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Cuando ya todos consideraban inamovible a un tecnócrata vinculado a USAID en la dirección de la previsional social, fue reemplazado por un médico de recordado activismo gremial y político

Oscar Tuma impone su criterio en IPS

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Cuando Mosca y Pareto escribieron sobre las élites, jamás imaginaron lo que la mente afiebrada de algunos empresarios incultos y reaccionarios, imbuidos de neoliberalismo tardío, sería capaz de imaginar en el Paraguay del siglo XXI.

Como ya ha sucedido muchas veces a lo largo de la historia latinoamericana, este empresariado presionó desde un principio al presidente paraguayo, Horacio Cartes, para optar por un gobierno de “tecnócratas” con la menor participación posible de los partidos políticos.

Esta experiencia ya fue vivida como desastrosa por varios países latinoamericanos, pero siempre existen mitómanos dispuestos a servir pasado en copa nueva y reciclar los más desgastados mitos. La actual experiencia paraguaya no parece seguir mejor rumbo que sus antecesoras, a juzgar por el desempeño de sus tecnócratas más emblemáticos, uno de los cuales fue destituido el fin de semana con gran lamento por parte del monopolio mediático.

Todo se inició cuando legisladores solicitaron al director de una Previsional Social, el “técnico” vinculado a USAID Hugo Royg, una explicación por la falta de insumos y medicamentos en la institución a su cargo. Desde el Congreso Nacional, el influyente diputado Óscar Tuma sostuvo varias veces que ante la crisis reinante en la Previsional era imperioso un golpe de timón.

Uno de los principales déficits de Royg fue la escasez de remedios e insumos. La excusa fue la de siempre: que la situación crítica se debió a una herencia de administraciones anteriores. Unas cincuenta compañías productoras de insumos hospitalarios y medicamentos resistieron la falta de pago y el no reconocimiento de fuertes deudas, y los representantes de gremios farmacéuticos levantaron enérgicamente la voz. El director ejecutivo de la Cámara de la Industria Química Farmacéutica del Paraguay (Cifarma), señaló varias veces que mantuvo innumerables reuniones con el tecnócrata en entredicho sin llegar a un acuerdo respecto a las deudas. La Previsional dirigida por Royg se desentendió de sus deudas con sus proveedores por sumas que alcanzan decenas de millones de dólares, generando una crisis que afectó a la misma industria nacional paraguaya y a sus trabajadores. Por si ello fuera poco, Royg también fue criticado por nombrar a parientes en la institución a su cargo y por emprender costosos viajes a lejanos países de Oriente. Ya dijo alguien alguna vez que Cristóbal Colón fue el primer tecnócrata porque falsificó sus mapas, no sabía donde iba y viajaba por cuenta del gobierno.

Según sus detractores, el supuesto “técnico” Hugo Royg no tenia la menor capacidad para estar al frente de la previsional, y no podía responsabilizar de la crisis a sus antecesores porque ya formó parte de la era Fernando Lugo.

Tras la destitución de Royg, el diputado Óscar Tuma indicó que a pesar de haberse impuesto su criterio, no hará “leña del árbol caído” e indicó que seguirá colaborando con el presidente Horacio Cartes, de quien llegó a distanciarse por su posición en contra de Royg. Tuma, uno de los más acérrimos defensores del pedido de destitución de Hugo Royg, indicó que ahora queda por “mirar para adelante”. “Tuve siempre una posición crítica en relación a Royg, a tal punto que eso me distanció del presidente de la República (Horacio Cartes), pero no voy hacer leña del árbol caído”, reconoció.

El parlamentario deseó “toda la suerte a Aníbal Filártiga” y auguró “que realice un mejor trabajo del que hizo en Emergencias Médicas”. “Dios quiera las cosas le salgan bien y se normalice el IPS, por el bien de los asegurados y de los jubilados. Hay mucho por hacer, no solo por el IPS sino por el país. Si al país le va bien, a todos nos irá bien; eso tenemos que entender, y para ello debemos saber convivir entre todos”, concluyó.

La gestión de varios otros “técnicos” instalados en puestos claves del gobierno no dista mucho del ejemplo señalado, pero el tiempo dirá si el presidente Cartes es capaz de pensar en clave política y deshacerse de sus viejos dogmas con los que cosechó éxitos en su gestión empresarial privada.

En el caso de los tecnócratas que hoy lamentan una sensible pérdida en Paraguay, se confirma el adagio que dice que esta especie se reconoce porque viene sin que se la llame, se mete en nuestra casa sin pedir permiso, nos dice algo que ya sabemos y encima, nos cobra por eso. El destituido ex director de IPS es un buen ejemplo.

Oscar Tuma impone su criterio en IPS

Cuando ya todos consideraban inamovible a un tecnócrata vinculado a USAID en la dirección de la previsional social, fue reemplazado por un médico de recordado activismo gremial y político
Luis Agüero Wagner
lunes, 8 de septiembre de 2014, 06:31 h (CET)
Cuando Mosca y Pareto escribieron sobre las élites, jamás imaginaron lo que la mente afiebrada de algunos empresarios incultos y reaccionarios, imbuidos de neoliberalismo tardío, sería capaz de imaginar en el Paraguay del siglo XXI.

Como ya ha sucedido muchas veces a lo largo de la historia latinoamericana, este empresariado presionó desde un principio al presidente paraguayo, Horacio Cartes, para optar por un gobierno de “tecnócratas” con la menor participación posible de los partidos políticos.

Esta experiencia ya fue vivida como desastrosa por varios países latinoamericanos, pero siempre existen mitómanos dispuestos a servir pasado en copa nueva y reciclar los más desgastados mitos. La actual experiencia paraguaya no parece seguir mejor rumbo que sus antecesoras, a juzgar por el desempeño de sus tecnócratas más emblemáticos, uno de los cuales fue destituido el fin de semana con gran lamento por parte del monopolio mediático.

Todo se inició cuando legisladores solicitaron al director de una Previsional Social, el “técnico” vinculado a USAID Hugo Royg, una explicación por la falta de insumos y medicamentos en la institución a su cargo. Desde el Congreso Nacional, el influyente diputado Óscar Tuma sostuvo varias veces que ante la crisis reinante en la Previsional era imperioso un golpe de timón.

Uno de los principales déficits de Royg fue la escasez de remedios e insumos. La excusa fue la de siempre: que la situación crítica se debió a una herencia de administraciones anteriores. Unas cincuenta compañías productoras de insumos hospitalarios y medicamentos resistieron la falta de pago y el no reconocimiento de fuertes deudas, y los representantes de gremios farmacéuticos levantaron enérgicamente la voz. El director ejecutivo de la Cámara de la Industria Química Farmacéutica del Paraguay (Cifarma), señaló varias veces que mantuvo innumerables reuniones con el tecnócrata en entredicho sin llegar a un acuerdo respecto a las deudas. La Previsional dirigida por Royg se desentendió de sus deudas con sus proveedores por sumas que alcanzan decenas de millones de dólares, generando una crisis que afectó a la misma industria nacional paraguaya y a sus trabajadores. Por si ello fuera poco, Royg también fue criticado por nombrar a parientes en la institución a su cargo y por emprender costosos viajes a lejanos países de Oriente. Ya dijo alguien alguna vez que Cristóbal Colón fue el primer tecnócrata porque falsificó sus mapas, no sabía donde iba y viajaba por cuenta del gobierno.

Según sus detractores, el supuesto “técnico” Hugo Royg no tenia la menor capacidad para estar al frente de la previsional, y no podía responsabilizar de la crisis a sus antecesores porque ya formó parte de la era Fernando Lugo.

Tras la destitución de Royg, el diputado Óscar Tuma indicó que a pesar de haberse impuesto su criterio, no hará “leña del árbol caído” e indicó que seguirá colaborando con el presidente Horacio Cartes, de quien llegó a distanciarse por su posición en contra de Royg. Tuma, uno de los más acérrimos defensores del pedido de destitución de Hugo Royg, indicó que ahora queda por “mirar para adelante”. “Tuve siempre una posición crítica en relación a Royg, a tal punto que eso me distanció del presidente de la República (Horacio Cartes), pero no voy hacer leña del árbol caído”, reconoció.

El parlamentario deseó “toda la suerte a Aníbal Filártiga” y auguró “que realice un mejor trabajo del que hizo en Emergencias Médicas”. “Dios quiera las cosas le salgan bien y se normalice el IPS, por el bien de los asegurados y de los jubilados. Hay mucho por hacer, no solo por el IPS sino por el país. Si al país le va bien, a todos nos irá bien; eso tenemos que entender, y para ello debemos saber convivir entre todos”, concluyó.

La gestión de varios otros “técnicos” instalados en puestos claves del gobierno no dista mucho del ejemplo señalado, pero el tiempo dirá si el presidente Cartes es capaz de pensar en clave política y deshacerse de sus viejos dogmas con los que cosechó éxitos en su gestión empresarial privada.

En el caso de los tecnócratas que hoy lamentan una sensible pérdida en Paraguay, se confirma el adagio que dice que esta especie se reconoce porque viene sin que se la llame, se mete en nuestra casa sin pedir permiso, nos dice algo que ya sabemos y encima, nos cobra por eso. El destituido ex director de IPS es un buen ejemplo.

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