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En la medida que los Estados de la Unión Europea son muy celosos de no desprenderse de su soberanía en materia de seguridad y justicia, pretender la unificación de delitos y de sus correspondientes penas en un Código Penal común, como sería lo deseable, resultaría prácticamente imposible.
De aquí que la euroorden, que nació para agilizar el procedimiento de extradición, se fundamentó cuando se puso en práctica en la aplicación de la confianza y reconocimiento mutuo de las resoluciones judiciales entre los Estados miembros sin que se pudiera ni debiera entrar entrar en el fondo del asunto, así se acordó y debatió en el seno de la Comisión y Parlamento europeo.
La Corte regional alemana, ha hecho lo contrario y se ha extralimitado al examinar el principio de la doble incriminación, conculcando gravemente el espíritu de la orden de detención y entrega europea.
Deducir que el delito de rebelión supone una exoneración del mismo, solo por haber denegado dicha Corte la euroorden del Tribunal Supremo que pesa sobre el fugado Puigdemont para el delito de rebelión, es una falacia más de los independentistas catalanes, que sin duda es inasumible por la justicia española que se vería absurdamente desautorizada para juzgar los delitos que son de su única y exclusiva jurisdicción personal y territorial.
Cualquier decisión que tome el Juez LLarena menos aceptar la errónea y retorcida interpretación de la orden realizada por el tribunal regional alemán sería la correcta.
’A porta gayola’. Entre taurinos, forma de recibir al toro cuando sale al ruedo. Wikipedia añade que es el lance en el que el torero espera al toro de rodillas enfrente de la puerta de toriles; antes de que el animal salga, y cuando se produce la embestida, lo burla con una larga cambiada. Espectacular y peligrosa, pues el animal puede salir deslumbrado y arrollar al torero sin ver ni obedecer al capote.
Vivimos en un país cainita que lleva toda la vida con sus habitantes tirándose los trastos a la cabeza. Desde que dimos el vuelco hacia la democracia, ya hace casi setenta años, vivimos en un ambiente político que se preocupa más de resaltar lo que nos separa, que de poner en marcha lo que nos une.
Está visto que nos necesitamos unos a otros. Además, cuidado con la hoguera que actives contra tu análogo, no sea que se extienda el fuego contra ti mismo. Al mismo tiempo, custodia tu codicia, puedes ascender pero también descender hasta arrastrarte. Únicamente quien sabe preservar lo ajeno puede salvaguardar lo propio.
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