Pensé que no volvería a hablar en esta tribuna sobre la situación de los palestinos, sumidos en la pobreza y pisoteados por la imposición de un Estado hierático y sin escrúpulos como es el israelí. Pensé que las cosas se solucionarían por lo menos, hasta el punto de no tener que volver a denunciar una vez más las atrocidades que emprenden los judíos sobre el pueblo palestino, pero una vez más mi ilusión se ha desvanecido.
Desvanecida en mar de incertidumbre, en un mar asolado por las mareas que dirigen mis sentimientos de un lado a otro haciéndoles tambalear al ver con mis propios ojos las atrocidades que ha cometido durante el último mes el Estado israelí.
He intentado no expulsar por mi boca vocablos que a cualquiera asustarían, por su crudeza y su realidad, por su honestidad y simplicidad. Visto que he sido capaz de ausentarme en palabras descriptivas y artículos sobre la reciente invasión y genocidio perpetrado por Israel, que no ausentado de sentimientos; no puedo dejar pasar la ocasión sin analizar la situación a posteriori, con el supuesto alto el fuego en la mano (según muchas agencias, los ataques sobre Gaza siguen efectuándose).
El balance, como indica su nombre, es una mera suma de victimas, un procedimiento meramente administrativo. Pues bien, ahí van las cifras: 1.300 personas han sido asesinadas por el Estado israelí; el 15% de los edificios de Gaza han sido destruidos completamente; mas de 5.400 heridos que van desde una pierna rota hasta la amputación de brazos y piernas (Fuente: Agencia Humanitaria de la ONU, IRIN).
Como ven, es una mera suma de victimas y desperfectos infraestructurales. ¿Lo es? O ¿lo percibimos así?. Aquí está posiblemente la solución a un conflicto que se alarga en el tiempo. Estamos tan acostumbrados a ver siempre la misma historia, a ver tal cantidad de muertos en manos del Estado israelí, que 1.000 más, no nos suponen un hecho significativo para nuestras conciencias. Hemos interiorizado como normal la muerte de miles de niños inocentes, a manos del Estado israelí, y este es el verdadero problema.
Mientras el Estado israelí bombardea escuelas, hospitales, polideportivos, tiendas, etc, nuestros ojos pasan desapercibidos sin inmutarse sobre tales noticias. He llegado a ver como la gente pasa la pagina de “mundo” de cualquier periódico, como si fuese la sección de clasificados, buscando desesperadamente la sección “local” para alivio de su maltrecha conciencia. Sólo tenemos curiosidad, que no quiere decir que nos preocupemos por ello, por lo referente a nuestra ciudad, pueblo o comunidad. ¿Dónde está esa cosa llamada solidaridad?
Claro está, es mucho más fácil, cambiar el canal del televisor cuando salen niños muriendo, o descansar sobre el sofá de casa, viendo una triste comedia romántica que nos endulza la vista y el paladar. Mirar para otro lado no es la solución.
Luego cuando asesinan a 150 personas en Atocha nos llevamos las manos a la cabeza y condenamos al unísono la acción y buscamos los culpables debajo de las piedras si hace falta, todo esto adornado con un patético macrojuicio a los supuestos culpables. Sin embargo, cuando acaban con las vidas de miles de niños inocentes sumidos en la pobreza, a nosotros, nos da igual. Esto señores, no es falta de solidaridad, esto se llama hipocresía.
Europa y sus debilidades:
Europeísta que me considero, aunque hoy por hoy, no puedo ni de lejos sentir como propia y cercana una institución como es la europea, de la cual reniego completamente su modo de operar actualmente. Creo en una Europa de izquierdas, una Europa solidaria, una Europa de los ciudadanos y ciudadanas, no de los Estados... creo en una Europa de los pueblos.
Una vez más, la presencia de una potencia económica y política mundial, como es Europa, no ha servido para nada. ¿Qué han hecho por los miles de palestinos asesinados?. No han hecho nada. Un triste acuerdo entre los 27 países solicitando el alto el fuego. En política, como en todos los campos, la semántica y el discurso cobran una especial relevancia, y “solicitar” no es lo mismo que “exigir”. ¿No tiene suficiente valor Europa para exigir el cese de los ataques al Estado israelí?.
Por si todo este circo fuera poco, en el Parlamento de Bruselas (Parlamento Europeo), se voto a favor de una resolución sobre la situación de Gaza la semana pasada. Una resolución que no sólo no exigía el inmediato cese de los ataques israelíes sobre Gaza, sino que declaraba a ojos de todos la tibieza y debilidad de Europa frente al Estado israelí. ¿De que tenemos miedo?.
Podemos estar de acuerdo, en que todas estas resoluciones y posicionamientos podían servir para algo hace 30 años o 40 si me apuran. Pero hoy en día, lo que nos demanda el pueblo palestino, lo que nos demanda el mundo entero como centro neurálgico de decisiones políticas es ACTUAR. Actuar con rigor pero actuar.
No sirven de nada cuatro líneas cuidadas al milímetro su significado, sin ahundar en el verdadero problema del conflicto, en la prepotencia y abuso del Estado israelí sobre los palestinos década tras década.
Europa es lo que es, y no tiene capacidad para imponer un embargo económico a un tercer país (aunque algunos países, en otros lares del mundo, lo llevan practicando muchísimos años), pero lo que sí que podemos hacer es acabar con el “Acuerdo de Asociación Preferente que mantiene la Unión Europa con el Estado israelí”. Este acuerdo contempla el desarrollo de la cooperación comercial, industrial y científica con el Estado israelí.
Propongo, que visto que el Estado israelí se pasa por el arco del triunfo, hablando vulgarmente, todas las resoluciones emitidas por las instituciones europeas a lo largo de todos los años, desde la nefasta creación del Estado israelí, abogo por suspender este acuerdo como medida política efectiva para presionarle y avisarle que no puede invadir, destruir, asesinar a una población que está sumida en la pobreza y el aislamiento.
Una pregunta para acabar... ¿Qué hubiera sucedido si este ataque indiscriminado y cruel lo hubiera protagonizado otro país? ¿Qué hubiera sucedido si Irán hubiera asesinado a 1.300 alemanes?... posiblemente no estaría escribiendo estas palabras que ustedes leen, posiblemente estaríamos en una tercera guerra mundial.