Para enero de 2025, más de 9.600 ojivas nucleares, de las 12.200 desplegadas, estaban listas para su uso potencial
El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) ha advertido en su último informe publicado este lunes de que está emergiendo "una nueva y peligrosa" carrera armamentística nuclear, en un momento en el que los mecanismos de control de armas están "gravemente debilitados". Los tiempos en los que se reducía el número de armas nucleares "está llegando a su fin", ha dicho Hans M. Kristensen, investigador del SIPRI y director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Americanos (FAS) y en su lugar se ha instaurado "una retórica nuclear más agresiva". Así, el SIPRI ha destacado que casi todos los Estados que poseen armas nucleares han continuado durante 2024 con "intensos programas" para mejorar y modernizar ese arsenal, rompiendo así con el desmantelamiento que se venía produciendo desde el final de la Guerra Fría y que había estado superando el nuevo despliegue de ojivas. Se estima que para enero de 2025 existían 12.241 ojivas desplegadas, de las cuales 9.614 formaban parte de los arsenales militares disponibles para su potencial uso potencial. Casi todas pertenecen a Rusia o a Estados Unidos, aunque China puede mantener algunas montadas en misiles incluso en tiempos de paz.
POTENCIAS NUCLEARES
Rusia y Estados Unidos poseen de manera conjunta alrededor del 90 por ciento de todas las armas nucleares. Si bien el tamaño de sus respectivos arsenales se ha mantenido estable durante 2024, ambos han puesto en marcha programas extensos de modernización que podría significar un aumento de estos arsenales en el futuro si no se acuerda limitarlos, más después de finalizar el Tratado START el próximo año. China, que cuenta con menos de 600 ojivas, es el país que más rápido está desarrollando su programa nuclear, con unas cien ojivas anuales desde 2023. El SIPRI estima que para finales de esta década, el coloso asiático puede llegar a tener los mismos misiles balísticos intercontinentales que Rusia y Estados Unidos. Se espera que Francia, Reino Unido, India y Pakistán continúen con la modernización de sus respectivos programas nucleares como hasta ahora, con el agravante de las tensiones entre los dos países asiáticos, que pusieron "en riesgo que un conflicto convencional derivara en una crisis nuclear". "Esto debería servir como una seria advertencia para los Estados que buscan aumentar su dependencia de las armas nucleares", ha advertido Matt Korda, investigador del SIPRI y subdirector del Proyecto de Información Nuclear del FAS. Por su parte, Corea del Norte continúa priorizando su programa nuclear militar como elemento central de su estrategia de seguridad, tal y como ha dejado constancia el líder norcoreano, Kim Jong Un, quien pidió una expansión "ilimitada" del programa nuclear. Israel, que como recuerda el SIPRI no reconoce públicamente poseer este tipo de arsenal, está desarrollando su programa nuclear, viene realizando pruebas de misiles y está mejorando sus instalaciones de producción de plutonio. A todos ellos, hay que sumarles los países que aspiran a desarrollar sus programas nucleares o bien a acoger este tipo de arsenales, es el caso de Bielorrusia, por ejemplo, en colaboración con Rusia, o varios miembros de la OTAN, quienes se han prestado a ceder su territorio al armamento nuclear estadounidense. Sin embargo, el SIPRI remarca que las armas nucleares no son garantía de seguridad, como ha demostrado el último aumento de las tensiones entre India y Pakistán. "No evitan los conflictos", por el contrario, "pueden terminar haciendo que la población de un país esté menos segura", ha incidido Korda.
INCERTIDUMBRE GEOPOLÍTICA
El SIPRI destaca que este acelerón en la carrera nuclear se produce en un contexto cada vez mayor de inseguridad e incertidumbre geopolítica, que han dejado conflictos como las guerra en Ucrania y Gaza. Asimismo, ha destacado que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado una "incertidumbre adicional" en Europa y otras regiones del mundo debido a la "fiabilidad como aliado, donante o socio económico" del presidente de Estados Unidos.
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