El presidente serbio culpa a la oposición de las protestas y avisa de que "es cuestión de días para que empiecen a matar"
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ha vuelto a comparecer este domingo para tratar las nuevas protestas contra su gobierno que llevan sacudiendo el país desde el miércoles, y que se están centrando especialmente en las sedes de su Partido Progresista Serbio (SNS), con un tono más todavía más duro al exigir a las fuerzas de seguridad la adopción de "medidas más decisivas contra la violencia" aunque sin llegar a declarar el estado de emergencia nacional. "No hemos considerado decretar el estado de emergencia porque el procedimiento para hacerlo es complejo: es verdad que hace falta mi consentimiento y el del primer ministro pero también hay que acudir a la Asamblea Nacional, que es realmente quien lo declara", ha indicado Vucic. "En cualquier caso, no lo hemos considierado ni quiero hacerlo: contamos con las medidas suficientes ahora mismo, y es una situación de último recurso", ha apostillado durante su comparecencia. Aunque Vucic anunció a última hora de ayer una serie de medidas de alivio económico inmediato, con limitaciones a la subida de precios de los alimentos, las protestas tienen un alcance mucho más amplio y apuntan directamente a su salida del Gobierno. El presidente serbio ya ha avanzado que tiene intención de agotar su mandato hasta 2027, pero su partido tampoco descarta la posiblidad de adelantar los comicios a finales de año. Las protestas, que comenzaron en un principio como reacción contra la falta de transparencia del Gobierno sobre el derrumbre que costó la vida en noviembre pasado a 15 personas en la estación de Novi Sad, siguen cogiendo fuerza: esta pasada noche la Policía constató 56 personas detenidas (27 en la capital, Belgrado), de las cuales 16 han pasado a disposición judicial por comportamiento violento y otras 35 fueron imputadas por delito menor, y seis agentes heridos, según el Ministerio del Interior. "Mi advertencia a la gente", ha añadido Vucic en este sentido durante su comparecencia, recogida por la radiotelevisión pública RTS, "es la misma que me hago a mí mismo y a mis agentes: si no tomamos medidas más decisivas y contundentes, va a acabar muriendo alguien, y se lo digo de la manera más franca posible". El presidente serbio no ha dudado en culpar a la oposición de ese escenario. "Solo les queda empezar a matar. Y no exagero, les digo, es cuestión de días para que eso suceda. Es literalmente cuestión de días para que empiecen a matar abiertamente en las calles", ha señalado. "O defendemos los valores de una vida normal, decente y democrática, o los dejaremos entrar a nuestras casas mientras nos quedamos mirando o escondiéndonos en ratoneras", ha remachado.
|