Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Copo
El Cautivo de Málaga, y eso lo salva de manipulaciones, sostiene en toda su pureza el diálogo del pueblo consigo mismo

El Cautivo de Málaga

|

Debe ser el nombre o la talla o la blanca túnica. Sea lo que sea, lo cierto es que El Cautivo del barrio de La Trinidad es el símbolo más claro que se da en Málaga de ese fenómeno conocido por “religiosidad popular”.

Por el barrio del río para acá se congregarán miles de malagueños de allá, acá, de todas partes y a todas horas para vivir el lunes blanco del Cautivo; debe ser el nombre lo que congrega tantos seguidores, adeptos y cautivos con ansias de liberación.

Una tarde noche, en una de esas esquinas de La Trinidad, escuché a Pepe de Campillos cantar una saeta con pellizco: “Atadas tienes tus manos/ y yo tengo mi castigo,/ atado mi corazón,/ sálvame Señor Cautivo”; esto, créanme los que gustan de la música, no es canto gregoriano, sino cante, algo que duele y conmociona; una forma de ser y sentir; algo muy andaluz.

Pues bien, la saeta nos introduce en la teoría de aquello que hablamos al principio: la religiosidad popular. El protagonista de la saeta se siente “cautivo y atado” y acude al Cautivo con mayúsculas, al hombre-dios con el que se iguala en esa condición. No le interesan otros ritos, ni siquiera la Resurrección, sino que va al encuentro de su igual con el que va a establecer un diálogo de tú a tú sin magos o intermediarios.

Así nace la religiosidad popular; después, los poderosos la prostituyen, la compran y el pueblo, ejerciendo de esclavo, lo permite. Y lo que se inició bajo la luz del diálogo, de la intimidad, casi del secreto, se convierte en espectáculo o manifestación. Y comienzan a aparecer los nuevos sanedrines, los que marcan el camino con una religiosidad reglada, del más allá, del premio o castigo, del amor y del temor.

El Cautivo de Málaga, y eso lo salva de manipulaciones, sostiene en toda su pureza el diálogo del pueblo consigo mismo. Y no es el nombre o la talla o la blanca túnica, por encima de todo es el silencio de los miles de cautivos que lo acompañan en ese recorrido de Lunes Santo.

Es su guardia pretoriana la que certifica la fe de un pueblo, la que no rinde culto al poder y a la tribuna, la única y auténtica garantía que nos encontramos ante un hecho religioso, la que da significado a aquella frase del nacido en Belén: “la fe de estos te ha salvado”.

El Cautivo de Málaga

El Cautivo de Málaga, y eso lo salva de manipulaciones, sostiene en toda su pureza el diálogo del pueblo consigo mismo
José García Pérez
miércoles, 16 de abril de 2014, 06:47 h (CET)
Debe ser el nombre o la talla o la blanca túnica. Sea lo que sea, lo cierto es que El Cautivo del barrio de La Trinidad es el símbolo más claro que se da en Málaga de ese fenómeno conocido por “religiosidad popular”.

Por el barrio del río para acá se congregarán miles de malagueños de allá, acá, de todas partes y a todas horas para vivir el lunes blanco del Cautivo; debe ser el nombre lo que congrega tantos seguidores, adeptos y cautivos con ansias de liberación.

Una tarde noche, en una de esas esquinas de La Trinidad, escuché a Pepe de Campillos cantar una saeta con pellizco: “Atadas tienes tus manos/ y yo tengo mi castigo,/ atado mi corazón,/ sálvame Señor Cautivo”; esto, créanme los que gustan de la música, no es canto gregoriano, sino cante, algo que duele y conmociona; una forma de ser y sentir; algo muy andaluz.

Pues bien, la saeta nos introduce en la teoría de aquello que hablamos al principio: la religiosidad popular. El protagonista de la saeta se siente “cautivo y atado” y acude al Cautivo con mayúsculas, al hombre-dios con el que se iguala en esa condición. No le interesan otros ritos, ni siquiera la Resurrección, sino que va al encuentro de su igual con el que va a establecer un diálogo de tú a tú sin magos o intermediarios.

Así nace la religiosidad popular; después, los poderosos la prostituyen, la compran y el pueblo, ejerciendo de esclavo, lo permite. Y lo que se inició bajo la luz del diálogo, de la intimidad, casi del secreto, se convierte en espectáculo o manifestación. Y comienzan a aparecer los nuevos sanedrines, los que marcan el camino con una religiosidad reglada, del más allá, del premio o castigo, del amor y del temor.

El Cautivo de Málaga, y eso lo salva de manipulaciones, sostiene en toda su pureza el diálogo del pueblo consigo mismo. Y no es el nombre o la talla o la blanca túnica, por encima de todo es el silencio de los miles de cautivos que lo acompañan en ese recorrido de Lunes Santo.

Es su guardia pretoriana la que certifica la fe de un pueblo, la que no rinde culto al poder y a la tribuna, la única y auténtica garantía que nos encontramos ante un hecho religioso, la que da significado a aquella frase del nacido en Belén: “la fe de estos te ha salvado”.

Noticias relacionadas

Un 6 de mayo de 1931, se inició una controversia en Washington entre el representante diplomático paraguayo Pablo Max, y el boliviano Enrique Finot. La controversia era derivación de la llegada a Paraguay de dos cañoneras gemelas para fortalecer su Armada, procedentes de Génova, Italia.

Las protestas estudiantiles pro-palestinas en Estados Unidos, ¿harán caer la postura de Washington en la tierra de Israel-Palestina? Sin duda, puede influir en la no reelección de Biden, y en la política de Oriente próximo. Fruto de las acciones internacionales, Joe Biden y Estados Unidos aumenta la presión sobre su aliado Benjamin Netanyahu: ellos son los actores principales de esa tensión que se está produciendo.

Desde sus orígenes, los usuarios del poder, para reforzar su papel dominante, han acudido a la doctrina. Su efectividad ha quedado debidamente acreditada a lo largo de la historia. De tal manera que no ha habido poder duradero sin que intervenga la doctrina, aportando ese matiz legitimador que la caracteriza.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto