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El conocimiento de la Biblia es la base de una buena educación

Educación

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La Policía Nacional detuvo ayer a un séptimo joven acusado a participar en la presunta violación grupal de una menor de 14 años en Palma en la Noche de Navidad. De los siete detenidos todos son menores excepto uno de 19 años.

La Guardia Urbana de Lleida detuvo el lunes por la tarde en la calle Maragall a un joven de 19 años acusado de agredir a su madre y amenazarla con un cuchillo.

Valencia endurece la ley del juego para menores. Se impones controles de acceso en las casas de apuestas.

Según la dirección general de la Ordenanza del juego del Ministerio de Hacienda, más de un tercio de los españoles se inicia en el juego sin haber cumplido los 18 años.

Una ochentena de jóvenes es atendida en urgencias cada fin de semana por intoxicaciones alcohólicas en Catalunya.

<b>David le Breton</b>, profesor de Sociología y Antropología en la Universidad de Estrasburgo, hace esta radiografía de la juventud actual: “Las cifras asustan: Uno de cada cinco adolescentes en el mundo se encuentra en situación de estrés y caen en conductas de riesgo, otros en el consumismo en busca de cómo a través de la borrachera, los trastornos alimentarios, la toxicomanía…son actitudes recientes…Las generaciones jóvenes de hoy no están orientadas, no saben a dónde van, no tienen la certeza interior de que su vida tiene un valor y de que tienen un lugar en el mundo y lo buscan fuera. El consumismo intenta llenar esta brecha y darles puntos de referencia…Son individuos aislados que buscan reconocimiento”. Pienso que las palabras de <b>David le Breton</b> hacen una radiografía muy certera de la realidad de la adolescencia de nuestros días. Deberían ser motivo de reflexión.

El déficit educativo de nuestros días se debe a que se tiene en mente impartir muchos conocimientos a los niños olvidando que lo que es más importante en la educación es compartir sentido de la vida. La educación horizontal que únicamente tiene en cuenta las materias que se pueden contemplar con los ojos y tocar con las manos, es coja, y no prepara a los adolescentes para afrontar el mundo de manera positiva.

La educación, tanto la escolar como la paterna refleja la filosofía del hombre de hoy: Dios no existe, y si es, se olvida de nosotros, como algunos padres que dejan a sus hijos encerrados dentro del coche mientras se van de juerga. Las noticias que he mencionado al principio de este escrito reflejan la realidad que una educación en que sobra Dios, no es una formación adecuada para formar personas de bien, en la infancia, adolescencia, juventud y más tarde como adultos.

Nos quejamos del incivismo juvenil y de la corrupción política y nos despreocupamos de querer saber la causa que personas escolarizadas y con títulos universitarios se comporten tal como lo hacen a lo largo de sus vidas. A la educación que reciben le falta la cuarta pata que da estabilidad a la silla: Religión. Cuando me refiero a Religión no quiero decir conocimientos sobre religiones que tienen que ver más con la información que en la formación de los alumnos.

Aun cuando no tiene nada que ver con la religión sí que lo tiene con la disciplina. El texto que cito del libro de <b>Rafel Nadal</b> <i>Cuando éramos felices</i>, ambientado en la Girona de los años del siglo XX, debería despertarnos. Se refiere a la disciplina, desgraciadamente hoy en día casi desaparecida del mundo educativo paterno. Lo hace con estas palabras. “Ya ha quedado claro que si el padre era el encargado de la disciplina material, la madre siempre se ocupó de la supervisión de los estudios y de todas las cuestiones morales o intelectuales. Controlaba las notas, estaba en contacto con los maestros para saber cómo íbamos, y nos aconsejaba cuando teníamos que escoger un itinerario escolar”.

El libro de Proverbios pone mucho énfasis en la disciplina que los padres tienen que aplicar a sus hijos. Una muestra: “El que rehúye usar su bastón, a su hijo aborrece, mas el que lo ama, desde temprano lo corrige” (13: 24). A primera vista da la impresión de que los padres tienen que aplicar la violencia a la hora de disciplinar a sus hijos. Quien así lo interprete no manifiesta el amor que debe sentir por sus hijos. Desgraciadamente los gritos de personas que dan la impresión de que han enloquecido y los golpes salvajes a los que someten a sus hijos, son las herramientas que se usan con demasiada frecuencia en la educación. El apóstol Pablo enseña el principio que deberían seguir los padres a la hora de disciplinar a sus hijos: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6: 1-4).

Educación

El conocimiento de la Biblia es la base de una buena educación
Octavi Pereña
martes, 28 de enero de 2020, 08:21 h (CET)

La Policía Nacional detuvo ayer a un séptimo joven acusado a participar en la presunta violación grupal de una menor de 14 años en Palma en la Noche de Navidad. De los siete detenidos todos son menores excepto uno de 19 años.

La Guardia Urbana de Lleida detuvo el lunes por la tarde en la calle Maragall a un joven de 19 años acusado de agredir a su madre y amenazarla con un cuchillo.

Valencia endurece la ley del juego para menores. Se impones controles de acceso en las casas de apuestas.

Según la dirección general de la Ordenanza del juego del Ministerio de Hacienda, más de un tercio de los españoles se inicia en el juego sin haber cumplido los 18 años.

Una ochentena de jóvenes es atendida en urgencias cada fin de semana por intoxicaciones alcohólicas en Catalunya.

<b>David le Breton</b>, profesor de Sociología y Antropología en la Universidad de Estrasburgo, hace esta radiografía de la juventud actual: “Las cifras asustan: Uno de cada cinco adolescentes en el mundo se encuentra en situación de estrés y caen en conductas de riesgo, otros en el consumismo en busca de cómo a través de la borrachera, los trastornos alimentarios, la toxicomanía…son actitudes recientes…Las generaciones jóvenes de hoy no están orientadas, no saben a dónde van, no tienen la certeza interior de que su vida tiene un valor y de que tienen un lugar en el mundo y lo buscan fuera. El consumismo intenta llenar esta brecha y darles puntos de referencia…Son individuos aislados que buscan reconocimiento”. Pienso que las palabras de <b>David le Breton</b> hacen una radiografía muy certera de la realidad de la adolescencia de nuestros días. Deberían ser motivo de reflexión.

El déficit educativo de nuestros días se debe a que se tiene en mente impartir muchos conocimientos a los niños olvidando que lo que es más importante en la educación es compartir sentido de la vida. La educación horizontal que únicamente tiene en cuenta las materias que se pueden contemplar con los ojos y tocar con las manos, es coja, y no prepara a los adolescentes para afrontar el mundo de manera positiva.

La educación, tanto la escolar como la paterna refleja la filosofía del hombre de hoy: Dios no existe, y si es, se olvida de nosotros, como algunos padres que dejan a sus hijos encerrados dentro del coche mientras se van de juerga. Las noticias que he mencionado al principio de este escrito reflejan la realidad que una educación en que sobra Dios, no es una formación adecuada para formar personas de bien, en la infancia, adolescencia, juventud y más tarde como adultos.

Nos quejamos del incivismo juvenil y de la corrupción política y nos despreocupamos de querer saber la causa que personas escolarizadas y con títulos universitarios se comporten tal como lo hacen a lo largo de sus vidas. A la educación que reciben le falta la cuarta pata que da estabilidad a la silla: Religión. Cuando me refiero a Religión no quiero decir conocimientos sobre religiones que tienen que ver más con la información que en la formación de los alumnos.

Aun cuando no tiene nada que ver con la religión sí que lo tiene con la disciplina. El texto que cito del libro de <b>Rafel Nadal</b> <i>Cuando éramos felices</i>, ambientado en la Girona de los años del siglo XX, debería despertarnos. Se refiere a la disciplina, desgraciadamente hoy en día casi desaparecida del mundo educativo paterno. Lo hace con estas palabras. “Ya ha quedado claro que si el padre era el encargado de la disciplina material, la madre siempre se ocupó de la supervisión de los estudios y de todas las cuestiones morales o intelectuales. Controlaba las notas, estaba en contacto con los maestros para saber cómo íbamos, y nos aconsejaba cuando teníamos que escoger un itinerario escolar”.

El libro de Proverbios pone mucho énfasis en la disciplina que los padres tienen que aplicar a sus hijos. Una muestra: “El que rehúye usar su bastón, a su hijo aborrece, mas el que lo ama, desde temprano lo corrige” (13: 24). A primera vista da la impresión de que los padres tienen que aplicar la violencia a la hora de disciplinar a sus hijos. Quien así lo interprete no manifiesta el amor que debe sentir por sus hijos. Desgraciadamente los gritos de personas que dan la impresión de que han enloquecido y los golpes salvajes a los que someten a sus hijos, son las herramientas que se usan con demasiada frecuencia en la educación. El apóstol Pablo enseña el principio que deberían seguir los padres a la hora de disciplinar a sus hijos: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6: 1-4).

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