los miembros de las otras tribus animales y se reservan para ellos el titulo de hombres. Los narcisos que se consideran a sí mismos ser los mejores consideran el genocidio de los aborígenes de las américas como seres sin alma a los que se les puede explotar inhumanamente. Con la misma excusa se ha justificado la esclavitud, la humillación de la mujer, la persecución de las lenguas minoritarias en nombre de la unidad de la Patria. No existe justificación válida para poder considerar al otro como un ser inferior si por creación divina todas las razas proceden de un antepasado común: Adán. El apóstol Pablo dirigiéndose a los atenienses reunidos en el Areópago, refiriéndose a Dios “que ha hecho el mundo y todas las cosas que hay en él”, les dice: “Pues Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra, y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación” (Hechos 17: 25,26).

Pere Ayguadé, a partir de lo sucedido en Madrid escribe: “Estas imágenes nos demuestran que unas personas muy instruidas no necesariamente estén bien educadas y que nuestro sistema educativo tiene un evidente fallo de base…, pero podemos ver como muchos otros Breiviks, organizados en diferentes partidos de ultraderecha, xenófobos, corruptos y con todas las otras lacras de la humanidad, forman parte de diversos gobiernos europeos. Pere Ayguadé en su escrito Estremécete resume el escandaloso problema el racismo generalizado en la sociedad actual y concentrado en los partidos de ultraderecha que van escalando posiciones en los gobiernos europeos. Dichos gobiernos, pero, siguen sin cambiar sus políticas sociales que en parte son las causantes de la creciente xenofobia política.

Mariano Rajoy, comentando los hechos de Madrid dijo: “Se debería proceder por vía judicial contra estos auténticos bárbaros que a veces hacen dudar a uno sobre la bondad de a especie humana, es repugnante”. Tiene razón Pere Ayguadé cuando dice: “Nuestro sistema educativo tiene un evidente fallo de base”, le falta el ingrediente espiritual que debe contener toda buena educación. También la tiene Mariano Rajoy cuando afirma que los seguidores del PSC Eindhoven que cometieron el altercado en Madrid son “auténticos bárbaros que a veces hacen dudar a uno sobre la bondad de la especie humana”. No lo dude señor Rajoy, la especie humana no es buena. No son las circunstancias las responsables de que los seres humanos se comporten como “auténticos bárbaros”. Es la barbarie almacenada en las personas que aparentan ser angelitos inocentes que circunstancias propicias facilitan la erupción del odio almacenado en lo hondo del alma. Expresión de barbarie es el drama de los refugiados que se quiere solucionar abocando millones de euros en Turquía para que se haga cargo de los refugiados que no quiere Europa, no siendo el gobierno turco uno que se caracterice por el respeto a los derechos humanos. Mariano Rajoy se olvida de que existe barbarie de cuello blanco que no se expresa de manera grosera como lo han hecho los seguidores del PSC Eindhoven, saino que se fragua en las lonjas de los estadios y en los lujosos y confortables despachos de las chancillerías europeas. ”pero vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto” (Efesios 5:12). Siembra vientos y recogerás tempestades. La simiente del drama que hoy vive Europa se sembró hace más de cien años con las políticas egoístas europeas en esta región que debido a ello se convertido en una olla a presión a punto de estallar porque la válvula de seguridad está estropeada y no se repara.

Si realmente se desea terminar el racismo creciente debe dejarse de considerar el otro, sea cual sea el color de su piel, la lengua que habla, el estatus social que sea,……, como un ser inferior. Comentado los horrores de la guerra de los Balcanes Rorti, escribe: “Los asesinos y violadores serbios no creen que violen los derechos humanos. Porque ellos no hacen estas cosas a otros seres humanos, sino a musulmanes. Ellos no son inhumanos sino que discriminan entre los verdaderos humanos y los pseudohumanos”. ¡No se encuentra un cierto paralelismo con los zulúes que llaman animales a los miembros de las otras tribus y se reservan para ellos el título de hombres!

El odio a quien es distinto es la causa del racismo y de las guerras que se justifican como defensa propia. No importa que mueran centenares de miles de personas. Lo realmente importante es vengar el orgullo nacional ultrajado. Sobran los eufemismos. Cada cosa debe llamarse por su nombre. El primer acto violento que registra la Historia y la primera guerra de religión es el asesinato de Abel por su hermano Caín. Por el odio que éste sentía hacia la fe de él. Cuando el Señor le preguntó a Caín. “Dónde está tu hermano Abel?” , la respuesta que recibió fue: “No lo sé. ¿Soy yo quizás el guardián de mi hermano?” (Génesis 4:9). El mandamiento de “Dios es bien claro: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Si hacemos como los serbios que consideraban a los musulmanes como pseudohumanos

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