MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
La baja disponibilidad de oxígeno en aguas cálidas debido a las altas temperaturas asociadas al cambio climático estaría provocando una disminución en el tamaño de los insectos acuáticos, lo que compromete su supervivencia y rendimiento biológico, según un estudio internacional liderado desde la Estación Biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Este estudio, publicado en la revista 'Ecological Entomology', explica que, como consecuencia, aumenta el riesgo de deterioro de los ecosistemas acuáticos, que se traduciría en una menor disponibilidad de peces debido a impactos importantes sobre la red trófica. Este trabajo contó también con la colaboración de la Academia de Ciencias de Eslovaquia y la Universidad de Granada.
El aumento global de las temperaturas influye en un mayor calentamiento de las aguas marítimas y continentales, que provoca, entre otros efectos, una disminución de la solubilidad del oxígeno. La menor concentración de oxígeno en el agua afecta a peces, insectos acuáticos y microorganismos que lo necesitan para respirar.
El investigador de la Estación Biológica de Doñana y primer autor del estudio, Viktor Baranov, explicó que el descenso en el tamaño es otro aspecto del "declive general de los insectos, asociado al creciente aumento de las temperaturas". No sólo hay menos insectos, sino que también "podrían ser más pequeños". Este doble efecto en el tamaño y en el número de los insectos acuáticos estaría "reduciendo su capacidad para mantener funciones cruciales de los ecosistemas".
Para llevar a cabo este estudio, el equipo elaboró un experimento con el objetivo de evaluar las relaciones entre la temperatura del agua, la concentración de oxígeno y el tamaño de Chironomus riparius, una especie de moscas del género Chironomidae, cuyas larvas son acuáticas.
Se comparó el tamaño y la supervivencia de los insectos en seis escenarios diferentes: tres a una temperatura de 20 grados, con una concentración alta, media y baja de oxígeno y otros tres a 30ºC, con los mismos tres niveles de concentración de oxígeno.
Los resultados fueron sólidos y se unen a los obtenidos en otro estudio publicado en 2021 en el que participó también Viktor Baranov, en el que comprobaron que el tamaño de moscas de este género y la temperatura estaban relacionados.
Chironomus riparius, comúnmente conocido como mosquitos no picadores o mosquitos quironómidos, reciben este nombre por su parecido con los mosquitos comunes (Culicidae), pero tienen diferencias importantes, especialmente el hecho de que no pican ni se alimentan de sangre. Su genoma fue secuenciado y es utilizado como modelo para evaluar el estrés ambiental y el impacto de contaminantes en ecosistemas acuáticos.
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