MADRID, 03 (SERVIMEDIA)
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presentó este jueves la restauración de 'El puente de Waterloo' (1906), del pintor francés André Derain (1880-1954), un trabajo realizado gracias a una campaña de micromecenazgo que el museo puso en marcha gracias al apoyo de Mastercard.
Lo hizo en una rueda de prensa en la que participaron Guillermo Solana, director artístico del Thyssen; Evelio Acevedo, director gerente del Thyssen; Montserrat Herrera, directora de Marketing de Mastercard; y Susana Pérez, responsable de restauración de la obra.
En su intervención, Guillermo Solana aseveró que 'El puente de Waterloo' es "una de las joyas de la colección de pintura moderna del museo" y explicó que Derain llamó la atención como pintor en el Salón de Otoño de París celebrado en 1905, donde un marchante que había trabajado con Cézanne y que posteriormente lo hizo con Picasso le compró sus obras y le sugirió que viajase a Londres para pintar el mismo tramo del Támesis que había representado Monet.
André Derain recogió el guante y se trasladó a Londres, pero dio a sus pinturas un toque personal, muy distinto del que el padre del Impresionismo proporciono a sus obras.
Guillermo Solana explicó que en aquella época (1906-1907) el río Támesis ejercía de frontera socioeconómica en Londres, con la ribera norte aglutinando a la ciudad próspera e industrial y con la ribera sur concentrando la urbe industrial y deprimida.
Teniendo en cuenta ese contexto, Derain mira hacia el sur y pergeña una línea del horizonte en el que ambas riberas confluyen hasta confundirse.
El artista francés utilizó en esta obra la técnica del puntillismo, que, "en sus manos, se convierte en algo distinto, como sucedió con Van Gogh".
Guillermo Solana expuso que existen tres maneras de interpretar el fauvismo (movimiento pictórico al que pertenecía Derain): una, centrada en la luz y en la que el autor busca "deslumbrar la vista del espectador"; otra, próxima al expresionismo, en la que el pintor pretende "exaltar las emociones" de quien se acerca al lienzo; y una tercera, en la que el color se utiliza "tal y como sale del tubo, sin mezclas", lo que "presenta tremendos desafíos para la limpieza y la restauración de la obra".
Por su parte, Susana Pérez destacó que 'El puente de Waterloo' aporta "luz y color en un mundo que cada vez está más gris" y observó que el estudio de esta obra permite concluir que André Derain hizo "muchos dibujos preparatorios". Ante la disyuntiva de que ejecutara la obra en su taller de París o en el propio Londres, de decantó por la primera opción.
Reconoció que los trabajados de restauración, que se han prolongado durante 15 meses, han sido delicados y confesó que ha supuesto un "reto" recuperar la riqueza del color de la obra, en la cual sobresalen distintos tonos de rojos, amarillo cinc y anaranjado de cromo.
Por su parte, Evelio Acevedo comentó que esta restauración a través de una campaña de micromezcenazgo responde a la pretensión del Thyssen de "mantener en perfecto estado sus obras de arte" y de involucrar a la sociedad en el museo.
Por último, Montserrat Herrera defendió "el poder transformador de la cultura en la sociedad", como lo atestigua la campaña de micromecenazgo que ha auspiciado esta restauración, en la que se han involucrado más de 200 particulares y empresas.
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