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Maneco & Aytana

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Es el nombre artístico de la pareja, los nombres verdaderos los guardan para ellos, llegaron de Canarias a la Mancha, antes de Cuba, pero ése fue otro viaje, cuya vuelta no es tan fácil y ha de pensarse. Me los presentaron como grandes artistas en la Veleta almagreña de Luis Molina, sede del Celcit, entre versos nocturnos y emociones varias. Es ahí donde viven anclados, tomando ese emblemático lugar como cuartel creativo, centro cultural donde los haya, hogar de vida que les define como pareja real y artística. A partir de ahí, se prodigan este verano en distintos escenarios, los vimos en la Noche Blanca de Ciudad Real, en la Plaza de Cervantes, antes en el Museo López Villaseñor, y muy de cerca, un privilegio, en la inauguración-subasta de un pintor de la tierra, del genial Jesús Millán, también afincado en Almagro como ellos, ¿qué tendrán algunas poblaciones como Almagro que aglutinan a artistas para unir sinergias y singularidades?

Música y pintura se dieron cita aquella noche en un lugar de copas del Torreón junto al vino inaugural, presente en lo celebrativo del arte y la amistad. Plástica y acústica complementándose, el arte por el arte, con su pequeño hijo Amel, almagreñito por los cuatro costados, listo como él solo, empapándose de todo y en toda geografía. Aytana suave y melancólica, con voz de mar y ámbar. Maneco caribeño y carismático cargado con sus cuerdas, con su tres cubano, orgulloso instrumento de la vieja isla que nos trae sonidos distintos y los junta con tonos mediterráneos. Y se pasan la guitarra a discreción a cada cambio de ritmo. Dúo perfecto y compenetrado, pero hay más, ¿por qué no aunar flamenco con ritmos caribeños? Pues van y lo hacen con buenos resultados. ¿Por qué no unir el son del Caribe con los mitos de La Mancha? Pues van y lo hacen de un modo perfecto, porque la vida es mezcla de caminos, bien lo saben ellos..., porque hay que compartir destinos también a través del Facebook, y así lo hacen mostrando fotos de familia y no es por fardar de imágenes, es que la vida separándote el mar es dura y una foto por Internet puede acercar afectividades como el nieto, el bisnieto, el abuelo, la abuela, que ya habrá oportunidad de conocernos y reconocernos, aunque ahora el mar sea muralla.

Aytana & Maneco tienen otros registros porque también La Veleta es Centro de Investigación, y a eso se dedican. Pero no son sólo músicos y cantantes, son titiriteros, actores, cuentacuentos... Hace años, Luis Molina tuvo la estupenda idea de ofrecerles la obra poética infantil de una autora local reconocida, Manolita Espinosa, y como el invierno es largo, y bien que lo saben ellos cuando prueban el clima continental y extremo que les prestamos, aquel invierno tocó componer, crear e investigar, y bien que lo hicieron, con los versos de Manolita Espinosa salió un Rocinante de esponja, con cascos de coco con la mejor onomatopeya, y canciones con globos, y nanas para dormir a caballos que luego se mudan a teatros y a bibliotecas. Aquel invierno tocó inventar y en veranos como éste siguen soltando inventos por los escenarios. Maneco & Aytana, trovadores cubanos y manchegos.

Maneco & Aytana

Nieves Fernández
sábado, 6 de septiembre de 2014, 07:36 h (CET)
Es el nombre artístico de la pareja, los nombres verdaderos los guardan para ellos, llegaron de Canarias a la Mancha, antes de Cuba, pero ése fue otro viaje, cuya vuelta no es tan fácil y ha de pensarse. Me los presentaron como grandes artistas en la Veleta almagreña de Luis Molina, sede del Celcit, entre versos nocturnos y emociones varias. Es ahí donde viven anclados, tomando ese emblemático lugar como cuartel creativo, centro cultural donde los haya, hogar de vida que les define como pareja real y artística. A partir de ahí, se prodigan este verano en distintos escenarios, los vimos en la Noche Blanca de Ciudad Real, en la Plaza de Cervantes, antes en el Museo López Villaseñor, y muy de cerca, un privilegio, en la inauguración-subasta de un pintor de la tierra, del genial Jesús Millán, también afincado en Almagro como ellos, ¿qué tendrán algunas poblaciones como Almagro que aglutinan a artistas para unir sinergias y singularidades?

Música y pintura se dieron cita aquella noche en un lugar de copas del Torreón junto al vino inaugural, presente en lo celebrativo del arte y la amistad. Plástica y acústica complementándose, el arte por el arte, con su pequeño hijo Amel, almagreñito por los cuatro costados, listo como él solo, empapándose de todo y en toda geografía. Aytana suave y melancólica, con voz de mar y ámbar. Maneco caribeño y carismático cargado con sus cuerdas, con su tres cubano, orgulloso instrumento de la vieja isla que nos trae sonidos distintos y los junta con tonos mediterráneos. Y se pasan la guitarra a discreción a cada cambio de ritmo. Dúo perfecto y compenetrado, pero hay más, ¿por qué no aunar flamenco con ritmos caribeños? Pues van y lo hacen con buenos resultados. ¿Por qué no unir el son del Caribe con los mitos de La Mancha? Pues van y lo hacen de un modo perfecto, porque la vida es mezcla de caminos, bien lo saben ellos..., porque hay que compartir destinos también a través del Facebook, y así lo hacen mostrando fotos de familia y no es por fardar de imágenes, es que la vida separándote el mar es dura y una foto por Internet puede acercar afectividades como el nieto, el bisnieto, el abuelo, la abuela, que ya habrá oportunidad de conocernos y reconocernos, aunque ahora el mar sea muralla.

Aytana & Maneco tienen otros registros porque también La Veleta es Centro de Investigación, y a eso se dedican. Pero no son sólo músicos y cantantes, son titiriteros, actores, cuentacuentos... Hace años, Luis Molina tuvo la estupenda idea de ofrecerles la obra poética infantil de una autora local reconocida, Manolita Espinosa, y como el invierno es largo, y bien que lo saben ellos cuando prueban el clima continental y extremo que les prestamos, aquel invierno tocó componer, crear e investigar, y bien que lo hicieron, con los versos de Manolita Espinosa salió un Rocinante de esponja, con cascos de coco con la mejor onomatopeya, y canciones con globos, y nanas para dormir a caballos que luego se mudan a teatros y a bibliotecas. Aquel invierno tocó inventar y en veranos como éste siguen soltando inventos por los escenarios. Maneco & Aytana, trovadores cubanos y manchegos.

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