El Senado del estado norteamericano de Texas ha aprobado esta pasada madrugada el nuevo mapa electoral y solo falta la firma del gobernador republicano Greg Abbott para culminar una iniciativa destinada a garantizar hasta cinco escaños más a los republicanos de la Cámara de Representantes del Congreso de EEUU. Los esfuerzos de la bancada demócrata, que llegó a orquestar una huida colectiva a Chicago para impedir, bajo amenaza de arresto, que la votación alcanzara el quorum necesario de presentes, ha sido incapaz de interrumpir la votación final de este sábado en la cámara alta del Congreso estatal. La iniciativa ha sido aprobada poco después de la medianoche en medio de protestas ciudadanas contra la votación, que se ha saldado por 11 votos a favor por 11 en contra. La oposición denuncia que esta redistribución ocurre a costa de votantes de minorías como las comunidades negra y latina, cuya voz será acallada cuando llegue el momento de depositar la papeleta. Estados de mayoría demócrata han prometido reconfigurar sus propios mapas electorales, como es el caso de California, que someterá la cuestión a referéndum el próximo 4 de noviembre. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no quiere que la nueva redistribución se quede en Texas y ha instado a sus gobernadores en Misuri, Indiana y Ohio para que hagan lo mismo.
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