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La complejidad devería acercarnos a la humildad y a la mejor ambición creativa

Almas cuánticas

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Los PERSONALISMOS adquieren proporciones inquietantes, siendo ya de por sí de carácter inverosímil; la exageración de sus condiciones les convierte en menos creíbles. Contrasta la credulidad general ante tan evidentes muestras de extralimitaciones. Es habitual confundirlos con las ideas bien elaboradas por personalidades cabales de mentes equilibradas.; siendo patente el deterioro de la personalidad presente en los personalismos acendrados, como insisto en el presente comentario. En la confusión de estos etiquetados perdemos el rumbo, generamos el desmadre de las conductas diarias, impedimos la clarificación de los proyectos colectivos e individuales.


Las profundidades de eso que venimos en denominar almas son insondables. Las distancias, las dimensiones, los efectos simltáneos, las andanzas de ondas sentimentales, evidencian funcionamientos propios de la física cuántica. Las posibilidades ofrecidas por las numerosas vías de contactos multiplican las variaciones, que por añadidura, no siempre serán percibidas de manera consciente.Si no lo queremos calificar como cuántico será algo parecido, COMPLEJO por donde se mire; en contraste flagrante con los personalismos mencionados. Los intentos de fijación son absurdos, de manera especial cuando provienen de personas con intenciones aviesas para aprovechare de los demás.


Aunque las apariencias capten la atención inmediata con alardes presuntuosos, los componentes materiales que nos constituyen y no digamos esos rasgos espirituales de difícil comprensión, plantean el reto constante para saber más sobre sus características. Esa enorme variedad de circunstancias viene reflejada por los quehaceres CIENTÍFICOS auténticos; conviene diferenciarlos de los apaños rutinarios, aunque estos provengan del ámbito universitario. Con frecuencia nos venden humo con estudios simplones; que sin la valoración de la complejidad acaban siendo deformantes de la realidad. La difusión mediática no suple las deficiencias de los estudios mal planteados.


Si nos detenemos en la consideración de la gente próxima, padres, abuelos, hermanos; percibiremos la gran variedad de influencias recibidas a través de ellos. El árbol genealógico esboza la amplitud del ESPECTRO con respecto a las influencias recibidas en esa transmisión a través de los comportamientos de los más cercanos en sus diferentes generaciones. Ni las aportaciones de esos parientes son uniformes, ni tampoco lo son las formas de ser encajadas por los sujetos receptores. Calan muy hondo estas maneras de convivencia, bien sea con el beneplácito o con el rechazo de sus protagonistas; porque unas son promovidas voluntariamente, pero abundan las de carácter solapado.


Entre los antecesores intervinientes para la configuración de lo que somos, son los factores hereditarios primordiales aquiellos ligados a la GENÉTICA. Los hay de muy diversas características. Desde los más enérgicos, transmisores de su potencial de forma dominante (enfermedades, mecanismos biológicos); a los menos activos que pueden no llegar a manifestarse nunca. La utilización predictiva de estos conocimientos abre posibilidades beneficiosas, pero también permite abusos empresariales o políticos. Las manipulaciones genéticas afloran en la discusión pública. Estamos ante un panorama exigente por su riqueza de matices, que pueden escaparse de nuestro control.


La inestabilidad es definitoria de nuestras peripecias, impone sus reales oscilaciones, siempre vence frente a los empeños para fijar las posiciones. Acciones o ideas similares nunca tropiezan con entornos iguales, lo que viene a modificar el sentido de cuanto pergeñábamos. Solemos minusvalorar estas OSCILACIONES, imbuídos como estamos de la prepotencia individual; como si ese inmenso mundo circundante que todo lo modifica no existiera. Más bien huimos de esas valoraciones un tanto desdeñadas, lo que por supuesto no las elimina. De una tacada pretendemos librarnos de quebraderos de cabeza, eludiendo también las responsabilidades derivadas de las actuaciones pensadas como aisladas.


Cuando los saberes abundan, por el contrario, tendemos a simplificar las cosas de manera improedente, porque suprimimos conocimientos importantes para evitarnos complicaciones. Los expertos publican el descubrimiento de los NEUTRINOS, de sus propiedades. Desde sus procedencias cósmicas, apenas se detectan, pero atravesando cuanto se le ponga por delante, incluido el cuerpo de los humanos sin dejar señales aparentes. Por dichos derroteros, quién sabe de sus acompañantes. Su carácter invisible, su poder invasivo serían pura delicia de los desaforados manipuladores. Estamos acostumbrados a la invasión de sus trapisondas a costa de quien sea.


Si nos fijamos en el ámbito de las ideas, con esos pensamientos incesantes por tantas cabecitas, tampoco la sencillez aparece por parte alguna. Ya se describe la NOOSFERA como el conglomerado de aportaciones mentales agrupadas en un fondo global; influyente para todos, aunque excluido de los accesos dominadores. Todo lo ideado acude a ese fondo, pero también esa noosfera planea sobre las maneras de pensar posteriores. Ni las proclamaciones más fogosas, ni las de mayor inmediatez, garantizan su preponderancia sobre el conjunto; los mecanismos de asimilación siguen pautas desconocidas. Con lo cual, eso de saber de que fuente bebemos es una entelequia configurada a través de ramificaciones asombrosas, de ignorancias acumulasas.


Las voluntades ejercen su cuota decisoria con un ímpetu arrollador. No obstante, subsiste majestuoso el trasfondo de carácter involuntario que nos acecha implacable. El mismo nacimiento de las ideas, la memoria, las evoluciones del mundo natural, la repercusión de los mecanismos sociales, hasta los aprendizajes, esforzados o sin pretenderlos; son ejemplos vivos de la INCERTIDUMBRE incrustada de manera crucial en la aventura de la vida. Las consecuencias de dicha situación las observamos a diario.


Las actuaciones humanas inciden de una manera desigual sobre el resto de las realidades. La REPERCUSIÓN de ideas y acciones, sea a corto plazo, o sea en derivaciones prolongadas en el tiempo, escapan en su mayor parte de las previsiones de los actuantes; sobre todo si las intenciones no acompañan, si quedan diluidas en el desinterés necio.

Hablemos de creencias, de los sentimientos cotidianos, de los estudios científicos o de simples entretenimientos, eso que venimos en denominar alma humana sobrepasa los linderos cuantificados , para enarbolar ráfagas mágicas de una REVERBERACIÓN existencial que nos configura, aunque los circuitos recorridos estén alejados de las difiniciones al uso. La fascinacion ó la necedad llaman a la puerta de cada alma, interpelan a cada uno.

Almas cuánticas

La complejidad devería acercarnos a la humildad y a la mejor ambición creativa
Rafael Pérez Ortolá
jueves, 1 de noviembre de 2018, 11:58 h (CET)

Los PERSONALISMOS adquieren proporciones inquietantes, siendo ya de por sí de carácter inverosímil; la exageración de sus condiciones les convierte en menos creíbles. Contrasta la credulidad general ante tan evidentes muestras de extralimitaciones. Es habitual confundirlos con las ideas bien elaboradas por personalidades cabales de mentes equilibradas.; siendo patente el deterioro de la personalidad presente en los personalismos acendrados, como insisto en el presente comentario. En la confusión de estos etiquetados perdemos el rumbo, generamos el desmadre de las conductas diarias, impedimos la clarificación de los proyectos colectivos e individuales.


Las profundidades de eso que venimos en denominar almas son insondables. Las distancias, las dimensiones, los efectos simltáneos, las andanzas de ondas sentimentales, evidencian funcionamientos propios de la física cuántica. Las posibilidades ofrecidas por las numerosas vías de contactos multiplican las variaciones, que por añadidura, no siempre serán percibidas de manera consciente.Si no lo queremos calificar como cuántico será algo parecido, COMPLEJO por donde se mire; en contraste flagrante con los personalismos mencionados. Los intentos de fijación son absurdos, de manera especial cuando provienen de personas con intenciones aviesas para aprovechare de los demás.


Aunque las apariencias capten la atención inmediata con alardes presuntuosos, los componentes materiales que nos constituyen y no digamos esos rasgos espirituales de difícil comprensión, plantean el reto constante para saber más sobre sus características. Esa enorme variedad de circunstancias viene reflejada por los quehaceres CIENTÍFICOS auténticos; conviene diferenciarlos de los apaños rutinarios, aunque estos provengan del ámbito universitario. Con frecuencia nos venden humo con estudios simplones; que sin la valoración de la complejidad acaban siendo deformantes de la realidad. La difusión mediática no suple las deficiencias de los estudios mal planteados.


Si nos detenemos en la consideración de la gente próxima, padres, abuelos, hermanos; percibiremos la gran variedad de influencias recibidas a través de ellos. El árbol genealógico esboza la amplitud del ESPECTRO con respecto a las influencias recibidas en esa transmisión a través de los comportamientos de los más cercanos en sus diferentes generaciones. Ni las aportaciones de esos parientes son uniformes, ni tampoco lo son las formas de ser encajadas por los sujetos receptores. Calan muy hondo estas maneras de convivencia, bien sea con el beneplácito o con el rechazo de sus protagonistas; porque unas son promovidas voluntariamente, pero abundan las de carácter solapado.


Entre los antecesores intervinientes para la configuración de lo que somos, son los factores hereditarios primordiales aquiellos ligados a la GENÉTICA. Los hay de muy diversas características. Desde los más enérgicos, transmisores de su potencial de forma dominante (enfermedades, mecanismos biológicos); a los menos activos que pueden no llegar a manifestarse nunca. La utilización predictiva de estos conocimientos abre posibilidades beneficiosas, pero también permite abusos empresariales o políticos. Las manipulaciones genéticas afloran en la discusión pública. Estamos ante un panorama exigente por su riqueza de matices, que pueden escaparse de nuestro control.


La inestabilidad es definitoria de nuestras peripecias, impone sus reales oscilaciones, siempre vence frente a los empeños para fijar las posiciones. Acciones o ideas similares nunca tropiezan con entornos iguales, lo que viene a modificar el sentido de cuanto pergeñábamos. Solemos minusvalorar estas OSCILACIONES, imbuídos como estamos de la prepotencia individual; como si ese inmenso mundo circundante que todo lo modifica no existiera. Más bien huimos de esas valoraciones un tanto desdeñadas, lo que por supuesto no las elimina. De una tacada pretendemos librarnos de quebraderos de cabeza, eludiendo también las responsabilidades derivadas de las actuaciones pensadas como aisladas.


Cuando los saberes abundan, por el contrario, tendemos a simplificar las cosas de manera improedente, porque suprimimos conocimientos importantes para evitarnos complicaciones. Los expertos publican el descubrimiento de los NEUTRINOS, de sus propiedades. Desde sus procedencias cósmicas, apenas se detectan, pero atravesando cuanto se le ponga por delante, incluido el cuerpo de los humanos sin dejar señales aparentes. Por dichos derroteros, quién sabe de sus acompañantes. Su carácter invisible, su poder invasivo serían pura delicia de los desaforados manipuladores. Estamos acostumbrados a la invasión de sus trapisondas a costa de quien sea.


Si nos fijamos en el ámbito de las ideas, con esos pensamientos incesantes por tantas cabecitas, tampoco la sencillez aparece por parte alguna. Ya se describe la NOOSFERA como el conglomerado de aportaciones mentales agrupadas en un fondo global; influyente para todos, aunque excluido de los accesos dominadores. Todo lo ideado acude a ese fondo, pero también esa noosfera planea sobre las maneras de pensar posteriores. Ni las proclamaciones más fogosas, ni las de mayor inmediatez, garantizan su preponderancia sobre el conjunto; los mecanismos de asimilación siguen pautas desconocidas. Con lo cual, eso de saber de que fuente bebemos es una entelequia configurada a través de ramificaciones asombrosas, de ignorancias acumulasas.


Las voluntades ejercen su cuota decisoria con un ímpetu arrollador. No obstante, subsiste majestuoso el trasfondo de carácter involuntario que nos acecha implacable. El mismo nacimiento de las ideas, la memoria, las evoluciones del mundo natural, la repercusión de los mecanismos sociales, hasta los aprendizajes, esforzados o sin pretenderlos; son ejemplos vivos de la INCERTIDUMBRE incrustada de manera crucial en la aventura de la vida. Las consecuencias de dicha situación las observamos a diario.


Las actuaciones humanas inciden de una manera desigual sobre el resto de las realidades. La REPERCUSIÓN de ideas y acciones, sea a corto plazo, o sea en derivaciones prolongadas en el tiempo, escapan en su mayor parte de las previsiones de los actuantes; sobre todo si las intenciones no acompañan, si quedan diluidas en el desinterés necio.

Hablemos de creencias, de los sentimientos cotidianos, de los estudios científicos o de simples entretenimientos, eso que venimos en denominar alma humana sobrepasa los linderos cuantificados , para enarbolar ráfagas mágicas de una REVERBERACIÓN existencial que nos configura, aunque los circuitos recorridos estén alejados de las difiniciones al uso. La fascinacion ó la necedad llaman a la puerta de cada alma, interpelan a cada uno.

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