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"Los partidos discuten no tanto para convencerse como para decirse mutuamente cosas desagradables.”A.Tournier.

¿Los partidos políticos como solución para la democracia española?

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Juan Domingo Perón, el fundador del llamado peronismo en Argentina decía: “cuando un partido político se viene abajo, no es el partido político quien tiene la culpa, sino el conductor”. La experiencia que, en España, se tiene de los partidos políticos, tanto durante la época de la monarquía como en la de la II República del 14 de Abril de 1931, cuyo triste final es, de común conocimiento de los españoles, no fue precisamente lo que se podría calificar de satisfactorio. Es posible que, no todos los países y sus ciudadanos, estén preparados para afrontar con el debido civismo un sistema basado en distintos partidos políticos que sean capaces de entenderse entre ellos y, por encima de todo, de trabajar en aquellos temas fundamentales que afecten al bienestar de la ciudadanía, con la unión y necesaria buena fe incluso en aquellos casos en que alguno o algunos de ellos deban ceder para permitir que por encima de los intereses partidistas prime el interés general del país.


Deberemos reconocer que, en cuanto se refiere a civismo, disciplina, responsabilidad y cumplimiento de las normas dictadas por los órganos legislativos de su nación, los países nórdicos, con Alemania a la cabeza nos pueden dar lecciones. La forma en la que los alemanes han resulto el resultado de sus últimas elecciones legislativas se puede decir que ha sido modélica lo mismo que lo ha sido el comportamiento del SPD al renunciar a ocupar su lugar en la oposición para, en bien de la nación, colaborar con el partido conservador de la señora Merkel. ¡ En España estamos a años luz de ser capaces de actuar de una forma tan civilizada, tan responsable y tan seria en beneficio de los intereses nacionales! El ejemplo de la misma Baviera, el land alemán que pidió información el TS de la nación respecto a los posibilidades de obtener su independencia del resto del país, no puede ser más ilustrativo respecto al sentido democrático del pueblo alemán que aceptó sin rechistar la respuesta del alto tribunal alemán por la que se les denegaba cualquier remota posibilidad de que la separación que solicitaban pudiera llegar a materializarse en ningún momento.


En España, una situación parecida producida en algunas de las comunidades o autonomías en las que la Constitución dividió a España, no sólo llevó a que bandas terroristas se cebaran en la vida de los españoles, como sucedió en el País Vasco con su kale borroca y la banda criminal ETA, todavía en proceso de disolución, sino que han cristalizado en una serie de partidos abiertamente separatistas ( tenemos la información de que, en la nación alemana, están prohibidos todos las organizaciones que intenten constituirse en este sentido) que han conseguido implantarse con fuerza, no sólo en el País Vasco, como sucedía anteriormente sino que, a través de Bildu y otras organizaciones nacionalistas, están gobernando en Navarra donde, por si fuera poco, siguen intentado en anexionarla al país vasco. Si la dictadura del general Franco obvió cualquier intento de división de las que, durante la segunda República tuvieron lugar como fueron los casos de Cataluña con el señor Companys y la revolución de los mineros de Asturias en octubre de 1934, unidas a las aspiraciones de los seguidores de Sabino Arana (PNV) que intentaban una independencia del país vasco en cierta manera de tipo teocrático.


La irrupción de unos partidos de corte leninista procedente de Venezuela y bajo el amparo del dictador Maduro, que se instalaron gracias al apoyo de cadenas televisivas que no dudaron en hacer la propaganda que ellos buscaban para buscar acólitos que les ayudasen a esparcir la semilla anarco-comunista entre los descontentos de la crisis que nos asoló desde finales del 2007 hasta hace apenas un año; precisamente cuando España empezaba a salir de la época peor y se daban las primeras señales de una recuperación económica que ha llegado de la mano de la reactivación industrial y la consiguiente disminución del insoportable desempleo que azotaba nuestro país. La aparición de los comunistas venezolanos de Podemos, provocó un éxodo de las izquierdas hacia las propuestas de los señores Iglesias, Errejón, Monedero y Echenique que provocó, contra todo pronóstico, un vuelco importante del voto de los españoles con el derrumbe de lo que, hasta aquellos momentos había sido un bipartidismo entre el PP y el PSOE, Las elecciones provocaron un reparto de votos del que salieron más beneficiados los comunistas que consiguieran el voto incluso de votantes de derechas desengañados del comportamiento de los partidos que se habían visto obligados a bregar con la crisis económica que afectó a medio mundo.


Si, desde la transición, el bipartidismo había conseguido frenar a los independentistas e, incluso, acabar con los crímenes de la banda ETA; el hecho novedoso de un Parlamento (el Senado quedó en manos del PP con mayoría absoluta) en el que lo que había sido en la práctica un enfrentamiento entre socialista y populares turnándose el poder, la nueva configuración de la cámara baja supuso la irrupción ( principalmente de los comunistas bolivarianos) de terceros en discordia capaces de poner en aprietos a los dos partidos mayoritarios que, aunque conservaron ventaja sobre los demás la aritmética se prestaba a que el conseguir mayorías resultaba menos fácil que en las anteriores legislaturas. Lejos de lo que se hubiera podido interpretar como votaciones de castigo al bipartidismo a causa de los recortes a los que fueron sometidos los ciudadanos como consecuencia de la crisis, se ha podido comprobar que partidos sin ninguna experiencia en el gobierno han ido progresando de una manera espectacular, como ha sido el caso de Ciudadanos del señor A.Rivera que, de conseguir ir progresando en la autonomía catalana por su enfrentamiento abierto con el nacionalismo y el separatismo de los catalanistas de Mas y de ERC; posteriormente, especialmente desde las últimas autonómicas catalanas en las que, si bien no han conseguido poder gobernar, sí lograron ser el partido más votado de todos. Los errores de los partidos mayoritarios, el PP y el PSOE, han propiciado que mientras el desgaste de los más directamente afectados por el desgaste en el gobierno y por la mala política de P.Sánchez en el PSOE, el partido de Ciudadanos, en una de las últimas encuestas, aparezca con casi el 30% de los votos mientras el PP y el PSOE apenas consiguen el 20% seguidos de cerca por Podemos que apenas lleva una desventaja de algo más de un punto.


El resultado está a la vista: los nacionalistas catalanes no consiguen organizarse ni se prestan ( bajo la presión de Puigdemont) formar un gobierno que no esté formado por miembros que no tengan cuentas pendientes con la Justicia; ello supone el seguir manteniendo la presión del 155 ( en realidad muy descafeinado) lo que, a la vez les molesta a los del PNV que están chantajeando al Gobierno negándose a entrar a discutir las condiciones de su apoyo a los PGE del 2018 mientras el Gobierno no retire el 155 de Cataluña. Mientras los comunistas de Podemos mantienen una lucha interna que no parece que haya acabado con la presunta acomodación del candidato para sustituirá a la señora Cifuentes, en la comunidad madrileña, el señor Iñigo Errejón, que sigue su particular enfrentamiento soterrado con P.Iglesias que se las ve y se las desea para salir airoso de todos los que siguen a la espera de un error suyo para usurparle el puesto al frente de su partido.


Por su parte el que sigue sosteniéndose a duras penas sobre el filo de la navaja es el señor Rajoy que se las ve y se las desea para evitar que todo el tinglado que se sostiene con alfileres acabe desmoronándose mientras le van surgiendo por todas partes situaciones que van mermando la confianza de sus votantes y que, si sigue persistiendo en el mantenella y no enmendalla, es muy posible que, a no tardar, se encuentre ante la obligación de verse en la necesidad de convocar nuevos comicios debido a que depende del Ciudadanos para poder mantenerse en el poder. No obstante el partido de A. Rivera se ha convertido, a la vez, en su principal rival de cara a las elecciones y no es probable que le ponga fácil el tiempo que le queda al ejecutivo del señor Rajoy hasta que se cumpla el plazo legal para convocar nuevas elecciones.


Una situación que es muy posible que se vaya enrareciendo a medida que el tema catalán vaya complicándose como parece que la propaganda (una propaganda que no ha sabido contrarrestar el Gobierno) de los separatistas vaya calando, como ya ha sucedido en algunas naciones, en la opinión pública del resto de Europa. Un cuadro que demuestra que el hecho de que nuestro Parlamento se encuentre dividido entre un número de partidos excesivo, con distintos proyectos, con evidentes intenciones de atacarse a muerte los unos a los otros y sin ninguna posibilidad de que se consiga un acuerdo entre todos o, al menos entre una mayoría solvente, para dejarse de politiqueos partidistas para enfrentarse a los verdaderos problemas a los que ha de enfrentarse nuestro país. Por desgracia en España no tenemos la clase de formaciones políticas que se parezcan a las de otros países vecinos ( Alemania, Francia) y esto impide que la gobernabilidad del país dependa más de lo que se les deba conceder a los adversarios políticos ( véase el chantaje de los del PNV) que del enterés de cada formación en velar por los verdaderos intereses del pueblo.


Es posible que resulte duro el entenderlo y que no sea políticamente correcto decirlo pero hay pueblos, y el español no es una excepción, a los que no se los puede “dominar”, entiéndase como conducir o guíar, si no es mediante un gobernante lo suficientemente fuerte, poderoso, apoyado y enérgico como para utilizar los poderes que le concede la democracia para conducir con mano firme y sin concesiones a la galería a unos ciudadanos de los que se puede decir, sin temor a equivocarse, que dentro de cada uno de ellos hay un potencial gobernante y que, raramente, aceptan lo que se les impone desde el Gobierno. La historia ha sido maestra una vez más cuando las épocas de mayor tranquilidad, mejor progreso económico y mayor orden y tranquilidad han coincidido, pese a quien pese, en aquellos momentos en los que el país no ha dispuesto de partidos políticos. Seguramente, aunque a muchos les fastidie reconocerlo, un sistema como el de los EE.UU. de América en el que sólo hay dos formaciones que se disputan el gobierno de la nación, sería el más adecuado para que, en España se eliminasen todos estos corpúsculos que hoy forman parte de muchas instituciones de la nación y que, desde ellas están propiciando que el desgobierno llegue a poner a España a las puertas de volver a lo que fueron los antecedentes de nuestra Guerra Civil.


Un ejemplo preocupante lo tenemos en algo que se puede considerar, como alguno a escrito “una apología del terror rojo” El día de la conmemoración de la proclamación de la II República se produjeron unos hechos en Madrid que dieron fé de que aquellos que llevaron al país a la guerra tienen sus seguidores en nuestros tiempos. Convocada por la Coordinadora República de Madrid y apoyada por el PC español, una manifestación de miembros del Partido Marxista-Leninista, colocados en perfecta formación, con banderas rojas con la hoz y el martillo y a gritos de “viven para siempre los mártires del pueblo” y carteles con las efigies de Marx, Lenin y Stalin, desfilaron por el centro de la capital junto a varias asociaciones comunistas juveniles. Una pancarta con el lema: “Juramos vencer y venceremos”

Los participantes, en perfecto orden militar gritaron slóganes pidiendo acción y “a los combatientes honor y gloria”.

Pueda que a los jóvenes de ahora estas demostraciones no les afecten pero les puedo asegurar que a los que tenemos tantos años como para recordar aquellos tiempos, se nos encienden las entrañas recordando de lo que fueron capaces aquellos que hicieron de España el lugar de caza de derechistas, religiosos y personas marcadas por la vesania anarquista.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, pensamos que, desgraciadamente, nos estamos acercando a un punto de inflexión del que es muy posible que cuando se quiera volver atrás ya no sea posible. Luego no valdrá lamentarse.

¿Los partidos políticos como solución para la democracia española?

"Los partidos discuten no tanto para convencerse como para decirse mutuamente cosas desagradables.”A.Tournier.
Miguel Massanet
domingo, 22 de abril de 2018, 12:55 h (CET)

Juan Domingo Perón, el fundador del llamado peronismo en Argentina decía: “cuando un partido político se viene abajo, no es el partido político quien tiene la culpa, sino el conductor”. La experiencia que, en España, se tiene de los partidos políticos, tanto durante la época de la monarquía como en la de la II República del 14 de Abril de 1931, cuyo triste final es, de común conocimiento de los españoles, no fue precisamente lo que se podría calificar de satisfactorio. Es posible que, no todos los países y sus ciudadanos, estén preparados para afrontar con el debido civismo un sistema basado en distintos partidos políticos que sean capaces de entenderse entre ellos y, por encima de todo, de trabajar en aquellos temas fundamentales que afecten al bienestar de la ciudadanía, con la unión y necesaria buena fe incluso en aquellos casos en que alguno o algunos de ellos deban ceder para permitir que por encima de los intereses partidistas prime el interés general del país.


Deberemos reconocer que, en cuanto se refiere a civismo, disciplina, responsabilidad y cumplimiento de las normas dictadas por los órganos legislativos de su nación, los países nórdicos, con Alemania a la cabeza nos pueden dar lecciones. La forma en la que los alemanes han resulto el resultado de sus últimas elecciones legislativas se puede decir que ha sido modélica lo mismo que lo ha sido el comportamiento del SPD al renunciar a ocupar su lugar en la oposición para, en bien de la nación, colaborar con el partido conservador de la señora Merkel. ¡ En España estamos a años luz de ser capaces de actuar de una forma tan civilizada, tan responsable y tan seria en beneficio de los intereses nacionales! El ejemplo de la misma Baviera, el land alemán que pidió información el TS de la nación respecto a los posibilidades de obtener su independencia del resto del país, no puede ser más ilustrativo respecto al sentido democrático del pueblo alemán que aceptó sin rechistar la respuesta del alto tribunal alemán por la que se les denegaba cualquier remota posibilidad de que la separación que solicitaban pudiera llegar a materializarse en ningún momento.


En España, una situación parecida producida en algunas de las comunidades o autonomías en las que la Constitución dividió a España, no sólo llevó a que bandas terroristas se cebaran en la vida de los españoles, como sucedió en el País Vasco con su kale borroca y la banda criminal ETA, todavía en proceso de disolución, sino que han cristalizado en una serie de partidos abiertamente separatistas ( tenemos la información de que, en la nación alemana, están prohibidos todos las organizaciones que intenten constituirse en este sentido) que han conseguido implantarse con fuerza, no sólo en el País Vasco, como sucedía anteriormente sino que, a través de Bildu y otras organizaciones nacionalistas, están gobernando en Navarra donde, por si fuera poco, siguen intentado en anexionarla al país vasco. Si la dictadura del general Franco obvió cualquier intento de división de las que, durante la segunda República tuvieron lugar como fueron los casos de Cataluña con el señor Companys y la revolución de los mineros de Asturias en octubre de 1934, unidas a las aspiraciones de los seguidores de Sabino Arana (PNV) que intentaban una independencia del país vasco en cierta manera de tipo teocrático.


La irrupción de unos partidos de corte leninista procedente de Venezuela y bajo el amparo del dictador Maduro, que se instalaron gracias al apoyo de cadenas televisivas que no dudaron en hacer la propaganda que ellos buscaban para buscar acólitos que les ayudasen a esparcir la semilla anarco-comunista entre los descontentos de la crisis que nos asoló desde finales del 2007 hasta hace apenas un año; precisamente cuando España empezaba a salir de la época peor y se daban las primeras señales de una recuperación económica que ha llegado de la mano de la reactivación industrial y la consiguiente disminución del insoportable desempleo que azotaba nuestro país. La aparición de los comunistas venezolanos de Podemos, provocó un éxodo de las izquierdas hacia las propuestas de los señores Iglesias, Errejón, Monedero y Echenique que provocó, contra todo pronóstico, un vuelco importante del voto de los españoles con el derrumbe de lo que, hasta aquellos momentos había sido un bipartidismo entre el PP y el PSOE, Las elecciones provocaron un reparto de votos del que salieron más beneficiados los comunistas que consiguieran el voto incluso de votantes de derechas desengañados del comportamiento de los partidos que se habían visto obligados a bregar con la crisis económica que afectó a medio mundo.


Si, desde la transición, el bipartidismo había conseguido frenar a los independentistas e, incluso, acabar con los crímenes de la banda ETA; el hecho novedoso de un Parlamento (el Senado quedó en manos del PP con mayoría absoluta) en el que lo que había sido en la práctica un enfrentamiento entre socialista y populares turnándose el poder, la nueva configuración de la cámara baja supuso la irrupción ( principalmente de los comunistas bolivarianos) de terceros en discordia capaces de poner en aprietos a los dos partidos mayoritarios que, aunque conservaron ventaja sobre los demás la aritmética se prestaba a que el conseguir mayorías resultaba menos fácil que en las anteriores legislaturas. Lejos de lo que se hubiera podido interpretar como votaciones de castigo al bipartidismo a causa de los recortes a los que fueron sometidos los ciudadanos como consecuencia de la crisis, se ha podido comprobar que partidos sin ninguna experiencia en el gobierno han ido progresando de una manera espectacular, como ha sido el caso de Ciudadanos del señor A.Rivera que, de conseguir ir progresando en la autonomía catalana por su enfrentamiento abierto con el nacionalismo y el separatismo de los catalanistas de Mas y de ERC; posteriormente, especialmente desde las últimas autonómicas catalanas en las que, si bien no han conseguido poder gobernar, sí lograron ser el partido más votado de todos. Los errores de los partidos mayoritarios, el PP y el PSOE, han propiciado que mientras el desgaste de los más directamente afectados por el desgaste en el gobierno y por la mala política de P.Sánchez en el PSOE, el partido de Ciudadanos, en una de las últimas encuestas, aparezca con casi el 30% de los votos mientras el PP y el PSOE apenas consiguen el 20% seguidos de cerca por Podemos que apenas lleva una desventaja de algo más de un punto.


El resultado está a la vista: los nacionalistas catalanes no consiguen organizarse ni se prestan ( bajo la presión de Puigdemont) formar un gobierno que no esté formado por miembros que no tengan cuentas pendientes con la Justicia; ello supone el seguir manteniendo la presión del 155 ( en realidad muy descafeinado) lo que, a la vez les molesta a los del PNV que están chantajeando al Gobierno negándose a entrar a discutir las condiciones de su apoyo a los PGE del 2018 mientras el Gobierno no retire el 155 de Cataluña. Mientras los comunistas de Podemos mantienen una lucha interna que no parece que haya acabado con la presunta acomodación del candidato para sustituirá a la señora Cifuentes, en la comunidad madrileña, el señor Iñigo Errejón, que sigue su particular enfrentamiento soterrado con P.Iglesias que se las ve y se las desea para salir airoso de todos los que siguen a la espera de un error suyo para usurparle el puesto al frente de su partido.


Por su parte el que sigue sosteniéndose a duras penas sobre el filo de la navaja es el señor Rajoy que se las ve y se las desea para evitar que todo el tinglado que se sostiene con alfileres acabe desmoronándose mientras le van surgiendo por todas partes situaciones que van mermando la confianza de sus votantes y que, si sigue persistiendo en el mantenella y no enmendalla, es muy posible que, a no tardar, se encuentre ante la obligación de verse en la necesidad de convocar nuevos comicios debido a que depende del Ciudadanos para poder mantenerse en el poder. No obstante el partido de A. Rivera se ha convertido, a la vez, en su principal rival de cara a las elecciones y no es probable que le ponga fácil el tiempo que le queda al ejecutivo del señor Rajoy hasta que se cumpla el plazo legal para convocar nuevas elecciones.


Una situación que es muy posible que se vaya enrareciendo a medida que el tema catalán vaya complicándose como parece que la propaganda (una propaganda que no ha sabido contrarrestar el Gobierno) de los separatistas vaya calando, como ya ha sucedido en algunas naciones, en la opinión pública del resto de Europa. Un cuadro que demuestra que el hecho de que nuestro Parlamento se encuentre dividido entre un número de partidos excesivo, con distintos proyectos, con evidentes intenciones de atacarse a muerte los unos a los otros y sin ninguna posibilidad de que se consiga un acuerdo entre todos o, al menos entre una mayoría solvente, para dejarse de politiqueos partidistas para enfrentarse a los verdaderos problemas a los que ha de enfrentarse nuestro país. Por desgracia en España no tenemos la clase de formaciones políticas que se parezcan a las de otros países vecinos ( Alemania, Francia) y esto impide que la gobernabilidad del país dependa más de lo que se les deba conceder a los adversarios políticos ( véase el chantaje de los del PNV) que del enterés de cada formación en velar por los verdaderos intereses del pueblo.


Es posible que resulte duro el entenderlo y que no sea políticamente correcto decirlo pero hay pueblos, y el español no es una excepción, a los que no se los puede “dominar”, entiéndase como conducir o guíar, si no es mediante un gobernante lo suficientemente fuerte, poderoso, apoyado y enérgico como para utilizar los poderes que le concede la democracia para conducir con mano firme y sin concesiones a la galería a unos ciudadanos de los que se puede decir, sin temor a equivocarse, que dentro de cada uno de ellos hay un potencial gobernante y que, raramente, aceptan lo que se les impone desde el Gobierno. La historia ha sido maestra una vez más cuando las épocas de mayor tranquilidad, mejor progreso económico y mayor orden y tranquilidad han coincidido, pese a quien pese, en aquellos momentos en los que el país no ha dispuesto de partidos políticos. Seguramente, aunque a muchos les fastidie reconocerlo, un sistema como el de los EE.UU. de América en el que sólo hay dos formaciones que se disputan el gobierno de la nación, sería el más adecuado para que, en España se eliminasen todos estos corpúsculos que hoy forman parte de muchas instituciones de la nación y que, desde ellas están propiciando que el desgobierno llegue a poner a España a las puertas de volver a lo que fueron los antecedentes de nuestra Guerra Civil.


Un ejemplo preocupante lo tenemos en algo que se puede considerar, como alguno a escrito “una apología del terror rojo” El día de la conmemoración de la proclamación de la II República se produjeron unos hechos en Madrid que dieron fé de que aquellos que llevaron al país a la guerra tienen sus seguidores en nuestros tiempos. Convocada por la Coordinadora República de Madrid y apoyada por el PC español, una manifestación de miembros del Partido Marxista-Leninista, colocados en perfecta formación, con banderas rojas con la hoz y el martillo y a gritos de “viven para siempre los mártires del pueblo” y carteles con las efigies de Marx, Lenin y Stalin, desfilaron por el centro de la capital junto a varias asociaciones comunistas juveniles. Una pancarta con el lema: “Juramos vencer y venceremos”

Los participantes, en perfecto orden militar gritaron slóganes pidiendo acción y “a los combatientes honor y gloria”.

Pueda que a los jóvenes de ahora estas demostraciones no les afecten pero les puedo asegurar que a los que tenemos tantos años como para recordar aquellos tiempos, se nos encienden las entrañas recordando de lo que fueron capaces aquellos que hicieron de España el lugar de caza de derechistas, religiosos y personas marcadas por la vesania anarquista.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, pensamos que, desgraciadamente, nos estamos acercando a un punto de inflexión del que es muy posible que cuando se quiera volver atrás ya no sea posible. Luego no valdrá lamentarse.

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