
Las mujeres, las personas más mayores y aquellas con un nivel educativo más bajo tienen una percepción más negativa sobre los mamíferos carnívoros, según un estudio internacional liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Así ocurre principalmente en América y en Asia, donde el número de estudios realizados es mayor, mientras que en África, sin embargo, ni la edad ni el sexo influyen en la visión social de estos animales.
Entre los resultados del estudio publicado en 'Human Dimensions of Wildlife', en el que se analizaron variables como la edad, el sexo, el nivel educativo o el lugar de residencia, también destaca que la población urbana y con mayor renta también tiende a tener una visión positiva de los carnívoros.
"En general, la formación y el conocimiento sobre los carnívoros mejoran la percepción, por lo que se pueden implementar medidas tendentes a que la población en su conjunto conozca mejor los efectos beneficiosos que los carnívoros aportan a la sociedad", ha destacado el investigador del Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la UCM y coordinador del estudio, Jorge Lozano.
Hasta la fecha, los estudios existentes sobre el tema eran de carácter local o regional, lo que hace que la información esté fragmentada. "Esta es la primera vez que, al examinar todos los resultados en conjunto, para todas las regiones y todas las familias de carnívoros, se pueden describir objetivamente patrones globales sobre percepción y qué variables socioecológicas comunes influyen a la hora de ver a una especie como positiva y beneficiosa o negativa y perjudicial", ha detallado Lozano.
ANÁLISIS DE 146 ESTUDIOS ENTRE 2000 Y 2020
Para llevar a cabo la revisión bibliográfica, se han analizado en detalle 146 estudios realizados por todo el mundo entre los años 2000 y 2020, que recogían la asociación entre percepciones sociales positivas, negativas o mixtas con variables socioeconómicas como el sexo, la edad, la renta o el nivel educativo, así como con características relacionadas con los actores sociales, tales como si estaban implicados en actividades turísticas o de conservación, si eran granjeros y cuidaban ganado o si eran cazadores. Además, también se han tenido en cuenta aspectos relacionados con las propias especies de carnívoros, como la existencia previa de daños o la extensión de los mismos.
De esta forma, otras de las conclusiones es que tener y cuidar del ganado se asocia con percepciones negativas hacia los carnívoros, especialmente hacia los cánidos (lobos, coyotes o zorros, entre otros), como también ser cazador. La percepción puede mejorar cuando el tamaño de la granja y la diversificación de ingresos aumentan. Por último, haber sufrido algún tipo de daño previamente favorece la percepción negativa de los carnívoros, mientras que la existencia de conocimiento ecológico tradicional parece asociarse con visiones más positivas.
"Que estos grupos sociales participen en programas de conservación y que las diferentes administraciones gestionen mejor los posibles daños que a veces los carnívoros producen mejorará la percepción de estos animales y facilitará la convivencia con unas especies que son esenciales para la sostenibilidad del planeta y la sociedad humana", ha concluido Lozano.
Además de la UCM, en el trabajo han participado la Universidad Leuphana de Lüneburg (Alemania), y la Universidad de Utrecht (Países Bajos).
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