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RABAT (MARRUECOS), 01 (SERVIMEDIA | May Mariño, enviada especial)
El Gobierno explicó este miércoles que estaba "pactada y prevista previamente" la llamada entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Rey de Marruecos, Mohamed VI, conocedores de la ausencia del monarca estos días en su país, y que es fruto de la buena relación del monarca con el jefe del Ejecutivo español.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, fue el encargado de exponer la situación ante los periodistas en Rabat después de que se conociera, poco antes del despegue en Madrid de la delegación gubernamental española, que Sanchez había hablado por teléfono con Mohamed VI, descartándose así la opción de una audiencia real.
Ante la polémica, que el PP tachó de “humillación”, Albares expuso a los periodistas que "lo que demuestra esa llamada previa" es una "implicación previa y personal" del Rey en la nueva relación bilateral y en la Reunión de Alto Nivel, la primera en ocho años, que se va a celebrar este jueves en Rabat, para impulsar una relación “más sólida” y “evitar cualquier malentendido” del pasado. Lo hizo tras remarcar que en este tipo de encuentros entre gobiernos "no participa ni ha participado nunca el Rey".
El ministro salió al paso de la situación nada más llegar, junto con Sánchez y parte de la delegación española, al foro empresarial entre España y Marruecos que se celebra en Rabat en el marco de la Reunión de Alto Nivel.
Ante los periodistas, Albares respondió al Partido Popular que el "único ninguneo" que hay es el de la formación que lidera Alberto Núñez Feijóo para con la política exterior y la relación con Marruecos, que es una cuestión de Estado, tras las críticas de los populares por esa falta de audiencia del Rey a Sánchez.
Compartió que “el Gobierno de España no va a escatimar ni escatima ningún esfuerzo para defender los intereses de los españoles” y para que, con los “vecinos, pero muy especialmente con aquellos con los que tenemos una frontera terrestre como es el caso de Marruecos”, se tengan las “mejores relaciones posibles”.
Por lo tanto, “me parece que esas son las declaraciones de un partido que no conoce lo que son las políticas de Estado, y si una política es una política de Estado esa es la política exterior de España”, respondió el ministro en una primera declaración ante los periodistas tras las palabras desde el PP.
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Después, en el Ejecutivo vieron la necesidad de explicar aun más la trascendencia de la llamada de Mohamed VI a Sánchez, y fuentes gubernamentales ahondaron en que es la “primera vez que se implica” el monarca tanto en una reunión entre gobiernos y va más allá del “saludo protocolario”, fruto también de la “extraordinaria relación” que hay entre ambos.
Precisamente, en esa buena sintonía, desde el Ejecutivo recuerdan que Sánchez ha sido de los “pocos” presidentes y jefes de Estado que ha participado en una cena con Mohamed VI y con su heredero y su hermano en el Palacio Real. Y subrayan que, antes incluso de que se celebre la reunión gubernamental, ya se ha cerrado una “próxima” visita “oficial” de Sánchez a Marruecos por invitación del Rey.
En Exteriores están “encantados” de que, antes incluso de que se celebre una “histórica” reunión con el hito de firmar hasta 24 acuerdos, se haya fijado una nueva visita porque supone que se va a seguir trabajando de manera conjunta para cuidar las relaciones vecinales.
Albares puso el foco en la “implicación previa y personal” del Rey para el refuerzo de esas relaciones, así como al deseo de que la reunión sea un “éxito”, porque se busca asentar que haya unas “relaciones más sólidas”.
El titular de Exteriores reiteró que la cita que ha provocado la visita de Sánchez a Rabat es la celebración de la Reunión de Alto Nivel Marruecos-España que no se celebra desde hace ochos, un encuentro “entre gobiernos” y en los que el Rey, según fuentes gubernamentales, “no quita ni pone ningún acuerdo”.
El Gobierno califica de “histórica” la cita, no solo porque hace 8 años de la última, sino porque se firmarán un mínimo de 24 acuerdos, “cuatro veces” más que entonces, y la delegación la conforman once ministros, casi el doble que en 2015.
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