Se ha dicho que la política es el arte de lo incierto, lo que nos lleva a un principio de incertidumbre política generalizada, todavía mayor si se considera las internas de partidos como el que actualmente gobierna en Paraguay.
Si algo quedó en claro con los últimos sucesos políticos en dicho partido, es que el candidato Oscar Tuma posee el balance de poder en las internas a realizarse el próximo 26 de julio, aniversario 62 del asalto al cuartel Moncada por Fidel Castro en Santiago de Cuba. Fecha poco propicia para las internas de un partido que por 34 años sostuvo a una dictadura neo nazi, dirán algunos.
La realidad sobre este balance de poder intentó ser enmascarada por persistentes campañas fallidas, tanto mediáticas como políticas, que intentaron embarrar la cancha y crear un clima adverso a la democracia interna de los partidos.
Una de las últimas maniobras para distorsionar el real protagonismo de Tuma, en este caso mediática, fue un dudoso sondeo elaborado por encuestadores fácilmente sobornables, y difundida por periodistas de la misma especie, donde se atribuían guarismos fantásticos a ciertos candidatos. Las encuestas no eran acompañadas en ningún caso por informaciones básicas sobre los candidatos “favoritos”, tales como quiénes constituían su equipo de trabajo, quienes los apoyaban, o cuáles eran los méritos con que llegaban dichos referentes.
En realidad, todos esos candidatos que artificialmente se buscaron presentar como “populares” son diariamente repudiados en las redes sociales, donde fácilmente se puede constatar el rechazo que generan y su total orfandad en materia de seguidores. Otras encuestas muestran como supuestos “ganadores” a integrantes de sectores antagónicos dentro de la interna en cuestión, como Mario Abdo Benítez como futuro presidente de la ANR y Arnaldo Samaniego como futuro intendente de Asunción.
Como el candidato opuesto a Abdo, Pedro Alliana, manifestara que no pagó esa encuesta, muchos especularon que podría tratarse de un acuerdo entre Benítez y Samaniego. A propósito de éste último, la última medición de su popularidad real se dio cuando la municipalidad fue cercada por los habitantes de los bañados de la capital, zonas palúdicas que buscaba desalojar para lotear los terrenos.
La manifestación de repudio al actual intendente de Asunción fue de tal magnitud, que acabó con la huída del “Lord Mayor” y cientos de heridos y detenidos. El impopular alcalde ensayó como justificación que esos disturbios habían sido orquestados como un operativo de prensa por la cadena noticiosa Telesur.
Dicha excusa le valió a Samaniego ser calificado por el sindicato de periodistas del Paraguay, como una amenaza para libertad de expresión.
Samaniego también buscó perjudicar al candidato del presidente Horacio Cartes, el diputado Pedro Alliana, intentando indisponerlo con Oscar Tuma, sin éxito. Su estrategia fue exigir un “pedido de disculpas” por parte de Tuma, a lo que éste contestó que podría esperarlas sentado sobre un hormiguero.
A diferencia de sus improvisados adversarios, Tuma ha presentado un equipo de figuras conocidas y de innegable capacidad como integrantes de su equipo. Entre ellos se destacan la célebre soprano de fama mundial Gloria del Paraguay, estrellas del deporte como Tyson Caballero y Félix Torres, y animadores de amplia proyección popular como Darío José Díaz.
Se ignora cuál será la estrategia, tanto mediática como política, para seguir presentando tendencias fraudulentas, realizando operativos de prensa destinados a fracasar, profetizando éxitos sin méritos y todo ello sin caer en un descrédito y ridículo cuando se conozcan los números reales el 26 de julio.
Ya lo expresó sabiamente un pensador contemporáneo: la verdad de una afirmación no tiene nada que ver con su credibilidad. Y viceversa. Hasta que se descubre la mentira.