
El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Florencio Roselló, ha llamado este viernes en Roma a la juventud a poner sus vidas "en manos de Dios" y ha afirmado que "un joven convertido puede cambiar el mundo".
Así lo ha afirmado este viernes en la iglesia de Gesù, en Roma, ante a alrededor de un millar de jóvenes navarros, con motivo del Jubileo de la Juventud. Una iglesia, ha recordado, "donde reposa el cuerpo de San Ignacio de Loyola y también una reliquia de nuestro querido y paisano San Francisco Javier, traída desde Goa". "Hemos venido como peregrinos, a un lugar especial que nos hermana con nuestra Navarra, con el castillo de Javier, a vivir un encuentro más profundo con Dios", ha destacado.
Roselló ha resaltado que la peregrinación es "dejar la comodidad, dejar lo conocido, y salir. Es símbolo de una vida que no se conforma con lo superficial, sino que camina hacia lo profundo, hacia lo eterno". Y ha subrayado que en Navarra "sabemos de peregrinación" con las Javieradas que se celebran cada año.
En la iglesia de Gesù, ha remarcado, "encontramos a San Ignacio" quien "fue literalmente un peregrino". Después de ser herido en Pamplona, "su vida cambió para siempre" y "lo que empezó como una recuperación física, se convirtió en una conversión profunda". "Ignacio descubrió que no hay mayor libertad que dejarse conquistar por Cristo" y aprendió a "buscar y hallar a Dios en todas las cosas", ha manifestado. Lo que le llevó a crear "un ejército nuevo: no con espadas, sino con amor, con entrega. La Compañía de Jesús nació de un corazón peregrino, y allí estuvo Javier".
Por su parte, la vida de San Francisco Javier "fue una peregrinación misionera". "Pero antes de viajar, Francisco tuvo que convertirse. Fue al lado de Ignacio, en París, cuando dejó de buscarse a sí mismo para dejarse encontrar por Dios", ha recordado. "Y así, Javier se convirtió en uno de los mayores evangelizadores de la historia. Porque un joven convertido puede cambiar el mundo", ha asegurado.
Florencio Roselló ha explicado que en el interior de la Iglesia del Gesù hay una capilla dedicada a San Francisco Javier, ubicada en el lado opuesto a la Capilla de San Ignacio de Loyola. Una simetría que "simboliza el equilibrio entre los dos grandes fundadores misioneros de la orden". San Ignacio representa "la estructura, la espiritualidad, la organización interna", mientras que San Francisco Javier "representa la acción exterior, el espíritu misionero, la expansión del Evangelio".
La relación entre San Francisco Javier y la Iglesia del Gesù, ha resaltado, "es parte del corazón espiritual e identitario de la orden jesuita". "Su figura dentro del templo madre recuerda que la Compañía de Jesús nació con una vocación misionera universal, y que el ejemplo de Javier continúa siendo fuente de inspiración para jesuitas y fieles de todo el mundo", ha valorado.
A la juventud presente les ha dicho que "Dios también nos llama. No para quedarnos mirando el pasado, sino para escribir el presente con la misma pasión, con el mismo amor". Así, ha indicado que "este Jubileo es una oportunidad para empezar de nuevo. De la mano de San Ignacio de Loyola, que encarna la espiritualidad y de San Francisco Javier, el ardor misionero, renovamos nuestro amor a la Iglesia y nuestra comunión con el Papa León XIV", ha subrayado.
Por ello, ha dicho a los jóvenes navarros que "no tengáis miedo de poner vuestra vida en manos de Dios. El mundo necesita cristianos alegres, valientes, peregrinos, misioneros. Y si Dios pudo hacer maravillas con Ignacio y Javier también las puede hacer contigo".
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