En la primera parte del sínodo de la Amazonía se apuesta por escuchar el latido de la región para comprenderla y responder con una conversión pastoral de la Iglesia, tal como propone el Papa. En la segunda parte se adentra en la propuesta de una ecología integral que se preocupe por todos los aspectos de la vida humana y de su relación con la Creación. Se apunta, en este caso, hacia la necesidad de una conversión ecológica, siguiendo las líneas de lo propuesto también por Francisco en la encíclica “Laudato si”, en la que nos interpela directamente por el daño provocado a la Tierra a causa del uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto en ella. Por último, en la tercera parte se incide en los desafíos y esperanzas para una Iglesia con rostro amazónico y misionero, que sea valiente en su proclamación profética del Evangelio y que esté fuertemente implicada en la defensa de la Creación y de los pueblos indígenas, que desde su ancestral cultura tienen mucho que enseñar a los hombres y mujeres de hoy en día.
