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El comunismo de Podemos inspira recelo, miedo y tristeza en las comunidades en que gobierna

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El filósofo, lógico, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán.Gottfried Wilhem Leibniz, era de los que creían que “el determinismo y el libre albedrío no eran excluyentes y que todas nuestras acciones están determinadas por causas, pero que a pesar de eso somos libres”. Es posible que, lo que ocurrió en España en las últimas elecciones autonómicas y municipales del 24M estuviera, sin embargo, más influido por el disgusto del pueblo español con sus políticos, el descontento de los votantes ante el incumplimiento de las promesas electorales del partido en el Gobierno y por los numerosos casos de corrupción que, en esta última legislatura, han brotado de los bajos fondos de los dos partidos políticos, el PP y el PSOE, que hasta ahora se disputaban la alternancia en las urnas ( las causas determinantes); que no por el ejercicio libre y consciente del libre albedrío que, con toda seguridad, si se hubiera reflexionado sobre las consecuencias de un voto desperdiciado: un voto nulo, una abstención o un voto de castigo otorgado a un partido de cariz comunista y anarquista, como es el de Podemos, seguramente el sentido del voto y la concurrencia de los votantes a las urnas hubiera sido, en el primer caso, distinto y, en el segundo, mucho más numerosa; porque, como se ha visto, los resultados de la última consulta a los españoles, no pueden haber sido más catastróficos para la nación española, para su futuro económico, para su prestigio ante nuestros vecinos americanos y europeos, y esto sin tener en cuenta el grave peligro de que suframos una involución hacia situaciones, que muchos que tuvimos ocasión de contemplarlas, no quisiéramos que nunca volvieran a repetirse.

Todos hemos tenido ocasión de ver en las primeras actuaciones de los nuevos gobiernos autonómicos y de los equipos municipales salidos de los acuerdos entre fuerzas políticas de izquierdas; primero, la grave responsabilidad del señor Pedro Sánchez que, renunciando a su posición de centro izquierda, con tal de privar al PP, que había obtenido resultados mayoritarios en la mayoría de las autonomías pudiera gobernar; se ha dedicado a concertar alianzas con aquellos que, durante toda su campaña electoral, había excluido de futuros pactos postelectorales, y, en segundo lugar, la baja calidad, la escasa preparación política, el fanatismo y el revanchismo de los nuevos titulares de las instituciones, demostrada en las veces que han tenido que rectificar sus primeras medidas, ante el clamor de aquellos que salían perjudicados por ellas.

La señora Manuela Carmena, una anciana que debiera ya haberse jubilado, ex jueza y con un currículum de extremista de la izquierda, es evidente que no está capacitada para hacerse cargo de una ciudad de la importancia de Madrid, la capital de España y, además, el centro de la actividad diplomática del país. Lo cierto es que, lo que se va viendo es que la señora Carmena pinta menos en el ayuntamiento madrileño de lo que se pudiera pensar y esto se ha visto cuando intentó rectificar, retirando la web para fiscalizar a los periodistas y desmentir sus informaciones y no pudo hacerlo, ante la presión de Tania Sánchez ( la ex de Pablo e inculpada por el penoso episodio del asalto a la capilla de la universidad madrileña en la que, a pesar de su desmentido, se la ha visto en fotografías medio desnuda y armando jaleo dentro del lugar sagrado) que se negó de plano a que se retirase tal panfleto y afirmó que continuará allí para mediatizar las informaciones periodísticas, reafirmando el carácter de censura a la libre expresión que, en un principio, se le atribuyó.

¿Qué estarán pensando aquellos madrileños que por pereza, por estar disgustados con Rajoy, por el efecto de los casos de corrupción o por las causas que fueren, han permitido que Madrid cayera en manos de los comunistas de Podemos? Lo mismo que los ciudadanos de Barcelona que incurrieron en los mismos errores y hoy tiene que estar sujetos, aparte de a las locuras separatistas de Mas, a las excentricidades de la alcaldesa, Ada Colau, que como el caso de Mr. Hyde y Mr. Jerquill, unas veces actúa como alcaldesa y, cuando conviene, sale a la calle para impedir, disfrazada de activista, un desahucio decretado por un juez.

En Santiago de Compostela, las “hazañas” del nuevo gobierno de Martiño Noriega, candidato de la marca blanca de Podemos “Compostela Aberta”, han indignado a los compostelanos con motivo de su actuación en el caso de las fiestas del Apóstol Santiago, donde se han despilfarrado la friolera de 400.000 euros (el mismo presupuesto del año 2.014) pero invertidos en un deficiente programa de festejos que ha disgustado a propios y extraños. Un empresario del sector del ocio a confesado a la prensa local “es más fácil ver a gente corriendo o paseando el perro que disfrutando de las fiestas del Apostol”. Otra vecina se manifestó al respecto con estas palabras: “Estamos acostumbrados a que vengan algunos cantantes de éxito… pero en el programa de este verano no hay por donde cogerlo A los artistas contratados no los conocen ni en su casa. Más que Compostela Aberta, parece que nos gobierna Compostela cerrada”.

Y es que, señores, allí por donde campan las huestes comunistas o anarquistas, a diferencia de lo que ellos pretenden hacer creer, en lugar de mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, de que exista más alegría y mejor convivencia, de que los pobres salgan de la miseria y consigan trabajo y prosperidad; lo que suele ocurrir; lo que ya ocurrió en Rusia y en las naciones de detrás del Telón de Acero, nada tiene que ver con la prosperidad. Los delatores o comisarios políticos, los de la KGB, los de la Stasi de la RDA o, sin ir más lejos, los del Frente popular español o las sindicales obreras, partidos extremistas o la Federación Anarquista Ibérica tanto en Madrid, Barcelona o Valencia , crearon comisiones represivas con “facultades ilimitadas” para realizar detenciones, requisas y asesinatos.

Cada vez que se instalan en un gobierno estos presuntos “salvadores del pueblo”, los resultados se hacen notar. Pasó en la Guerra Civil, sucedió en Rusia y en las naciones del Este, ocurrió en Cuba y en Corea del Norte, como ahora está teniendo lugar en países como Irak y Siria con los fanáticos del EI. Se suprimen los derechos individuales, se implantan las instituciones represivas, se atenta contra la propiedad privada, se establecen más impuestos y se fiscaliza, por el Estado, la vida privada de todos sus ciudadanos. En los “paraísos” comunistas no hay alegría, no ha libertad, no hay independencia ni tan siquiera hay riqueza ya que, como suele suceder, la poca que queda está administrada por el Estado y no para ayudar a los pobres, sino para crear una nueva “casta” (utilizaremos la expresión que tanto le gusta a Pablo Iglesias), algo que ya ha tenido lugar en Rusia ( donde, junto a supermillonarios, la población sigue pasando dificultades); ha sucedido en la Venezuela del señor Maduro que dispone de las riquezas del Estado; ocurre, actualmente, en la todopoderosa república china, donde la Asamblea Popular Nacional, formada por 3.000 diputados son los encargados de manejar la economía que, por otra parte, está dirigida por verdaderos millonarios con un gran poder de decisión.

Bajo la piel de cordero de la preocupación por sacar a los trabajadores de una supuesta esclavitud del Capitalismo, en realidad lo que verdaderamente se esconde en esta falacia, es que: en lugar de empresarios que se manejan bajo las reglas de la oferta y la demanda en un mercado libre; los gobiernos comunistas los sustituyen por funcionarios que tienen a su cargo la conducción de empresas estatales, a las que los trabajadores se ven obligados a acudir si quieren tener un trabajo o bien resignarse a otros trabajos que apenas les dan para vivir si es que a tanto llegan. No hablen ustedes de hacer huelga ni de hacer reclamaciones salariales, porque esto depende del Estado, que es quien decide cuando se aumentan las retribuciones y, en especial, quienes son los que salen beneficiados en cada caso.

O, así es como, desde la óptica de un ciudadano de a pie, no nos creemos las promesas de estos iluminados que pretenden vendernos como bueno lo que en Venezuela se ha demostrado ser un verdadero fracaso. El destino de España no está con las democracias dictatoriales (llamadas democracias bananeras de Sudamérica), sino que debemos mirar hacia Europa, la Europa con la que tenemos relaciones comerciales, lazos de amistad, a la que pertenecemos como miembros y con la que deberemos continuar el rumbo al que nos lleva la moneda única y las afinidades sociológicas. ¿Inventos?, mejor no intentarlo.

El comunismo de Podemos inspira recelo, miedo y tristeza en las comunidades en que gobierna

Miguel Massanet
viernes, 31 de julio de 2015, 07:28 h (CET)
El filósofo, lógico, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán.Gottfried Wilhem Leibniz, era de los que creían que “el determinismo y el libre albedrío no eran excluyentes y que todas nuestras acciones están determinadas por causas, pero que a pesar de eso somos libres”. Es posible que, lo que ocurrió en España en las últimas elecciones autonómicas y municipales del 24M estuviera, sin embargo, más influido por el disgusto del pueblo español con sus políticos, el descontento de los votantes ante el incumplimiento de las promesas electorales del partido en el Gobierno y por los numerosos casos de corrupción que, en esta última legislatura, han brotado de los bajos fondos de los dos partidos políticos, el PP y el PSOE, que hasta ahora se disputaban la alternancia en las urnas ( las causas determinantes); que no por el ejercicio libre y consciente del libre albedrío que, con toda seguridad, si se hubiera reflexionado sobre las consecuencias de un voto desperdiciado: un voto nulo, una abstención o un voto de castigo otorgado a un partido de cariz comunista y anarquista, como es el de Podemos, seguramente el sentido del voto y la concurrencia de los votantes a las urnas hubiera sido, en el primer caso, distinto y, en el segundo, mucho más numerosa; porque, como se ha visto, los resultados de la última consulta a los españoles, no pueden haber sido más catastróficos para la nación española, para su futuro económico, para su prestigio ante nuestros vecinos americanos y europeos, y esto sin tener en cuenta el grave peligro de que suframos una involución hacia situaciones, que muchos que tuvimos ocasión de contemplarlas, no quisiéramos que nunca volvieran a repetirse.

Todos hemos tenido ocasión de ver en las primeras actuaciones de los nuevos gobiernos autonómicos y de los equipos municipales salidos de los acuerdos entre fuerzas políticas de izquierdas; primero, la grave responsabilidad del señor Pedro Sánchez que, renunciando a su posición de centro izquierda, con tal de privar al PP, que había obtenido resultados mayoritarios en la mayoría de las autonomías pudiera gobernar; se ha dedicado a concertar alianzas con aquellos que, durante toda su campaña electoral, había excluido de futuros pactos postelectorales, y, en segundo lugar, la baja calidad, la escasa preparación política, el fanatismo y el revanchismo de los nuevos titulares de las instituciones, demostrada en las veces que han tenido que rectificar sus primeras medidas, ante el clamor de aquellos que salían perjudicados por ellas.

La señora Manuela Carmena, una anciana que debiera ya haberse jubilado, ex jueza y con un currículum de extremista de la izquierda, es evidente que no está capacitada para hacerse cargo de una ciudad de la importancia de Madrid, la capital de España y, además, el centro de la actividad diplomática del país. Lo cierto es que, lo que se va viendo es que la señora Carmena pinta menos en el ayuntamiento madrileño de lo que se pudiera pensar y esto se ha visto cuando intentó rectificar, retirando la web para fiscalizar a los periodistas y desmentir sus informaciones y no pudo hacerlo, ante la presión de Tania Sánchez ( la ex de Pablo e inculpada por el penoso episodio del asalto a la capilla de la universidad madrileña en la que, a pesar de su desmentido, se la ha visto en fotografías medio desnuda y armando jaleo dentro del lugar sagrado) que se negó de plano a que se retirase tal panfleto y afirmó que continuará allí para mediatizar las informaciones periodísticas, reafirmando el carácter de censura a la libre expresión que, en un principio, se le atribuyó.

¿Qué estarán pensando aquellos madrileños que por pereza, por estar disgustados con Rajoy, por el efecto de los casos de corrupción o por las causas que fueren, han permitido que Madrid cayera en manos de los comunistas de Podemos? Lo mismo que los ciudadanos de Barcelona que incurrieron en los mismos errores y hoy tiene que estar sujetos, aparte de a las locuras separatistas de Mas, a las excentricidades de la alcaldesa, Ada Colau, que como el caso de Mr. Hyde y Mr. Jerquill, unas veces actúa como alcaldesa y, cuando conviene, sale a la calle para impedir, disfrazada de activista, un desahucio decretado por un juez.

En Santiago de Compostela, las “hazañas” del nuevo gobierno de Martiño Noriega, candidato de la marca blanca de Podemos “Compostela Aberta”, han indignado a los compostelanos con motivo de su actuación en el caso de las fiestas del Apóstol Santiago, donde se han despilfarrado la friolera de 400.000 euros (el mismo presupuesto del año 2.014) pero invertidos en un deficiente programa de festejos que ha disgustado a propios y extraños. Un empresario del sector del ocio a confesado a la prensa local “es más fácil ver a gente corriendo o paseando el perro que disfrutando de las fiestas del Apostol”. Otra vecina se manifestó al respecto con estas palabras: “Estamos acostumbrados a que vengan algunos cantantes de éxito… pero en el programa de este verano no hay por donde cogerlo A los artistas contratados no los conocen ni en su casa. Más que Compostela Aberta, parece que nos gobierna Compostela cerrada”.

Y es que, señores, allí por donde campan las huestes comunistas o anarquistas, a diferencia de lo que ellos pretenden hacer creer, en lugar de mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, de que exista más alegría y mejor convivencia, de que los pobres salgan de la miseria y consigan trabajo y prosperidad; lo que suele ocurrir; lo que ya ocurrió en Rusia y en las naciones de detrás del Telón de Acero, nada tiene que ver con la prosperidad. Los delatores o comisarios políticos, los de la KGB, los de la Stasi de la RDA o, sin ir más lejos, los del Frente popular español o las sindicales obreras, partidos extremistas o la Federación Anarquista Ibérica tanto en Madrid, Barcelona o Valencia , crearon comisiones represivas con “facultades ilimitadas” para realizar detenciones, requisas y asesinatos.

Cada vez que se instalan en un gobierno estos presuntos “salvadores del pueblo”, los resultados se hacen notar. Pasó en la Guerra Civil, sucedió en Rusia y en las naciones del Este, ocurrió en Cuba y en Corea del Norte, como ahora está teniendo lugar en países como Irak y Siria con los fanáticos del EI. Se suprimen los derechos individuales, se implantan las instituciones represivas, se atenta contra la propiedad privada, se establecen más impuestos y se fiscaliza, por el Estado, la vida privada de todos sus ciudadanos. En los “paraísos” comunistas no hay alegría, no ha libertad, no hay independencia ni tan siquiera hay riqueza ya que, como suele suceder, la poca que queda está administrada por el Estado y no para ayudar a los pobres, sino para crear una nueva “casta” (utilizaremos la expresión que tanto le gusta a Pablo Iglesias), algo que ya ha tenido lugar en Rusia ( donde, junto a supermillonarios, la población sigue pasando dificultades); ha sucedido en la Venezuela del señor Maduro que dispone de las riquezas del Estado; ocurre, actualmente, en la todopoderosa república china, donde la Asamblea Popular Nacional, formada por 3.000 diputados son los encargados de manejar la economía que, por otra parte, está dirigida por verdaderos millonarios con un gran poder de decisión.

Bajo la piel de cordero de la preocupación por sacar a los trabajadores de una supuesta esclavitud del Capitalismo, en realidad lo que verdaderamente se esconde en esta falacia, es que: en lugar de empresarios que se manejan bajo las reglas de la oferta y la demanda en un mercado libre; los gobiernos comunistas los sustituyen por funcionarios que tienen a su cargo la conducción de empresas estatales, a las que los trabajadores se ven obligados a acudir si quieren tener un trabajo o bien resignarse a otros trabajos que apenas les dan para vivir si es que a tanto llegan. No hablen ustedes de hacer huelga ni de hacer reclamaciones salariales, porque esto depende del Estado, que es quien decide cuando se aumentan las retribuciones y, en especial, quienes son los que salen beneficiados en cada caso.

O, así es como, desde la óptica de un ciudadano de a pie, no nos creemos las promesas de estos iluminados que pretenden vendernos como bueno lo que en Venezuela se ha demostrado ser un verdadero fracaso. El destino de España no está con las democracias dictatoriales (llamadas democracias bananeras de Sudamérica), sino que debemos mirar hacia Europa, la Europa con la que tenemos relaciones comerciales, lazos de amistad, a la que pertenecemos como miembros y con la que deberemos continuar el rumbo al que nos lleva la moneda única y las afinidades sociológicas. ¿Inventos?, mejor no intentarlo.

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