MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
Los humanos primitivos tuvieron que aprender a sobrevivir en diversos hábitats de África antes de abandonar ese continente hace unos 50.000 años para adentrarse en Eurasia.
Esa es la conclusión principal de un consorcio de científicos liderado por Eleanor Scerri, del Instituto Max Planck de Geoantropología (Alemania), y Andrea Manica, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
El estudio de esos investigadores aparece publicado este miércoles en la revista 'Nature'.
Hoy en día, se sabe que todos los no africanos descienden de un pequeño grupo de personas que se adentraron en Eurasia hace unos 50.000 años. Sin embargo, la evidencia fósil muestra que hubo numerosas dispersiones fallidas anteriores a esta época que no dejaron rastros detectables en las personas vivas. El estudio aporta nuevas evidencias que explican por primera vez por qué esas migraciones anteriores no tuvieron éxito.
"Recopilamos un conjunto de datos de sitios arqueológicos e información ambiental que abarca los últimos 120.000 años en África. Utilizamos métodos desarrollados en ecología para comprender los cambios en los nichos ambientales humanos, los hábitats que los humanos pueden utilizar y en los que prosperan, durante este tiempo", indica Emily Hallett, de la Universidad Loyola de Chicago (Estados Unidos), coautora principal del trabajo.
DE BOSQUES A DESIERTOS
Michela Leonardi, del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido), subraya que "el nicho humano comenzó a expandirse significativamente a partir de hace 70.000 años y que esta expansión fue impulsada por el aumento del uso de diversos tipos de hábitats por parte de los humanos, desde bosques hasta desiertos áridos".
"Este es un resultado clave. Las dispersiones anteriores parecen haber ocurrido durante periodos particularmente favorables de aumento de las precipitaciones en el cinturón desértico sahariano-árabe, creando así 'corredores verdes' para que las personas se desplazaran hacia Eurasia. Sin embargo, hace unos 70.000 a 50.000 años, la ruta más fácil para salir de África habría sido más difícil que en períodos anteriores, y, aun así, esta expansión fue considerable y, en última instancia, exitosa", explica Manica.
Por otro lado, se han propuesto numerosas explicaciones para la exitosa dispersión fuera de África, desde innovaciones tecnológicas hasta inmunidades otorgadas por la mezcla con homínidos euroasiáticos.
Sin embargo, no se han observado innovaciones tecnológicas y los episodios de mezcla previos no parecen haber salvado las antiguas dispersiones humanas fuera de África.
El nuevo estudio demuestra que los humanos ampliaron la amplitud de los hábitats que podían explotar en África antes de su expansión fuera del continente. Este aumento del nicho humano podría deberse a una retroalimentación positiva derivada de un mayor contacto e intercambio cultural, lo que permitió una mayor distribución y la desaparición de las barreras geográficas.
"A diferencia de los humanos que se dispersaron fuera de África, los grupos humanos que se trasladaron a Eurasia hace unos 60.000 a 50.000 años atrás contaban con una flexibilidad ecológica distintiva gracias a su adaptación a hábitats con condiciones climáticas adversas. Esto probablemente proporcionó un mecanismo clave para el éxito adaptativo de nuestra especie más allá de su patria africana", concluye Scerri.
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