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El eterno debate sobre la reelección vuelve a cobrar fuerza en Paraguay y los detractores de ella agitan la controversia evocando el fantasma del Dictador

Se calienta debate sobre reelección en Paraguay

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Según la vigésimo segunda enmienda de la Constitución norteamericana “Ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de Presidente más de dos veces, y ninguna persona que haya ocupado el cargo de Presidente, o ejercido como Presidente, durante más de dos años de un mandato para el que otra persona hubiera sido elegida como Presidente, será elegida para el cargo de Presidente más de una vez.”

Esta enmienda se aprobó pocos años después de que Franklin Delano Roosevelt ganara un cuarto mandato, que le hubiera permitido permanecer dieciséis años en el poder de no ser por la hemorragia cerebral que se lo llevó al año siguiente.

En Paraguay la reelección es motivo de insomnio desde tiempos anteriores a Stroessner, dado que el intento de pasar por encima de la Constitución y buscar un nuevo mandato para Eusebio Ayala llevó al derrumbe del Partido Liberal en 1936.

En la reelección indefinida muchos todavía recuerdan aterrados el embrión de la longeda dictadura de Alfredo Stroessner, que al decir de Augusto Roa Bastos convirtió al Paraguay en “un país desaparecido, caído del mapa, envuelto por la neblina mítica” que envolvía al dictador.

Stroessner había seguido el camino inverso de la democracia norteamericana, y había ampliado las posibilidades de reelección para sí, logrando convertirse en perpetuo.

Hoy, como si Stroessner hubiera inventado con todas sus piezas la microgalaxia autónoma y autosuficiente que describiera Roa Bastos, su mitología política sigue intacta en la mente de manipuladores y manipulados, habitantes de un agujero negro de antimateria, haciendo que el imposible poder absoluto de un hombre, de un megaterio, de un tótem, pueda seguir actuando oculto y sin interferencias hasta el fin de los tiempos.

Mientrsa los detractores de la reelección agitan fantasmas, otros llaman a dejar de mirar hacia atrás y vivir anclados en tiempos idos. Entre los principales interesados en impulsar una enmienda que permita la reelección se encuentran dos ex presidente paraguayos: Nicanor Duarte Frutos y Fernando Lugo.

De acuerdo con el diputado Oscar Tuma, existe un plan en marcha que sería prácticamente imposible de parar, por lo cual el gobernante partido colorado debería prepararse con más seriedad para lo que se viene.

En Estados Unidos la historia a gusto del trono cuenta que el general George Washington para evitar recaer en la monarquía, y como lo expresa el mismo en su discurso de despedida, para liberar a sus conciudadanos del influjo inductor del poder a la hora de emitir votos, “a fin de que la emisión del voto sea libre y expeditiva por entero, debo anunciaros que no figuraré yo entre los candidatos sobre quienes ha de recaer vuestra elec­ción.

En el Paraguay, hoy este influjo es mucho más poderoso de lo que podía haber sido en tiempos de Washington. Sobre todo por lo agradable que resulta en este paía acceder el poder, como escribiera Juan G. Granada. “es algo así como convertirse en procónsul romano, dueño del destino nacional, ser Jefe del Ejército, declararse salvador de la patria, cambiar de fortuna, cambiar de domicilio, tener seguidores, consejeros, adulones, nuevos amigos, asistir a reuniones donde nadie tiene opinión diferente a la suya, saberse importante y comenzar a pontificar sobre la naturaleza, sobre Dios y sobre los hombres como si fuera un oráculo”.

A lo señalado por Granada se suma el acceso al pucheroducto a través del zoquete, algo que Helio Vera definiera magistralmente como "cargo en la administración pública que se concede en recompensa de adhesiones políticas, conversiones repentinas, alianzas inexplicables del agua con el aceite, o como lenitivo para calmar impaciencias, apaciguar crisis de almorranas, eliminar insomnios, disipar dispepsias y apagar el stress. Todo bajo el principio siguiente: el zoquete nos une, nada nos separe".

Si estos conceptos están claros, es el momento de empezar a tomar en serio el debate sobre la reelección que por estos días empieza a calentarse en Paraguay.

Se calienta debate sobre reelección en Paraguay

El eterno debate sobre la reelección vuelve a cobrar fuerza en Paraguay y los detractores de ella agitan la controversia evocando el fantasma del Dictador
Luis Agüero Wagner
lunes, 1 de febrero de 2016, 08:06 h (CET)
Según la vigésimo segunda enmienda de la Constitución norteamericana “Ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de Presidente más de dos veces, y ninguna persona que haya ocupado el cargo de Presidente, o ejercido como Presidente, durante más de dos años de un mandato para el que otra persona hubiera sido elegida como Presidente, será elegida para el cargo de Presidente más de una vez.”

Esta enmienda se aprobó pocos años después de que Franklin Delano Roosevelt ganara un cuarto mandato, que le hubiera permitido permanecer dieciséis años en el poder de no ser por la hemorragia cerebral que se lo llevó al año siguiente.

En Paraguay la reelección es motivo de insomnio desde tiempos anteriores a Stroessner, dado que el intento de pasar por encima de la Constitución y buscar un nuevo mandato para Eusebio Ayala llevó al derrumbe del Partido Liberal en 1936.

En la reelección indefinida muchos todavía recuerdan aterrados el embrión de la longeda dictadura de Alfredo Stroessner, que al decir de Augusto Roa Bastos convirtió al Paraguay en “un país desaparecido, caído del mapa, envuelto por la neblina mítica” que envolvía al dictador.

Stroessner había seguido el camino inverso de la democracia norteamericana, y había ampliado las posibilidades de reelección para sí, logrando convertirse en perpetuo.

Hoy, como si Stroessner hubiera inventado con todas sus piezas la microgalaxia autónoma y autosuficiente que describiera Roa Bastos, su mitología política sigue intacta en la mente de manipuladores y manipulados, habitantes de un agujero negro de antimateria, haciendo que el imposible poder absoluto de un hombre, de un megaterio, de un tótem, pueda seguir actuando oculto y sin interferencias hasta el fin de los tiempos.

Mientrsa los detractores de la reelección agitan fantasmas, otros llaman a dejar de mirar hacia atrás y vivir anclados en tiempos idos. Entre los principales interesados en impulsar una enmienda que permita la reelección se encuentran dos ex presidente paraguayos: Nicanor Duarte Frutos y Fernando Lugo.

De acuerdo con el diputado Oscar Tuma, existe un plan en marcha que sería prácticamente imposible de parar, por lo cual el gobernante partido colorado debería prepararse con más seriedad para lo que se viene.

En Estados Unidos la historia a gusto del trono cuenta que el general George Washington para evitar recaer en la monarquía, y como lo expresa el mismo en su discurso de despedida, para liberar a sus conciudadanos del influjo inductor del poder a la hora de emitir votos, “a fin de que la emisión del voto sea libre y expeditiva por entero, debo anunciaros que no figuraré yo entre los candidatos sobre quienes ha de recaer vuestra elec­ción.

En el Paraguay, hoy este influjo es mucho más poderoso de lo que podía haber sido en tiempos de Washington. Sobre todo por lo agradable que resulta en este paía acceder el poder, como escribiera Juan G. Granada. “es algo así como convertirse en procónsul romano, dueño del destino nacional, ser Jefe del Ejército, declararse salvador de la patria, cambiar de fortuna, cambiar de domicilio, tener seguidores, consejeros, adulones, nuevos amigos, asistir a reuniones donde nadie tiene opinión diferente a la suya, saberse importante y comenzar a pontificar sobre la naturaleza, sobre Dios y sobre los hombres como si fuera un oráculo”.

A lo señalado por Granada se suma el acceso al pucheroducto a través del zoquete, algo que Helio Vera definiera magistralmente como "cargo en la administración pública que se concede en recompensa de adhesiones políticas, conversiones repentinas, alianzas inexplicables del agua con el aceite, o como lenitivo para calmar impaciencias, apaciguar crisis de almorranas, eliminar insomnios, disipar dispepsias y apagar el stress. Todo bajo el principio siguiente: el zoquete nos une, nada nos separe".

Si estos conceptos están claros, es el momento de empezar a tomar en serio el debate sobre la reelección que por estos días empieza a calentarse en Paraguay.

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