El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, ha alertado de que el alto el fuego declarado a mediados de julio en la provincia de Sueida, situada en el suroeste del país, es "frágil", por lo que ha pedido a las autoridades sirias tomar "medidas más concretas y vinculantes" para lograr que se mantenga la tregua. Así, ha apuntado a que la violencia "podría reanudarse en cualquier momento" y ha señalado que los recortes en la organización provocarán una reducción del personal humanitario de al menos un 40 por ciento en la zona. "En ausencia de medidas más concretas y vinculantes, en particular para reforzar la confianza, el alto el fuego sigue siendo frágil", ha sostenido Pedersen, que ha expresado su temor a que el mes de "calma militar" oculte un "deterioro del clima político". Para el enviado especial, los acontecimientos de Sueida ponen de relieve la necesidad de que "las fuerzas de seguridad de las autoridades provisionales demuestren que actúan únicamente para proteger a todos los sirios y no constituyen una amenaza". "Los sirios deben sentir que la transición no es una sucesión de acuerdos puntuales e instituciones aisladas, sino un camino claro y global, basado en la inclusión y la transparencia, para aplicar los principios de la resolución 2254 (2015), que conduzca a una nueva constitución redactada por consenso popular y dé lugar a elecciones libres y justas", ha apuntado. En este sentido, ha hecho un llamamiento a las autoridades del país para que "respondan a la gravedad del desafío con una visión clara, tomando medidas audaces y realizando los ajustes que sean necesarios" llegado su debido tiempo. "El camino hacia una Siria soberana, pacífica e inclusiva exigirá el valor del compromiso, la disciplina del respeto al Estado de Derecho y la sabiduría de recordar, como declaró el propio presidente interino, que la unidad no se construye con la fuerza y la sangre, sino con la comprensión y el diálogo", ha zanjado.
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