Un escándalo de escuchas pone contra las cuerdas al Gobierno de Tailandia

La salida de un destacado socio de coalición pone en jaque el Gobierno tras una crítica de la primera ministra a su propio Ejército

Una crítica velada de la primera ministra de Tailandia, Paetongtarn Shinawatra, a su propio Ejército ha desatado una tormenta política en el país que amenaza con hacer inviable su mandato tras la retirada de un destacado socio de la actual coalición de Gobierno.

La crisis ha estallado en el marco de las tensiones fronterizas que están afectando a las relaciones con la vecina Camboya en torno a unos territorios bajo disputa histórica. El pasado día 15 fue divulgada una conversación entre la primera ministra tailandesa y el ex primer ministro camboyano Hun Sen, una figura que todavía ejerce una enorme influencia en la política de su país.

En esta conversación, la primera ministra criticó al general Boonsin Padklang, responsable del Ejército en parte de la frontera con Camboya, por obstaculizar los esfuerzos para relajar la tensión. Las críticas al Ejército son un tema extremadamente sensible en Tailandia y más si proceden de un miembro del clan Shinawatra. El padre de Paeongtarn, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, fue expulsado del poder en 2006 por los militares, objeto frecuente de sus acusaciones.

"Solo quiere hacerse el tipo duro y hacer declaraciones que no facilitan las cosas", declaró la primera ministra sobre el militar, al que además le describió como "del bando contrario", durante los veinte minutos de conversación con Hun Sen, amigo de su padre --de hecho su hijo, Hun Manet, es el actual primer ministro del país, en otra prueba de los vínculos entre las dos familias-- después de que el general asegurara que cualquier ataque contra las fuerzas tailandesas en la frontera sería recibido con medidas de represalia.

El miércoles 18 el partido conservador tailandés Bhumjaithai, segundo partido más grande de la coalición, anunció su salida del Gobierno tras acusar a la mandataria de "poner en entredicho el honor de Tailandia, la dignidad nacional, al pueblo y al Ejército"; una pérdida de 69 escaños que ha reducido significativamente la mayoría de Paetongtarn, quien ha dedicado los últimos días a efectuar actos de contrición, comenzando con una conversación con el general Booksin para pedirle disculpas.

El militar parece haber perdonado a la primera ministra pero de todas maneras le ha pedido, en una entrevista concedida al diario tailandés 'The Standard', que "actúe con determinación y mantenga la cabeza fría a la hora de resolver los problemas que se le presentan", en referencia a la inexperiencia de la mandataria, quien antes de llegar al poder jamás había ocupado un cargo público, en una de las críticas recurrentes de sus opositores, en particular grupos promonárquicos, tradicionalmente enfrentados a la dinastía familiar.

En medio del embrollo, Paetongtarn ha visitado este viernes a las tropas en un puesto fronterizo con Camboya para exhibir su respaldo al Ejército, y se ha visto finalmente en persona con el general para agradecerle su trabajo. "Tiene mi palabra de que el Gobierno respalda por completo al Ejército", ha declarado la primera ministra a la espera de ver qué decide otro de sus socios de coalición, el Partido de la Nación Tailandesa Unida, que tiene en su mano la supervivencia o la destrucción de la alianza merced a los 36 escaños que tiene en la cámara.

Para terminar de complicar la situación, el presidente del Senado tailandés, Mongkol Surasajja, ha presentado este viernes una petición por partido doble ante la Comisión Nacional Anticorrupción (NACC) y el Tribunal Constitucional para que investiguen a la primera ministra al denunciar que la conversación con Hun Sen podría representar "una grave violación de la constitución y de los estándares éticos".

Además, grupos de protesta antigubernamentales, conocidos colectivamente como la "Fuerza Unida de la Tierra" y de corte ultranacionalista, han anunciado este viernes la convocatoria de una manifestación el próximo día 28 ante el Monumento a la Victoria en Bangkok para exigir la dimisión de la mandataria por "violar su juramento de lealtad al país".