Dijo un célebre pensador que la hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud, y las autoridades que buscan pretextos para realizar tardías reformas neoliberales en Paraguay son un buen ejemplo de ello.

Es el caso específico de uno de los arietes del proyecto neoliberal que naufraga, era el “gratificante” ministro de la función pública Humberto Peralta, quien intentó disfrazar su proyecto de recortes neoliberales como una campaña para “sanear” el presupuesto recortando bonificaciones.

Si alguien se tragó que se trataba de un impoluto tecnócrata trabajando por un mañana mejor para todos, se llevó una gran desilusión al conocerse un informe de Contraloría que le atribuía haberse embolsado con su plana mayor unos 70.000 dólares de manera irregular en concepto de gratificaciones.

La Secretaría de la Función Pública (SFP) habría violado la Ley de Presupuesto al usar el préstamo del BID en gratificaciones para altos funcionarios, entre los que figura el ministro Humberto Peralta. Peralta cobró la suma de 28 millones en moneda nacional, usando un préstamo del BID que pagará el ciudadano paraguayo, para embolsar dinero de la misma forma en que tanto pretende criticar a otros funcionarios.

La defensa que ensayó el presunto farsante no fue nada original: alegó que el informe de Contraloría que lo incrimina es un “ataque político”.

El decepcionante descubrimiento que no se trataba de recortar salarios a ley pareja sino solo a los críticos dejó al descubierto que se estaba ante la misma persecución político contra disidentes de siempre.

En ese contexto, los parlamentarios paraguayos aprobaron un pedido de informe a la Secretaría de la Función Pública (SFP) por cobros irregulares de gratificaciones por parte de funcionarios y ministros, durante el periodo 2013. La institución habría utilizado un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el efecto.

El pedido de informe fue aprobado durante la sesión ordinaria llevada a cabo el jueves de esta semana, durante la cual varios legisladores emitieron duros discursos contra el ministro en cuestión, que ganó notoriedad visitando programas de televisión para repetir su libreto neoliberal.

Varios legisladores recordaron a Peralta que ingresó a la Secretaría de la Función sin concursar como lo exige la ley, y sin embargo ahora reclama esa exigencia a los demás, haciendo gala de la filosofía “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”.

Reprocharon también que el ministro se jacte de la transparencia pública y se olvida de que fue el Senado quien tomó la iniciativa.

La misma Contraloría General de la República (CGR) reclama que la Secretaría de la Función Pública (SFP) usó un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en gratificaciones para altos funcionarios, incluyendo al titular, violando claramente la ley de Presupuesto.

Autoridades de esa institución rechazaron que el informe sobre cobro indebido de directivos de la SFP sea un "ataque político" a esta secretaría, y explicaron que las conclusiones y recomendaciones del informe de la CGR están basados en dictámenes de Hacienda.

Según el informe, en el 2013 se evidenciaron en la Secretaría de la Función Pública (SFP) pagos con dinero de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto de USD 70.457, más de G. 300 millones, en concepto de "Gratificaciones Especiales" e imputados al Objeto del Gasto 137, todo ello responsabilidad del ministro Humberto Peralta.

Dice un viejo refrán que contra los hechos no valen los argumentos. El ministro Peralta, que reprocha a otros funcionarios lo que acostumbra hacer creyéndose por encima del bien y del mal, debería tomar nota.