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Me he sentido agradablemente sorprendido por la noticia, publicada en diversos medios, que recoge el apreciable ascenso del número de trasplantes realizados en Málaga, lo que me ha permitido considerarla como la BUENA NOTICIA DE HOY. Supongo que parte de ellos se realiza desde personas con buena salud que ceden parte de sus órganos a quien lo necesita, pero hoy quiero remarcar a los que después de fallecer siguen siendo útiles a los demás.
Allá por mediados de 1970 accedí por primera vez al banco de sangre del hospital civil para realizar mi primera donación. A lo largo de los años y mientras que mi edad me lo permitió, he ido a entregar mi bien preciado medio litrito, que era un bien preciado para algún enfermo. Al tener un grupo sanguíneo poco corriente (AB positivo), me llamaban especialmente cuando necesitaban sangre de mi grupo. Allí coincidía con varios que tenían las mismas características y llegamos a hacernos amigos para siempre entre ellos mi amigo Manolo Marfil q.e.p.d. Después me hice donante de médula y del resto de mi cuerpo, por si sirviera para algo. De la médula te excluyen con la edad.
Por eso entiendo la satisfacción que debemos tener los malagueños por este compromiso con la humanidad. Casi siempre los donantes lo son porque sus familiares así lo deciden, pero también podemos dejarlo dicho a nuestros deudos por si, desgraciadamente, fallecemos y aun servimos para algo. Hay un documento por ahí, que podemos llevar encima por si acaso.
Las familias de esos 62 donantes que han salvado vidas de enero a mayo de 2018 en nuestra provincia, se pueden y, estoy seguro que lo están, sentir contentos. La vida de su ser querido, o la suya propia, se ha prolongado dentro de otra persona que renace gracias a ellos. En el evangelio de San Juan se recogen estas palabras del propio Jesús: No hay amor más grande que dar la vida por los amigos». Esta alternativa que nos permite ayudar a los demás hasta después de muertos, es otra expresión de amor.
Ermengol, en una de sus ilustraciones críticas, sin texto, solo la imagen que habla por sí misma, expone una gran verdad, a pesar de que los políticos no se atreven a hablar de ello abiertamente. La ilustración muestra a la Justicia sentada sobre una columna arrojando al vacío a un juez. La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Qué es la Justicia? Es la acción de Dios que es el Juez justo por excelencia.
Nos levantamos cada mañana, esperando y temiendo, que hoy, o en esta semana, algún personaje/persona de la política o de sus aledaños inventen un nuevo insulto contra alguien. Hasta la saciedad hemos indicado que se expongan datos, argumentos, razones, conceptos, ideas con respeto, con respeto a las posiciones del otro, con respeto a las posiciones ideológicas del otro, con respeto a las otras personas.
Necesitamos comprensión de hogar, máxime en un tiempo donde las familias son muy heterogéneas; ya que los diversos vínculos suelen sentir y vivir de manera distinta, además de que los espacios sean muy diferentes, pues aún se silencian voces en muchos de ellos, imperando el ordeno y mando, sin apenas diálogo alguno.
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