Las metáforas son imágenes, conceptos o ideas que guardan entre sí una relación sutil que es convocada o sugerida cuando aparecen asociadas en un texto. Las palabras son metáforas, símbolos, que sugieren imágenes. Pero, también son metáforas los hechos, porque de ellos se desprenden significados, imágenes, ideas. Todo es poesía, pero también puede no serlo, porque la poesía la hace quien la lee.
Según el dadaísmo, una receta de un huevo frito, puede ser poesía si al que la lee o escucha le convoca imágenes. Por lo tanto, podemos decir que la vida es una poesía a la espera de ser trascendida. Todo está en que cada cual quiera interpretarla a su manera. Aunque no nos demos cuenta, tenemos la necesidad de traducir la vida. Pero, en según qué cosas, es difícil sacar conclusiones. Si no, que se lo pregunten a los economistas, políticos, psiquiatras, psicólogos, abogados, jueces, policías, etcétera.
Por eso delegamos en los tecnócratas, en la opinión general u otros. Para tener un criterio propio, uno se ha tenido que molestar en pararse para analizar y recapacitar... Pero esto doloroso, es más fácil que nos lo den todo masticado y regurgitado, como hacen los animales. Como he dicho, la vida puede ser una poesía rica en significados, o puede tener el encefalograma plano. En tu mano está la libertad de elegir lo que quieres pensar. Pero también eres libre de elegir la esclavitud. ¿Quieres ser libre? Lee poesía, lee la vida. La poesía nos hará libres.