 Dice que pasa por alto el manual del SAIH, que explica que pasan unos 30 minutos entre la toma de datos del sensor y su visualización
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) expone que el informe que la Guardia Civil ha remitido a la jueza de Catarroja (Valencia) que se encarga de la instrucción de la causa de la dana del 29 de octubre no recoge los cerca de 200 avisos pluviométricos y de caudal que el organismo envió aquel día y que se relacionan en un documento que se hará llegar al juzgado cuando declare como testigo el presidente de la entidad, Miguel Polo.
Además, apunta que el informe de la Benemérita no tiene en cuenta la documentación ya aportada a la jueza acerca del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), como la que la confederación trasladó a la jueza Nuria Ruiz Tobarra en febrero y que recalcaba que, además de la publicación de los datos en tiempo real, se enviaron por correo electrónico, entre las 16.13 y las 18.42 de aquel día, una serie de avisos específicos sobre la superación de umbrales de lluvia. En concreto, refería un total de 16, además de otros dos emails a las 16.13 y a las 18.43 del caudal del Barranco del Poyo.
Igualmente, recuerda la CHJ que se envió un correo al mediodía sobre el Poyo "que se tradujo en alerta hidrológica a las 12:20" decretada por el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat y que "nunca dejó de estar activa".
Así lo han manifestado a Europa Press fuentes de la CHJ después de que la Guardia Civil haya enviado a la magistrada un informe en el que señala que destaca "sobremanera, la inexistencia de avisos" por parte de ese organismo sobre el Poyo como consecuencia del ascenso exponencial desde las 16:15 horas, momento en que se rebasa el umbral 1, hasta las 18:43 horas.
Agrega este informe que, aunque es "evidente" que la información "que se transmitió y aquella que se debió transmitir" por parte de la CHJ en base a los datos recogidos por el SAIH, "no es la única de la que disponía el Centro de Coordinación y Emergencia para la gestión de la catástrofe del día 29 de octubre", ya que contaba con los avisos de Aemet y las propias llamadas de los ciudadanos, "al menos en este episodio de inundaciones (...) era fundamental que esa información se transmitiera en tiempo para conocer la situación real de los volúmenes de agua que circulaban por los cauces de los cursos fluviales con dispositivos del SAIH, en este caso en el barranco del Poyo".
Al respecto, fuentes de la CHJ han hecho notar que el análisis de la Guardia Civil "pasa por alto" el manual de funcionamiento del SAIH que la propia confederación remitió a la jueza y donde se explica que hay un periodo de unos 25-30 minutos entre la toma de datos del sensor y su visualización en el centro de control y, por lo tanto, en la web del SAIH.
Por ello, apunta, el informe da por buenas las horas en las que se recogieron los datos en campo para avalar la tesis de un supuesto silencio informativo durante dos horas, cuando lo cierto es que hasta las 17.50 no llegó al SAIH el valor de caudal equivalente al tercer umbral de aviso. Un tercer umbral de aviso que, apostillan, se superó ya por la mañana y que provocó que el Centro de Coordinación de Emergencias decretara la Alerta Hidrológica a las 12.20 horas "sin que tomara ninguna otra medida extraordinaria".
"Cuando el servicio del SAIH validó y verificó esta nueva subida vertiginosa de caudal, se envió el correo de las 18.43 horas al CEE, con el valor último de caudal del que se disponía", recalcan estas fuentes.
"ACTUALIZADA CADA CINCO MINUTOS"
En cuanto a la referencia de la Guardia Civil sobre la importancia de comunicar la información al Centro de Emergencias, para la confederación se obvia que la información estaba disponible en todo momento en la web del SAIH y en la aplicación SAIHWIN, "actualizada cada cinco minutos".
Por último, aseveran que el informe se centra en el SAIH, Aemet y las llamadas al 112, pero no alude al resto de fuentes de información que según el Plan de Inundaciones intervienen en una emergencias, ya que nada dice de los servicios de intervención desplegados en el territorio o de los puntos de control manuales en los barrancos donde no hay sensores, como es el caso del barranco de la Horteta, por ejemplo.
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