
El secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE), Diego Ayuso, ha resaltado el papel de las enfermeras para ofrecer cuidados dermocosméticos a los pacientes con cáncer que alivien los efectos adversos de los tratamientos, al tiempo que ha señalado que su intervención puede mejorar la autoestima de estos pacientes.
"Sobre todo, devuelven al paciente una parte de sí mismo que siente que ha perdido. Por eso hablamos de autocuidado, pero también de autoestima, de bienestar emocional, de humanidad", ha manifestado Ayuso durante la II jornada 'Cáncer y autoimagen: cuidados dermocosméticos en el paciente oncológico'. Un encuentro dirigido a enfermeras y que ha sido organizado con la colaboración de La Roche Posay.
La jornada tiene el objetivo de seguir con la formación continuada de las enfermeras. "Cuando hablamos de oncología, a menudo nos centramos en la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia. Pero sabemos que el cuidado integral del paciente también pasa por aspectos que, aunque puedan parecer secundarios, son determinantes: cómo se siente el paciente al mirarse al espejo, cómo vive los cambios en su piel, en su cabello, en su cuerpo. La autoimagen está estrechamente ligada a la dignidad. Y dignificar el cuidado es precisamente lo que hacemos las enfermeras y los enfermeros", ha señalado el presidente del CGE, Florentino Pérez.
Por su parte, la directora del Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería, Pilar Fernández, ha asegurado que "esencial" reconocer cómo la percepción de uno mismo influye en la calidad de vida y en la adherencia terapéutica.
"Un paciente que se ve bien, se siente mejor y, por ende, enfrenta su enfermedad con mayor fortaleza. El cáncer no solo afecta al cuerpo a nivel físico, sino también a la identidad, a la autoestima y a la forma en la que las personas se relacionan con su entorno. Y es justamente ahí donde el cuidado enfermero marca la diferencia", ha apuntado.
Para ser conscientes de cómo afecta a los pacientes un proceso tan agresivo como el del cáncer, durante la jornada han podido escuchar el testimonio de Gema Gómez, una paciente de cáncer de mama H2+, uno de los más agresivos, pero también de los más estudiados. A lo largo de su proceso ha pasado por quimioterapia, cirugía, radioterapia y quimioterapia otra vez. Actualmente está curada, con revisiones periódicas.
"Por encima de toda la parte física, que es muy dura, el viaje emocional es lo peor, sobre todo por la incertidumbre y el miedo. Al final acabas siendo otra persona. Vivimos en una sociedad en la que es difícil estar triste, con el duelo, el miedo y lo mal que lo estás pasando no puedes mostrar que estas triste", ha subrayado Gómez.
En este punto, ha destacado que las enfermeras son claves en todo el proceso: "Me han ayudado mucho más que los médicos. Los médicos te ayudan en lo físico, pero la enfermera es la que te ayuda en todo el proceso emocional. La enfermera me anticipó cosas que me podían ayudar, me sugirió que me tatuara las cejas para que no me viese tan rara, me aconsejó cómo preparar mi piel, es la que ha estado conmigo en la quimio, la que me acompañó al quirófano me han puesto el tratamiento, pero han hecho millones de cosas que te ayudan en lo emocional".
TRATAMIENTOS Y PIEL
Por su parte, la coordinadora de la Unidad de Investigación Oncología Médica del Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid), Tatiana Massarrah, ha analizado los efectos adversos de las terapias oncológicas en la piel, especialmente en cabello, piel y uñas.
De este modo, ha señalado que se va hacia una medicina personalizada, en la que los tratamientos abordan la enfermedad de forma mucho más precisa. "Igualmente debemos llevar a cabo desde nuestra práctica enfermera una aproximación al paciente de forma individualizada, contemplando además de la propia enfermedad, otros aspectos los emocionales, psico-sociales, culturales y espirituales", ha añadido.
También considera necesario adaptarse al perfil de cada paciente, con una visión integral, "siendo esencial personalizar la información y la educación en lo referente a su proceso de enfermedad, del tratamiento y de los posibles efectos adversos que puedan aparecer, fomentando y reforzando su autocuidado".
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