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La apuesta por el contagio colectivo parece ser el critero

​La sexta ola

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Bueno, pues ya se va el 2021, un año en el que la pandemia de la Covid19 nos ha acompañado de manera intermitente pero siempre presente, hasta el extremo de que cerramos el ciclo anual con la mayor tasa de contagios desde el inicio de esta crisis sanitaria y de salud que ya  ha supuesto la muerte conocida de más de 85.000 personas en nuestro país.


Un virus, adaptativo y con vocación de supervivencia como todos, hasta tal punto que parece que la nueva variante Ómicron ha venido para terminar de rematar la faena iniciada en principio en China y que hoy es patrimonio mundial por desgracia. Y es que, parece claro que a tenor de la supuesta – esperemos que con acierto científico – menor letalidad y gravedad de esta nueva cepa de terminología griega la apuesta de los gobiernos pasa por no frenar unos contagios masivos que nos podrían llevar a una fase endémica de esta pandemia. Actuaría así Ómicron, como elemento defensivo para siguientes variedades de la Covid19 que podrían seguir apareciendo en el futuro y podría por ello significar esta sexta ola la finalización de la pandemia como la conocemos. O eso ,al menos es lo que teoría algunos barruntan sin atreverse todavía ha manifestar con claridad.  


En todo caso, parece que esos son los argumentos por los cuales el trato a esta nueva ola es diferente, hasta tal punto que no puedo evitar el pensamiento de suponer que lo que se busca es el contagio como elemento finalizador de la pandemia en nuestro país. Sólo así, puedo llegar a entender la postura del Gobierno Nacional y de muchas Comunidades Autónomas frente a lo que hoy tenemos por delante. Estará por ver, sí esa apuesta a la “sueca” con los escudos del éxito de la vacunación en nuestro país y la entrecomillada menor letalidad de la cepa Ómicron servirán para no colapsar los hospitales de nuestro país. 


La ecuación parece clara y el silogismo en la toma de decisión meridiano, a cepa menos grave, menor mortalidad y gravedad y por ende menor necesidad de frenar una economía herida tras casi dos años de pandemia no podría recuperarse de un nuevo frenazo en virtud de la Covid19. Esta es la conclusión que hace que hoy, en plena sexta ola de contagios y con positivos que superan en cifras oficiales a los 100 mil contagios por día apuntalan la toma de medidas desde las instituciones, esas que se limitan a meras recomendaciones a la población y en la confianza de la buena voluntad de las personas en seguir las mismas.  Se exceptúan de esta regla algunas Comunidades Autónomas que sí han decidido limitar en cierto grado la interacción social, pero son las pocas. Y si bien, este parece ser el criterio, es decir la apuesta por el contagio colectivo, la afirmación de tal decisión parece no querer hacerse pública por una cuestión de estrategia estética de lo políticamente correcto. 


Y sí, seguramente habrá cientos de muertos, pero es una cifra asumible en base a la mortalidad que otras enfermedades nos dejan cada año en nuestro país y menores en gran medida a las que la pandemia de la Covid19 genero al inicio de esta crisis.  Es la economía estúpido, como diría el asesor del Presidente Bill Clinton, James Carville, en la campaña presidencial de los EEUU de 1992. 


En definitiva, veremos si en esta decisión tendrá acierto o no, porque a mayor contagios los problemas de productividad laboral y la gestión de los servicios por las bajas masivas o el colapso de un sistema público de salud que en algunas comunidades es más débil que en otras pueden ser realidades de complejo encaje para una población ya cansada y hastiada de una crisis que no cesa.  Esperemos que a la sexta sea la vencida. Ya veremos que nos depara el 2022. 

​La sexta ola

La apuesta por el contagio colectivo parece ser el critero
Josu Gómez Barrutia
jueves, 30 de diciembre de 2021, 12:17 h (CET)

Bueno, pues ya se va el 2021, un año en el que la pandemia de la Covid19 nos ha acompañado de manera intermitente pero siempre presente, hasta el extremo de que cerramos el ciclo anual con la mayor tasa de contagios desde el inicio de esta crisis sanitaria y de salud que ya  ha supuesto la muerte conocida de más de 85.000 personas en nuestro país.


Un virus, adaptativo y con vocación de supervivencia como todos, hasta tal punto que parece que la nueva variante Ómicron ha venido para terminar de rematar la faena iniciada en principio en China y que hoy es patrimonio mundial por desgracia. Y es que, parece claro que a tenor de la supuesta – esperemos que con acierto científico – menor letalidad y gravedad de esta nueva cepa de terminología griega la apuesta de los gobiernos pasa por no frenar unos contagios masivos que nos podrían llevar a una fase endémica de esta pandemia. Actuaría así Ómicron, como elemento defensivo para siguientes variedades de la Covid19 que podrían seguir apareciendo en el futuro y podría por ello significar esta sexta ola la finalización de la pandemia como la conocemos. O eso ,al menos es lo que teoría algunos barruntan sin atreverse todavía ha manifestar con claridad.  


En todo caso, parece que esos son los argumentos por los cuales el trato a esta nueva ola es diferente, hasta tal punto que no puedo evitar el pensamiento de suponer que lo que se busca es el contagio como elemento finalizador de la pandemia en nuestro país. Sólo así, puedo llegar a entender la postura del Gobierno Nacional y de muchas Comunidades Autónomas frente a lo que hoy tenemos por delante. Estará por ver, sí esa apuesta a la “sueca” con los escudos del éxito de la vacunación en nuestro país y la entrecomillada menor letalidad de la cepa Ómicron servirán para no colapsar los hospitales de nuestro país. 


La ecuación parece clara y el silogismo en la toma de decisión meridiano, a cepa menos grave, menor mortalidad y gravedad y por ende menor necesidad de frenar una economía herida tras casi dos años de pandemia no podría recuperarse de un nuevo frenazo en virtud de la Covid19. Esta es la conclusión que hace que hoy, en plena sexta ola de contagios y con positivos que superan en cifras oficiales a los 100 mil contagios por día apuntalan la toma de medidas desde las instituciones, esas que se limitan a meras recomendaciones a la población y en la confianza de la buena voluntad de las personas en seguir las mismas.  Se exceptúan de esta regla algunas Comunidades Autónomas que sí han decidido limitar en cierto grado la interacción social, pero son las pocas. Y si bien, este parece ser el criterio, es decir la apuesta por el contagio colectivo, la afirmación de tal decisión parece no querer hacerse pública por una cuestión de estrategia estética de lo políticamente correcto. 


Y sí, seguramente habrá cientos de muertos, pero es una cifra asumible en base a la mortalidad que otras enfermedades nos dejan cada año en nuestro país y menores en gran medida a las que la pandemia de la Covid19 genero al inicio de esta crisis.  Es la economía estúpido, como diría el asesor del Presidente Bill Clinton, James Carville, en la campaña presidencial de los EEUU de 1992. 


En definitiva, veremos si en esta decisión tendrá acierto o no, porque a mayor contagios los problemas de productividad laboral y la gestión de los servicios por las bajas masivas o el colapso de un sistema público de salud que en algunas comunidades es más débil que en otras pueden ser realidades de complejo encaje para una población ya cansada y hastiada de una crisis que no cesa.  Esperemos que a la sexta sea la vencida. Ya veremos que nos depara el 2022. 

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