La Junta de Castilla y León comienza a construir lo que será, a partir de septiembre, un peldaño más de la nefasta política educativa para la comunidad. No se conforman con el daño que ya han hecho; un daño que empezó por la descoordinación entre las Direcciones Provinciales de Educación durante las dos legislaturas anteriores, continuó por la represión en temas de personal y ha acabará por cerrar centros, desplazar innecesariamente alumnado a otras localidades y soliviantar a centenares de padres y madres del ámbito rural, ello contradice las palabras del presidente, como ya es costumbre.

Flaco favor el que la Consejería de Educación está haciendo a Castilla y León. No admiten sugerencias ni quejas. Van a piñón fijo y desprecian continuamente las mejoras que propone la ciudadanía a través de las webs destinadas para ello. Ahí tienen, amigos lectores, la lección que están dando los padres y madres de Mayorga de Campos, en la provincia de Valladolid. No es de recibo la supresión de los dos primeros cursos de secundaria en el centro. Pero esa misma medida se ha extendido por la comunidad y acabarán haciendo un pan como unas tortas.

No cuadran las peticiones que hace el presidente, Herrera Campo, sobre los criterios para financiar la comunidad. Y mientras él intenta desplegarlos en sus discursos, sus consejeros le deshacen la madeja una y otra vez. Es la fábula de Aracne en permanente desarrollo. Precisamente por la cantidad de contradicciones en que incurre el Gobierno de Castilla y León es por lo que su credibilidad está por los suelos. Y… como no hay oposición en las Cortes regionales, pues nos encontramos con unos políticos que ostentan el gobierno regional y muchas de cuyas medidas se demuestra que son claros tintes dictatoriales, avasalladores y despreciables.

Lo mismo Mayorga de Campos que otros municipios de la comunidad no van a parar de presionar hasta hacerle ver al consejero de Educación que está mal asesorado y peor informado. Las declaraciones de Mateos en radio han soliviantado a todos. No se puede ir de chulo por la vida y menos aún sabiendo que sus palabras no son fruto de su reflexión y sí de lo mal que le informan sus asesores y cercanos políticos. Sin duda estaría mejor en casa. Se ha ganado la jubilación a pulso con las tonterías que predica a diario y el daño que su política está haciendo a Castilla y León. Desde aquí exijo su dimisión, con el convencimiento de que está en deuda con Castilla y León, y lo seguirá estando tras el daño que predica y ejecuta.

La medida que ha adoptado el departamento de Juanjo Mateos va contra el medio rural, el desarrollo de éste y la propia estabilidad. Condena a los niños a pasar mucho tiempo en la carretera, con el consiguiente riesgo. Ello va a hacer que se empiecen a despoblar determinadas zonas porque la gente va a emigrar a aquellas localidades que tengan instituto. Pero eso él no lo sabe ver ni lo entiende; al menos eso ha dicho en su intervención radiofónica.

Si no conseguimos parar estas barbaridades que el Partido Popular está cometiendo en Castilla y León, entonces es que tenemos lo que nos merecemos. Al no tener oposición que sepa controlar adecuadamente las barbaridades del Gobierno de Herrera Campo, estamos condenados a resolvernos nuestros propios problemas y esa solución pasa por perseguir a los políticos hasta que aprendan a trabajar y se comprometan con la comunidad. Es un derecho y, además, es un anhelo cada vez más extendido.

¡Ya llegarán las próximas elecciones y comprobaremos qué forma física tienen los políticos! Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.