
La profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Cristina Rihuete ha señalado que los inicios de "tantas desigualdades que hemos heredado" tienen su origen en la Prehistoria reciente. "Esa idea de que habido un rico siempre, de que ha habido explotación siempre, no es verdad, ese origen lo rastreamos muchas veces en sociedades de la Edad del Bronce", ha explicado.
Sobre este asunto tratará la experta esta semana en Ramales de la Victoria, que acogerá desde este martes, 29 de julio, y hasta el 31 de julio la XVIII edición de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) que, un año más, se dedicará a profundizar en temas de la Prehistoria.
En concreto, esta temporada la comarca Asón-Agüera contará con el monográfico 'Interrogando a los muertos', dirigido por el profesor del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) Igor Gutiérrez, y tres conferencias abiertas al público que se centrarán en las prácticas y comportamientos funerarios de las sociedades pasadas en distintos puntos de la Península Ibérica.
Rihuete será una de las ponentes de las charlas que se ofrecerán el martes, miércoles y jueves en el Salón de Actos de la Fundación Orense, a las 20.00 horas, en las que se hablará del pasado y de sus sociedades.
Su conferencia se centra en 'El Argar: el descubrimiento de una civilización de la Edad de Bronce'. Según Riuhete, "puede haber diferencias enormes entre el calcolítico del Cantabria y el calcolítico de Andalucía".
Rihuete, que trabaja mano a mano con los profesores Rafael Micó y Vicente Llul, ha concretado que ella y su equipo estudian las sociedades de la Prehistoria reciente, las neolíticas y las de la Edad de los Metales, antes del Hierro, "antes de que los estados del Mediterráneo y del Próximo Oriente se pongan en movimiento y empiecen a colonizar amplias zonas, tanto de Europa como en el Mediterráneo".
La arqueóloga y sus compañeros han investigado en profundidad el yacimiento de El Argar, un grupo arqueológico de la Edad del Bronce situado en el sudeste de la Península Ibérica: "Es una sociedad compleja de la que sabemos mucho gracias a unos proyectos muy intensos que hemos llevado adelante desde el 2008".
Proyectos por los que fueron galardonados con el Premio Nacional de Arqueología en 2024 y ocuparon páginas en medios internacionales tan prestigiosos como el New York Times o el National Geographic.
Sus investigaciones han concluido que en El Argar hubo una producción de armas que no estaba pensada para la cazar. "El Argar fue una sociedad polarizada, en la que hay conflictos importantes y en la que la violencia cumple un rol muy específico", ha indicado la experta, que ha indicado que la gente que vivió después allí anuló "todo recuerdo de esa sociedad". "Acabó tan mal que intentaron borrar de sus prácticas cualquier resquicio o recuerdo de lo que había hecho esta gente", ha dicho.
Según ha explicado, El Argar fue también una sociedad "altamente jerarquizada", una sociedad de clases con diferencias sociales que se manifestaron en un acceso diferencial al consumo, en una riqueza diferente y en las tumbas, ya que comenzaron a enterrar a sus finados bajos sus casas.
Además, Rihuete ha recordado que en los años 80 Vicente Lull "estableció diferentes categorías socioeconómicas en función de la tumba en que se enterraba a las personas", en las que ya se constatan diferencias por género.
Ha señalado que un elemento que aparece prácticamente en la totalidad de las tumbas excavadas con independencia de que sean más ricas o más pobres, de hombre o de mujer, es un pedazo de carne que, eso sí, tiende a ser de mejor calidad y tamaño cuanta más relevancia tuvo o se intuye tuvo esa persona antes de fallecer.
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