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El cartel de la Janini

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Sonríe a medias, el niño marroquí llegado al Festival de Teatro de Almagro, está soliviantado el muchachito vestido de azul que no de rosa, cuánto mensaje subliminar en el rostro enigmático, un poco como en el de La Gioconda, Señora Lisa o Mona Lisa. Gioconda, alegre en italiano, su alegría es sinónimo de sonrisa misteriosa. Tanto se estudió la imagen de este cuadro que se convirtió en el más famoso del mundo. Por las últimas investigaciones se sabe que la famosa Mona Lisa podría estar embarazada, lo dice el tejido utilizado de la blusa, incluso un profesor de la Universidad Complutense de Madrid señala que podría tener hasta tres enfermedades: bruxismo, alopecia y Parkinson. Se habla si era amante de alguien o esposa de Giocondo. Todo por una imagen.

Pero volvamos al niño, es también algo extraño y no deja a nadie indiferente. Hay quien pensó que podría ser un niño almagreño, carteles hay que se relacionan con lo que anuncian o no, en el arte y más si es internacional todo se presta al contenido global. ¿Por qué una foto de un adolescente magrebí no puede decorar un Festival de Teatro Español, localizado en La Mancha y en Almagro? Lo global nos seduce y embriaga, estamos aquí, a un instante de reconocernos, de ser reconocidos, a un palmo de interaccionar en redes sociales, obras de arte, palabras, o cualquier otro medio hecho viral en otro instante.

La foto, obra de Sara Janini, se realiza probablemente en 2001 cuando, bien por encargo o por su condición de joven freelance recorre la costa marroquí, cerca de Tánger llega a Asilah, refugio de artistas marroquíes, ciudad cultural y famosa por, coincidencias aparte, organizar Festivales de Arte y Cultura. Posiblemente, el joven modelo, que en el original posa con otro niño amigo abrazado a sus hombros y que no se ve por el zoom, aún habite allí.

Como toda obra de arte se presta a tantas interpretaciones como un cuadro que absorbe miradas, cada una de diferente visión, o un buen libro, un sugerente poema o una película con mil mensajes. Mensajes emitidos o no por parte del autor. Pasados catorce años, posiblemente este chico con una edad cercana a la treintena, tal vez con hijos, ni siquiera viva en Marruecos, pero el instante que la gaditana Sara Janini quiso atrapar allí, y que ha viajado por varios continentes buscando imágenes y retratando el mundo socialmente, es real.

Natalia Menéndez, directora del Festival de Almagro, habla de atreverse a participar, disfrutando del ambiente teatral, como espectadores, representando y viendo pasar el gran teatro del mundo, y reconoce la imagen que anuncia el Festival como atrevida, el chico se atrevió a estar tras la cámara de una artista que antes era economista y que descubrió su pasión por la fotografía. Es ésta una de las artes apoyadas en la 38 edición junto con la danza, la música, la escultura y la videocreación. Todo está en el teatro, el cartel del chico se divide en la genuina imagen de la máscara griega de la comedia y la tragedia: Se toma el rostro del chico árabe, se analiza, cual Gioconda, y se llega a la conclusión y justificación de que alberga estas características en su medio rostro.

Según la experta en percepción visual, Margaret Livingstone, Mona Lisa está un 83 % feliz, un 9 % disgustada, un 6% temerosa y un 2 % enfadada. Atrévanse a ponerle porcentajes emocionales al muchacho, como juego misterioso para demostrar que hemos entendido el cartel.

El cartel de la Janini

Nieves Fernández
sábado, 11 de julio de 2015, 08:37 h (CET)
Sonríe a medias, el niño marroquí llegado al Festival de Teatro de Almagro, está soliviantado el muchachito vestido de azul que no de rosa, cuánto mensaje subliminar en el rostro enigmático, un poco como en el de La Gioconda, Señora Lisa o Mona Lisa. Gioconda, alegre en italiano, su alegría es sinónimo de sonrisa misteriosa. Tanto se estudió la imagen de este cuadro que se convirtió en el más famoso del mundo. Por las últimas investigaciones se sabe que la famosa Mona Lisa podría estar embarazada, lo dice el tejido utilizado de la blusa, incluso un profesor de la Universidad Complutense de Madrid señala que podría tener hasta tres enfermedades: bruxismo, alopecia y Parkinson. Se habla si era amante de alguien o esposa de Giocondo. Todo por una imagen.

Pero volvamos al niño, es también algo extraño y no deja a nadie indiferente. Hay quien pensó que podría ser un niño almagreño, carteles hay que se relacionan con lo que anuncian o no, en el arte y más si es internacional todo se presta al contenido global. ¿Por qué una foto de un adolescente magrebí no puede decorar un Festival de Teatro Español, localizado en La Mancha y en Almagro? Lo global nos seduce y embriaga, estamos aquí, a un instante de reconocernos, de ser reconocidos, a un palmo de interaccionar en redes sociales, obras de arte, palabras, o cualquier otro medio hecho viral en otro instante.

La foto, obra de Sara Janini, se realiza probablemente en 2001 cuando, bien por encargo o por su condición de joven freelance recorre la costa marroquí, cerca de Tánger llega a Asilah, refugio de artistas marroquíes, ciudad cultural y famosa por, coincidencias aparte, organizar Festivales de Arte y Cultura. Posiblemente, el joven modelo, que en el original posa con otro niño amigo abrazado a sus hombros y que no se ve por el zoom, aún habite allí.

Como toda obra de arte se presta a tantas interpretaciones como un cuadro que absorbe miradas, cada una de diferente visión, o un buen libro, un sugerente poema o una película con mil mensajes. Mensajes emitidos o no por parte del autor. Pasados catorce años, posiblemente este chico con una edad cercana a la treintena, tal vez con hijos, ni siquiera viva en Marruecos, pero el instante que la gaditana Sara Janini quiso atrapar allí, y que ha viajado por varios continentes buscando imágenes y retratando el mundo socialmente, es real.

Natalia Menéndez, directora del Festival de Almagro, habla de atreverse a participar, disfrutando del ambiente teatral, como espectadores, representando y viendo pasar el gran teatro del mundo, y reconoce la imagen que anuncia el Festival como atrevida, el chico se atrevió a estar tras la cámara de una artista que antes era economista y que descubrió su pasión por la fotografía. Es ésta una de las artes apoyadas en la 38 edición junto con la danza, la música, la escultura y la videocreación. Todo está en el teatro, el cartel del chico se divide en la genuina imagen de la máscara griega de la comedia y la tragedia: Se toma el rostro del chico árabe, se analiza, cual Gioconda, y se llega a la conclusión y justificación de que alberga estas características en su medio rostro.

Según la experta en percepción visual, Margaret Livingstone, Mona Lisa está un 83 % feliz, un 9 % disgustada, un 6% temerosa y un 2 % enfadada. Atrévanse a ponerle porcentajes emocionales al muchacho, como juego misterioso para demostrar que hemos entendido el cartel.

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