MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
El Ayuntamiento de Madrid está estudiando abrir al público el refugio antiaéreo de El Retiro, un conjunto de 5 galerías con 135 metros de largo y 8 de profundidad que se terminó en 1938 para proteger a la población civil de los bombardeos de la guerra, aunque nunca llegó a emplearse como tal.
Así lo anunció el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante una visita al lugar, que cuenta con dos entradas dentro del parque de El Retiro y otra en la calle Menéndez Pelayo, aunque esta quedó tapada hace años por el asfalto.
En la noche del 27 al 28 de agosto de 1936, un avión alemán arrojó las primeras bombas sobre la plaza de Cibeles, entonces plaza de Castelar, donde tenía sede el Ministerio de Guerra de la República.
Frente a esta situación, en 1936 se inició en el parque la construcción de un refugio. La estructura cuenta con una galería de profundidad variable con hasta un máximo de ocho metros y anchos de pasillo de 1,10-1,15 metros.
Está excavado en mina a partir de un pozo de ataque y cuenta con una altura de bóveda de 1,60 a 2,50 metros. Las galerías son rectas quebradas en 90 grados cada 25 metros para evitar la expansión de las ondas. Su interior está hecho de ladrillo colocado a tizón y cemento y la solera es de hormigón. Hay pozos de ventilación originales y otros abiertos con posterioridad en los muros. En su interior se ven las líneas donde iban encajados tablones de madera a modo de asientos.
Este espacio de protección se finalizó en 1938 y no hay base histórica que argumente que llegó a emplearse para su fin originario. Sus usos han estado ligados a labores de almacenaje, y llegó a utilizarse incluso para el cultivo de champiñones, según explicó durante la visita el subdirector general de parques y viveros del Ayuntamiento de Madrid, Antonio Morcillo.
El subdirector explicó que en Madrid podría haber hasta 40 refugios antiaéreos, aunque es difícil hacer un mapa de donde se encuentran porque muchos ya no son accesibles y otros se encuentran en fincas privadas.
El alcalde valoró que este refugio es "uno de esos tesoros escondidos" y una "auténtica obra de ingeniería". Ahora el Consistorio está trabajando para "poder abrirlo al público con las debidas condiciones de seguridad" y sumarlo a otras infraestructuras similares, como el búnker de El Capricho.
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