Los candidatos favoritos a la Presidencia de Corea del Sur, el conservador Kim Moon Soo y el opositor Lee Jae Myung, han hecho este martes un llamamiento a la movilización, apenas horas después de que hayan abierto los colegios electorales para elegir al sucesor de Yoon Suk Yeol, destituido tras su intento fallido de declarar la ley marcial. "¡Ciudadanos, por favor, participen! Deben evitar que la República de Corea, que ustedes crearon con su sudor y pasión, se derrumbe", ha declarado en redes sociales Kim, que concurre a las presidenciales con el Partido del Poder Popular (PPP), sobre unos comicios que ha considerado como "la última oportunidad para bloquear la dictadura de un presidente monstruoso y proteger la democracia liberal, el Estado de derecho, la economía de mercado y la alianza entre Corea y Estados Unidos". El candidato del PPP ha pedido "encarecidamente" el apoyo de los surcoreanos presentándose como "la única alternativa que puede proteger" al país "en este momento". "Por favor, demuestren con su voto que la verdad puede vencer a la mentira, que la democracia puede expulsar a la dictadura y que la justicia y el Estado de derecho están vivos", ha señalado. Por su parte, el aspirante del Partido Demócrata, Lee Jae Myung, ha pedido la participación masiva en estos comicios "para que podamos superar la crisis actual y avanzar como una República de Corea que se recupera y crece". En una publicación en su cuenta de Facebook ha asegurado que "la guerra civil aún no ha terminado, y nuestra sociedad sigue sumida en el caos y la desconfianza", si bien se ha mostrado optimista al considerar que el pueblo surcoreano "juzgará con severidad y determinación". Más de 50 millones de personas están llamadas a votar en unas elecciones anticipadas vistas por muchos como una posibilidad de romper el bloqueo institucional derivado de la dicotomía que representa contar con un Parlamento controlado por la oposición frente a una jefatura de Estado de signo político contrario. Es precisamente este 'impasse' el que supone una de las grandes preocupaciones del electorado surcoreano, que teme un debilitamiento del país en un momento de grandes desafíos internacionales. Con el objetivo de restablecer al fin la calma tras el torbellino político desatado por el expresidente Yoon, que hace frente ahora a cargos por insurrección y abuso de poder, estos comicios concentran toda la tensión devenida durante los últimos meses.
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