L@s que usan ese calificativo para definir el gobierno que surgirá de la censura deberían  leer la obra de Mary Shelley.

Es corto y gratis. Basta con la lectura de la introducción, pero, en estos tiempos en que imperan las versiones que violan la obra, todo quisqui tiene mucha prisa. Pues bien, dogmátic@s; el miedo que ustedes nos imponen hizo que el aristócrata suizo incendiara su laboratorio en el que se encontraba la criatura más perfecta que habían logrado sus muchos años de investigación; el fuego hizo al monstruo

Sus señorías, excelencias y demás, tienen razón cuando utilizan lo del “gobierno de Frankenstein en lo que respecta al Olimpo actual.

Reconozco que tengo miedo: lo han dejado todo atado y bien atado: el partido censurado conservará instrumentos fundamentales en el Estado de Derecho: mayoría en el senado, presidencia del Congreso, presupuestos, compromisos con la UE… Los mercados se invitan solos…

Los partidos que han votado la censura se han unido por el escándalo de la sentencia de Gürtel.

He expresado en este medio mi opción por una Constituyente.

En los partidos firmantes hay dogmas y taras del Edén de la Restauración. El nuevo partido de gobierno tiene pactos con el defenestrado: en modelo territorial, en manipulación del poder judicial, en sus defensas de casos de corrupción…

El sí a la moción es un desafío que ha tenido que ser debatido en las negociaciones y el consenso alcanzado es ya un síntoma de pérdida de temores, la reciente subida de la bolsa es un síntoma. Hace falta echar más lastre hasta que un credo que no es el nuestro no nos haga incendiar el laboratorio para hacer un monstruo de la criatura.