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Opinión
Etiquetas | Identidad de género | Transgénero | Género
​Parece una idiotez salida de una persona amente, pues no lo es, ya que se plasmará en una Ley con todas sus consecuencias sin tener en cuenta el daño que se hace a muchas personas, sobre todo, y, para empezar, a los más jóvenes

Enmendando la plana a la sabia naturaleza

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Realmente no se entiende lo que pretende esta desnortada Izquierda con la nueva ley que intentan imponer.

Los españoles tenemos un refrán muy acertado que dice: “Cuando el demonio no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo”.

No quiero decir que esta Izquierda que nos cogobierna sea el diablo, ni que mate moscas con el rabo, ya que lo que pretende llevar a cabo no es matar moscas, sino imponer una ley dañina que choca frontalmente con los dispuesto por la Madre Naturaleza desde que los animales y las plantas aparecieron sobre nuestro planeta.

No, no voy a hablar sobre lo que se dice en el Génesis de que “Dios los creó Hombre y Mujer”, mi consideración va por otro camino y no tiene visos de religiosidad alguna, aunque podría tenerla.

Creo que es un dicho extendido por todas las universidades españolas que cuando algún compañero es un zote y no asimila los conocimientos que imparte el profesor se dice de él “Ha entrado en la Universidad, pero la Universidad no ha entrado en él”.

Estamos gobernados por una caterva de ignorantes supinos a los que se les puede aplicar sin error ni ofensa el dicho manifestado anteriormente.

La palabra género, según la 4ª acepción que le asigna la RAE es: “El grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vistasociocultural en lugar de exclusivamente biológico que le corresponde por su nacimiento.


También se aplica en el comercio cuando se refiere a mercancías, a diversos tipos de telas (algodón, lana, seda, etc.) y en el Arte cuando nos referimos a las distintas clasificaciones que podemos hacer con los diferentes estilos de pintura, escritura, escultura, etc., por ello, cuando nos referimos a los seres humanos, para diferenciarlos por su configuración biológica, hemos de emplear la palabra sexo y no género.

Ya en textos antiguos la Iglesia cuando quería diferenciar entre hombres y mujeres, empleaba la expresión: “A todos y cada uno de los fieles cristianos de uno y otro sexo”. Lo he tomado de la una Bula del Papa Clemente XII, pero se pueden encontrar en cualquier escrito que consultemos, en el que no se dice de uno y otro género.


Tan sabia es la Naturaleza que hasta en las plantas distingue el sexo con la diferencia de los gametos femeninos y masculinos con el proceso de polinización que, por si alguno de estos ignaros que nos gobiernan no conocen, consiste en el procedimiento por medio del cual el polen es transferido desde el estambre (órgano floral masculino) hasta el estigma (órgano floral femenino) por medio del cual se produce la germinación que dará lugar a un nuevo ser: el fruto que en su semilla llevará el origen de una nueva planta. Proceso muy similar al de los seres humanos.

Bien, pues esta panda de analfabetos funcionales quieren poner en práctica, posiblemente inducida y presionada por las distintas organizaciones de LGTBI, una Ley transgénero en cuyo Artículo 5.1 se expresa: “Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género libremente manifestada, sin la necesidad de prueba psicológica o médica. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans).

He oído que cierto individuo se ha implantado unas aletas de pez, porque dice que es un animal marino y que, desde ahora lo consideren como tal. ¿Se puede llegar a tamañas aberraciones?

El propósito de esta Ley es que toda persona tiene derecho a ser tratada de conformidad a su identidad de género en todos los ámbitos públicos y privados. (Género, ¡vamos, como una mercancía cualquiera!).

A continuación expongo algunos puntos sobre esa ley:

Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans por ello, si de pronto cualquier vecino o vecina decide que ya no le gusta ser hombre o mujer, de acuerdo la ley, podrá presentarse el Registro Civil y decirle al Registrador: “Mire Vd. que ya no me gusta seguir siendo varón, o viceversa. desde hora quiero que se me considere como hembra, o al revés. De esta forma, con una simple anotación en un libro, destruirá la obra de la Naturaleza que ha estado vigente desde los primeros vagidos de vida producidos hace miles de millones de años. No se refiere a los gatos, pero sí a las personas. Así que, por el motivo que sea, mañana por la mañana un vecino decide sentirse como la presentadora del telediario, puede darse una vuelta por el registro civil y allí le cambiarán el nombre y pasará a convertirse legalmente en mujer.

Parece una idiotez salida de una persona amente, pues no lo es, ya que se plasmará en una Ley con todas sus consecuencias sin tener en cuenta el daño que se hace a muchas personas, sobre todo, y, para empezar, a los más jóvenes.

Artículo 9. Toda persona de nacionalidad española, mayor de dieciséis años y con capacidad suficiente, podrá solicitar por sí misma la rectificación de la mención registral del sexo.

Artículo 6. Los poderes públicos adoptarán las medidas necesarias para garantizar a las personas trans menores, el libre desarrollo de la personalidad. Se considerará que la negativa a respetar la identidad de género de una persona menor de dieciocho años por parte de su entorno familiar perjudica el desarrollo personal del menor. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans). La ley trans permitirá que cualquier chiquillo de 16 años pueda cambiar de sexo en España.

Para ello no se requerirá la autorización de sus padres. Ni que un médico determine que padece un trastorno real del desarrollo sexual. No se le pedirá un diagnóstico médico de incongruencia de género, que está reconocido por la Organización Mundial de la Salud. No se requerirá tampoco la intervención de un psicólogo o un psiquiatra. Bastará que el crío diga que quiere y nadie podrá oponerse:

Artículo 26. Ninguna persona podrá ser obligada a someterse a tratamiento, procedimiento médico o examen psicológico que coarte su libertad de autodefinición de la identidad de género. La existencia de un diagnóstico de enfermedades psiquiátricas previas no obsta a la validez del consentimiento expresado para llevar a cabo el proceso de transición de género, si el mismo ha sido libremente formulado. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans). Además, ese muchacho o muchacha de 16 años recibirá un trato especial que consiste en facilitarle, primero, el acceso a una aluvión de hormonas que deshará su salud, y luego el quirófano, donde le mutilarán. No olvidemos algo: todo ello es irreversible. Irreversible por partida doble, porque nada puede enmendar el daño hormonal y quirúrgico causado y porque la ley prohíbe cualquier intento de cambiar de opinión.

Artículo 26. 2. Se prohíbe el uso de terapias aversivas y de cualquier otro procedimiento que suponga un intento de conversión, anulación o supresión de la identidad de género, o que estén basados en la suposición de que cualquier identidad de género es consecuencia de enfermedad o trastorno. Frente a esa condena de por vida, la ley ignora que más del 90 por ciento de chiquillos que dicen querer cambiar de sexo terminan cambiando de opinión al poco tiempo. Aunque eso no sea posible para aquellos a los que se haya aplicado semejante legislación castradora.

Los menores de dieciocho años no pueden tomar alcohol, y tienen que haber cumplido dicha edad para hacerse un tatuaje. Caso contrario tendrán que ser acompañados por un adulto que autorice y deje constancia de que el menor se puede tatuar. La mayoría espera a los 18 años, si no los dejan sus padres.

Cualquiera podría pensar que estamos en un mundo de locos. No lo considero así. Estamos en una sociedad pervertida, en la que han desaparecido los valores que han sido durante siglos los pilares de nuestra civilización, en la que la depravación ha llegado a tal extremo que todo es relativo y no hay nada en lo que apoyarnos.

Tomándolo un poco a chacota se podría llegar a este esperpento

Enmendando la plana a la sabia naturaleza

​Parece una idiotez salida de una persona amente, pues no lo es, ya que se plasmará en una Ley con todas sus consecuencias sin tener en cuenta el daño que se hace a muchas personas, sobre todo, y, para empezar, a los más jóvenes
Manuel Villegas
miércoles, 10 de febrero de 2021, 11:41 h (CET)

Realmente no se entiende lo que pretende esta desnortada Izquierda con la nueva ley que intentan imponer.

Los españoles tenemos un refrán muy acertado que dice: “Cuando el demonio no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo”.

No quiero decir que esta Izquierda que nos cogobierna sea el diablo, ni que mate moscas con el rabo, ya que lo que pretende llevar a cabo no es matar moscas, sino imponer una ley dañina que choca frontalmente con los dispuesto por la Madre Naturaleza desde que los animales y las plantas aparecieron sobre nuestro planeta.

No, no voy a hablar sobre lo que se dice en el Génesis de que “Dios los creó Hombre y Mujer”, mi consideración va por otro camino y no tiene visos de religiosidad alguna, aunque podría tenerla.

Creo que es un dicho extendido por todas las universidades españolas que cuando algún compañero es un zote y no asimila los conocimientos que imparte el profesor se dice de él “Ha entrado en la Universidad, pero la Universidad no ha entrado en él”.

Estamos gobernados por una caterva de ignorantes supinos a los que se les puede aplicar sin error ni ofensa el dicho manifestado anteriormente.

La palabra género, según la 4ª acepción que le asigna la RAE es: “El grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vistasociocultural en lugar de exclusivamente biológico que le corresponde por su nacimiento.


También se aplica en el comercio cuando se refiere a mercancías, a diversos tipos de telas (algodón, lana, seda, etc.) y en el Arte cuando nos referimos a las distintas clasificaciones que podemos hacer con los diferentes estilos de pintura, escritura, escultura, etc., por ello, cuando nos referimos a los seres humanos, para diferenciarlos por su configuración biológica, hemos de emplear la palabra sexo y no género.

Ya en textos antiguos la Iglesia cuando quería diferenciar entre hombres y mujeres, empleaba la expresión: “A todos y cada uno de los fieles cristianos de uno y otro sexo”. Lo he tomado de la una Bula del Papa Clemente XII, pero se pueden encontrar en cualquier escrito que consultemos, en el que no se dice de uno y otro género.


Tan sabia es la Naturaleza que hasta en las plantas distingue el sexo con la diferencia de los gametos femeninos y masculinos con el proceso de polinización que, por si alguno de estos ignaros que nos gobiernan no conocen, consiste en el procedimiento por medio del cual el polen es transferido desde el estambre (órgano floral masculino) hasta el estigma (órgano floral femenino) por medio del cual se produce la germinación que dará lugar a un nuevo ser: el fruto que en su semilla llevará el origen de una nueva planta. Proceso muy similar al de los seres humanos.

Bien, pues esta panda de analfabetos funcionales quieren poner en práctica, posiblemente inducida y presionada por las distintas organizaciones de LGTBI, una Ley transgénero en cuyo Artículo 5.1 se expresa: “Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género libremente manifestada, sin la necesidad de prueba psicológica o médica. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans).

He oído que cierto individuo se ha implantado unas aletas de pez, porque dice que es un animal marino y que, desde ahora lo consideren como tal. ¿Se puede llegar a tamañas aberraciones?

El propósito de esta Ley es que toda persona tiene derecho a ser tratada de conformidad a su identidad de género en todos los ámbitos públicos y privados. (Género, ¡vamos, como una mercancía cualquiera!).

A continuación expongo algunos puntos sobre esa ley:

Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans por ello, si de pronto cualquier vecino o vecina decide que ya no le gusta ser hombre o mujer, de acuerdo la ley, podrá presentarse el Registro Civil y decirle al Registrador: “Mire Vd. que ya no me gusta seguir siendo varón, o viceversa. desde hora quiero que se me considere como hembra, o al revés. De esta forma, con una simple anotación en un libro, destruirá la obra de la Naturaleza que ha estado vigente desde los primeros vagidos de vida producidos hace miles de millones de años. No se refiere a los gatos, pero sí a las personas. Así que, por el motivo que sea, mañana por la mañana un vecino decide sentirse como la presentadora del telediario, puede darse una vuelta por el registro civil y allí le cambiarán el nombre y pasará a convertirse legalmente en mujer.

Parece una idiotez salida de una persona amente, pues no lo es, ya que se plasmará en una Ley con todas sus consecuencias sin tener en cuenta el daño que se hace a muchas personas, sobre todo, y, para empezar, a los más jóvenes.

Artículo 9. Toda persona de nacionalidad española, mayor de dieciséis años y con capacidad suficiente, podrá solicitar por sí misma la rectificación de la mención registral del sexo.

Artículo 6. Los poderes públicos adoptarán las medidas necesarias para garantizar a las personas trans menores, el libre desarrollo de la personalidad. Se considerará que la negativa a respetar la identidad de género de una persona menor de dieciocho años por parte de su entorno familiar perjudica el desarrollo personal del menor. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans). La ley trans permitirá que cualquier chiquillo de 16 años pueda cambiar de sexo en España.

Para ello no se requerirá la autorización de sus padres. Ni que un médico determine que padece un trastorno real del desarrollo sexual. No se le pedirá un diagnóstico médico de incongruencia de género, que está reconocido por la Organización Mundial de la Salud. No se requerirá tampoco la intervención de un psicólogo o un psiquiatra. Bastará que el crío diga que quiere y nadie podrá oponerse:

Artículo 26. Ninguna persona podrá ser obligada a someterse a tratamiento, procedimiento médico o examen psicológico que coarte su libertad de autodefinición de la identidad de género. La existencia de un diagnóstico de enfermedades psiquiátricas previas no obsta a la validez del consentimiento expresado para llevar a cabo el proceso de transición de género, si el mismo ha sido libremente formulado. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans). Además, ese muchacho o muchacha de 16 años recibirá un trato especial que consiste en facilitarle, primero, el acceso a una aluvión de hormonas que deshará su salud, y luego el quirófano, donde le mutilarán. No olvidemos algo: todo ello es irreversible. Irreversible por partida doble, porque nada puede enmendar el daño hormonal y quirúrgico causado y porque la ley prohíbe cualquier intento de cambiar de opinión.

Artículo 26. 2. Se prohíbe el uso de terapias aversivas y de cualquier otro procedimiento que suponga un intento de conversión, anulación o supresión de la identidad de género, o que estén basados en la suposición de que cualquier identidad de género es consecuencia de enfermedad o trastorno. Frente a esa condena de por vida, la ley ignora que más del 90 por ciento de chiquillos que dicen querer cambiar de sexo terminan cambiando de opinión al poco tiempo. Aunque eso no sea posible para aquellos a los que se haya aplicado semejante legislación castradora.

Los menores de dieciocho años no pueden tomar alcohol, y tienen que haber cumplido dicha edad para hacerse un tatuaje. Caso contrario tendrán que ser acompañados por un adulto que autorice y deje constancia de que el menor se puede tatuar. La mayoría espera a los 18 años, si no los dejan sus padres.

Cualquiera podría pensar que estamos en un mundo de locos. No lo considero así. Estamos en una sociedad pervertida, en la que han desaparecido los valores que han sido durante siglos los pilares de nuestra civilización, en la que la depravación ha llegado a tal extremo que todo es relativo y no hay nada en lo que apoyarnos.

Tomándolo un poco a chacota se podría llegar a este esperpento

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Estamos fuertemente imbuidos, cada uno en lo suyo, de que somos algo consistente. Por eso alardeamos de un cuerpo, o al menos, lo notamos como propio. Al pensar, somos testigos de esa presencia particular e insustituible. Nos situamos como un estandarte expuesto a la vista de la comunidad y accesible a sus artefactos exploradores.

En medio de los afanes de la semana, me surge una breve reflexión sobre las sectas. Se advierte oscuro, aureolar que diría Gustavo Bueno, su concepto. Las define el DRAE como “comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos”. Se entienden también como desviación de una Iglesia, pero, en general, y por extensión, se aplica la noción a cualquier grupo con esos rasgos.

Acostumbrados a los adornos políticos, cuya finalidad no es otra que entregar a las gentes a las creencias, mientras grupos de intereses variados hacen sus particulares negocios, quizá no estaría de más desprender a la política de la apariencia que le sirve de compañía y colocarla ante esa realidad situada más allá de la verdad oficial. Lo que quiere decir lavar la cara al poder político para mostrarle sin maquillaje.

 
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