MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
Alrededor del 70% de las emisiones anuales de metano procedentes de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) podrían evitarse con las tecnologías actualmente existentes y una parte significativa de las medidas de reducción se amortizarían en un año, ya que el gas capturado puede revenderse.
Además, las emisiones de metano provenientes del sector fósil se mantienen en "niveles persistentemente elevados", pese a que avanzan los esfuerzos para reforzar la recopilación de datos y el seguimiento de las fugas de metano.
Así se recoge en el 'Rastreador global de metano' ('Global methane tracker', en inglés) correspondiente a 2025, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y dado a conocer este miércoles.
La reducción del metano es una oportunidad crucial para reducir el calentamiento global a corto plazo en un momento en que las temperaturas mundiales han alcanzado máximos históricos durante dos años consecutivos.
"Abordar las fugas y la quema de metano ofrece un doble beneficio: alivia la presión sobre los mercados de gas con escasez de recursos en muchas partes del mundo, mejora la seguridad energética y, al mismo tiempo, reduce las emisiones", según Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.
Birol añadió: "Sin embargo, los datos más recientes indican que la implementación de la gestión del metano sigue estando por debajo de las expectativas. La AIE trabaja para garantizar que los gobiernos y la industria cuenten con las herramientas y el conocimiento necesarios para cumplir sus compromisos y alcanzar los objetivos establecidos".
FUGAS
El sector de los combustibles fósiles representa casi un tercio de las emisiones globales de metano derivadas de la actividad humana en la actualidad. Según el informe, la producción mundial récord de petróleo, gas y carbón, junto con los limitados esfuerzos de mitigación realizados hasta la fecha, ha mantenido las emisiones de metano del sector energético mundial por encima de los 120 millones de toneladas anuales.
Las fugas de gran magnitud en instalaciones de petróleo y gas detectadas por satélite alcanzaron un máximo histórico en 2024, gracias a la información aportada por más de 25 satélites en órbita.
Por otro lado, los pozos de petróleo y gas abandonados, y las minas de carbón contribuyeron en conjunto con alrededor de ocho millones de toneladas a las emisiones globales de metano durante 2024. En conjunto, estas fuentes serían el cuarto mayor emisor mundial de metano procedente de combustibles fósiles.
Según el informe, los compromisos actuales de metano por parte de empresas y países cubren el 80% de la producción mundial de petróleo y gas. Sin embargo, solo un 5% de la producción mundial de petróleo y gas cumple con un estándar de emisiones de metano casi nulas.
0,1 GRADOS
El informe concluye que abordar las emisiones de metano mejoraría la seguridad energética al generar un suministro adicional de gas natural. La reducción del metano podría haber puesto a disposición del mercado alrededor de 100.000 millones de metros cúbicos de gas natural en 2024, equivalente a las exportaciones totales de gas de Noruega.
Cada año se queman otros 150.000 millones de metros cúbicos de gas natural en el mundo, la mayoría de los cuales forman parte de prácticas rutinarias y pueden evitarse.
Con las políticas actuales, soluciones específicas de mitigación de metano en el sector de los combustibles fósiles evitaría un aumento de 0,1 grados en las temperaturas globales para 2050, comparable a eliminar todas las emisiones de dióxido de carbono de la industria pesada en el planeta.
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