La página web de la presidencia francesa anunció que este miércoles 17 de febrero, el rey Mohammed VI se reunirá en el Eliseo con François Hollande, a las 15 hora local, en noticia que fue corroborada por un comunicado del Gabinete Real marroquí.

El encuentro apunta, según los responsables, a estrechar vínculos en todas las dimensiones posibles, y es el segundo encuentro en pocos meses entre ambas personalidades.

Durante su visita, Mohammed VI visitará uno de los tantos consulados marroquíes y el Instituto del Mundo Árabe, donde le será presentado oficialmente el proyecto del próximo Centro Cultural marroquí de Francia.

La última visita oficial de Hollande a Marruecos fue el pasado 19 de septiembre, cuando se entrevistó con el rey en la ciudad norteña de Tánger.

El último encuentro entre Mohamed VI y Hollande fue en el marco de la cumbre climática de París, poco después de reunirse para tratar temas relacionados con la seguridad, una semana después de los atentados de París. Un comunicado oficial del Palacio del Elíseo consigna que durante aquel encuentro con Mohamed VI, François Hollande agradeció públicamente al rey de Marruecos la “eficaz ayuda” recibida.

Los servicios de inteligencia marroquíes tuvieron un papel importante a la hora de localizar al cerebro de estos ataques a Abdelhamid Abaaoud, de nacionalidad francesa, antepasados marroquíes y residente en Bélgica, la persona que según todos los indicios planeó los atentados de París.

El líder terrorista murió durante la operación policial luego de que las fuerzas de seguridad francesas recibieran información de los servicios secretos de Marruecos. La alerta marroquí había precisado que Abaaoud se ocultaba en un apartamento de la localidad de Saint-Denis, al norte de París.

Marruecos también fue quien identificó a Salah Abdeslam, el terrorista que huyó a Bélgica la misma noche de los atentados. Los servicios de inteligencia marroquíes fueron entonces solicitados en París y Bruselas para ayudar en las investigaciones.

Marc Ginsberg, asesor del presidente Obama para temas de Oriente Medio, señaló recientemente que Marruecos “ha eliminado las células de Al Qaeda e ISIS en el norte de África y ha capacitado y transformado las operaciones de inteligencia de Chad, Mauritania, Túnez y Malí en los mayores éxitos contra ISIS”.

También destacó que Marruecos “ha proporcionado vitales datos de inteligencia antiterrorista a Estados Unidos y a las autoridades francesas, y ha evitado ataques terroristas en Bélgica, España, Francia, Túnez y Libia”.

En la misma prensa argelina se han leído hace unos días lamentos porque “un país sin petróleo ni gas” como Marruecos, ha logrado merced a la visión política de sus líderes, realizar un mega proyecto solar y edificar fábricas de automóviles con inversión europea y asiática, donde se producen decenas de miles de vehículos que satisfacen el mercado local y exportan excedentes, generando empleo para decenas de miles de trabajadores marroquíes.

Los acuerdos con la Unión Europea dan cada vez más espacio a Marruecos, y durante una reciente visita a ese país del General Petr Pavel, presidente del comité militar de la OTAN, se confirmó que Marruecos es el principal aliado de occidente en África.

Todo parece indicar que bajo el renovado pero eficaz liderazgo simbolizado por Mohammed VI, Marruecos está llamado a convertirse en un país de primera línea en cuanto a protagonismo internacional se refiere.

Y sería necio desconocer que gran parte de estos éxitos son debidos a la fisonomía que presenta el Rey de Marruecos al mundo, la de un adalid de la tolerancia religiosa y entusiasta promotor de la asociación de la cultura y el conocimiento entre oriente y occidente.