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Hay quién dedica el periodo vacacional a ayudar a otros que lo necesitan. Son “las otras vacaciones”

Las otras vacaciones

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No me refiero a aquellos que se visten de “Coronel Tapioca” y se dirigen cómodamente en avión a hacerse fotos con indígenas o con animales en riesgo de extinción. Me refiero a aquellos profesionales de diverso tipo que ponen sus conocimientos y esfuerzos al servicio de los demás. Voluntarios que acompañan a niños discapacitados en colonias veraniegas, sanitarios que se desplazan a países de escaso desarrollo donde con muy poco se puede hacer mucho, arquitectos, maestros, ingenieros y técnicos de todo tipo que montan hospitales, talleres, fábricas y poblados enteros usando y abusando de sus vacaciones.

Hoy me gustaría reflejar como la buena noticia dos proyectos en los que trabajan personas muy cercanas a mí. El primero se desarrolla en Costa de Marfil y acaba de terminar una fase muy importante de su desarrollo. Se trata de la plataforma “Más nunca es menos”. Estos últimos días han puesto en marcha la edificación del complejo médico-sanitario-de acogida que llevaban años preparando desde Málaga. En Korhogo han culminado un mes de intenso trabajo después de devolver a Awa, la niña operada de corazón en Málaga. totalmente recuperada a sus padres. Otro tipo de vacaciones.

El segundo aun lo he vivido más de cerca. En estos días se encuentran en Togo (otro país del golfo de Guinea) dos maestras malagueñas, madres de familia, que no se han conformado con animar a lo largo del curso a los alumnos, sus padres y el profesorado del Colegio de los Olivos, a fin de conseguir fondos para la construcción de un pozo y una granja, sino que se han desplazado allí para conocer in situ ese país tan necesitado de ayuda y desarrollo a fin de seguir apoyándoles desde Málaga en la medida de sus esfuerzos.

Vacaciones bien aprovechadas para romper con la rutina y valorar el esfuerzo de tantos africanos en caminar miles de kilómetros para encontrar aquello que falta en su país y nos sobra a nosotros. Esa migración que tan solo se puede solventar enseñándoles a aprovechar sus riquezas naturales así como transmitiéndoles la cultura y la educación necesarias.

Una buena noticia de hoy protagonizada en parte por mi hija Inmaculada y su compañera Pilar. Unas madres-coraje modernas y solidarias. Volverán cargadas de experiencia y satisfechas de haber puesto su granito de arena. Otro tipo de vacaciones.

Las otras vacaciones

Hay quién dedica el periodo vacacional a ayudar a otros que lo necesitan. Son “las otras vacaciones”
Manuel Montes Cleries
lunes, 5 de agosto de 2019, 09:35 h (CET)

No me refiero a aquellos que se visten de “Coronel Tapioca” y se dirigen cómodamente en avión a hacerse fotos con indígenas o con animales en riesgo de extinción. Me refiero a aquellos profesionales de diverso tipo que ponen sus conocimientos y esfuerzos al servicio de los demás. Voluntarios que acompañan a niños discapacitados en colonias veraniegas, sanitarios que se desplazan a países de escaso desarrollo donde con muy poco se puede hacer mucho, arquitectos, maestros, ingenieros y técnicos de todo tipo que montan hospitales, talleres, fábricas y poblados enteros usando y abusando de sus vacaciones.

Hoy me gustaría reflejar como la buena noticia dos proyectos en los que trabajan personas muy cercanas a mí. El primero se desarrolla en Costa de Marfil y acaba de terminar una fase muy importante de su desarrollo. Se trata de la plataforma “Más nunca es menos”. Estos últimos días han puesto en marcha la edificación del complejo médico-sanitario-de acogida que llevaban años preparando desde Málaga. En Korhogo han culminado un mes de intenso trabajo después de devolver a Awa, la niña operada de corazón en Málaga. totalmente recuperada a sus padres. Otro tipo de vacaciones.

El segundo aun lo he vivido más de cerca. En estos días se encuentran en Togo (otro país del golfo de Guinea) dos maestras malagueñas, madres de familia, que no se han conformado con animar a lo largo del curso a los alumnos, sus padres y el profesorado del Colegio de los Olivos, a fin de conseguir fondos para la construcción de un pozo y una granja, sino que se han desplazado allí para conocer in situ ese país tan necesitado de ayuda y desarrollo a fin de seguir apoyándoles desde Málaga en la medida de sus esfuerzos.

Vacaciones bien aprovechadas para romper con la rutina y valorar el esfuerzo de tantos africanos en caminar miles de kilómetros para encontrar aquello que falta en su país y nos sobra a nosotros. Esa migración que tan solo se puede solventar enseñándoles a aprovechar sus riquezas naturales así como transmitiéndoles la cultura y la educación necesarias.

Una buena noticia de hoy protagonizada en parte por mi hija Inmaculada y su compañera Pilar. Unas madres-coraje modernas y solidarias. Volverán cargadas de experiencia y satisfechas de haber puesto su granito de arena. Otro tipo de vacaciones.

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