Las autoridades denuncian que el muerto es un empleado público e Israel resalta que era "un terrorista" de Hezbolá
Al menos una persona ha muerto este jueves a causa de un bombardeo ejecutado por el Ejército de Israel en los alrededores de la ciudad libanesa de Nabatiye (sur), según han denunciado las autoridades locales, que han indicado que el fallecido es un empleado público que se encontraba en un edificio civil atacado por las fuerzas israelíes. El alcalde de Nabatiye el Fauqa, Zein Ghandur, ha señalado que "el ataque ha alcanzado una instalación civil que pertenece a la Alcaldía, concretamente unos pozos que alimentan con agua potable a varios barrios", tal y como ha recogido el diario libanés 'L'Orient-Le Jour'. "Esto ha pasado cuando el empleado municipal Mahmud Hasán Atui se encontraba en el lugar durante su trabajo para operar el pozo y bombear agua a casas y áreas residenciales, lo que ha causado su martirio", ha denunciado, al tiempo que ha condenado "con la mayor firmeza" el bombardeo, que ha tildado de "agresión flagrante contra civiles". Por su parte, el Ejército israelí ha confirmado su responsabilidad y ha detallado que el ataque ha sido ejecutado por un dron militar, antes de afirmar que el objetivo era "un terrorista" del partido-milicia chií Hezbolá que "trabajaba para restaurar una instalación usada para manejar el sistema de defensa" del grupo. "Esta actividad supone una violación flagrante del acuerdo (de alto el fuego) entre Israel y Líbano. El lugar ha sido atacado varias veces durante las últimas semanas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI)", ha esgrimido, antes de reseñar que "seguirá actuando para eliminar cualquier amenaza para el Estado de Israel y evitar cualquier intento de Hezbolá de restablecerse". El Ejército de Israel ha defendido en otras ocasiones sus bombardeos argumentando que actúa contra actividades de Hezbolá y que, por ello, no viola el alto el fuego, si bien tanto Beirut como el grupo se han mostrado críticos con estas acciones, igualmente condenadas por Naciones Unidas. El pacto, alcanzado tras meses de combates al hilo de los ataques del 7 de octubre de 2023, contemplaba que tanto Israel como Hezbolá debían retirar sus efectivos del sur de Líbano. Sin embargo, el Ejército israelí ha mantenido cinco puestos en el territorio de su país vecino, algo también criticado por las autoridades libaneses y el grupo chií.
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