
El espécimen de la especie de pez abisal 'Diablo Negro' aguarda desde esta semana en el almacén de la colección húmeda del Museo de Ciencias Naturales (MUNA) de Santa Cruz de Tenerife, desde donde ahora se conserva en una solución de alcohol etílico con el fin de garantizar su estado para la investigación, donde no se descarta su posible muestra al público en exposiciones puntuales.
El pez, una hembra adulta y que normalmente vive en profundidades abisales, y acabó muy cerca de la superficie y a unos dos kilómetros de la costa de Tenerife, aunque en un estado de salud muy precario hasta que murió horas después.
Así, su salud no era "muy halagüeña" en el momento de su recogida en el mar, según ha explicado ante los medios el conservador de biología marina del MUNA, Alejandro de Vera, que ha calificado de "excelente" el estado de conservación en el que se encuentra el especímen a pesar de haber fallecido al poco tiempo de ser hallado.
Ha asegurado que, probablemente, "no sepamos nunca" las causas por las que esta especie arribó desde tanta profundidad, pero si se atiende a diversos factores, podría haber sido arrastrado por corrientes marinas, por una enfermedad o por algún tipo de actividad de pesca en profundidad.
La especie, conocida como 'Melanocetus johnsonii', habita en aguas profundas, generalmente entre los 200 y los 3.000-4.000 metros de profundidad, y su característica más notable es el apéndice dorsal dotado de bacterias bioluminiscentes que utiliza para atraer a sus presas en la oscuridad de las profundidades.
Normalmente solo se han registrado larvas o ejemplares en estado deteriorado cerca de la superficie y la hembra es mayor que el macho, llegando hasta los 18 centímetros.
Desde la investigación, este hallazgo podrá ser importante desde el punto de vista de la biogeografía, en referencia a la distribución de las especies, sobre todo en el ámbito de análisis genéticos que demuestren posibles relaciones que comparten los ejemplares de esta especie en el mundo abisal.
"Nos puede ayudar a entender un poco, dependiendo de los parentescos genéticos que se localicen, lo que ocurre en las profundidades del océano", ha puntualizado el conservador del museo en declaraciones a Europa Press.
PROTOCOLO DE CONSERVACIÓN
En el acto de presentación de la especie a los medios de comunicación, el consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, José Carlos Acha, ha celebrado "fortuna" de que la isla cuente con este ejemplar, que ha llegado en "muy buenas condiciones".
Por su parte, Alejandro de Vera ha puntualizado las características de este animal, cuyo avistamiento ya fue "bastante raro", ya que habita a partir delos 200 metros de profundidad. Así, también es "excepcional" por encontrarse enla superficie, y además "vivo", aunque por unos momentos iniciales.
En cuanto a las hipótesis que se manejan de por qué estaba este pez en la superficie del mar y cerca de la costa de la isla, ha indicado de Vera diversos factores, como las corrientes marinas, posibles enfermedades internas, o artes de pesca profunda que lo arrastrasen, ya que esta especie tiene capacidad de natación pero "no la suficiente como para desplazarse a donde quieren".
"En el primer examen en el museo el pez estaba íntegro, en un estado de conservación excelente, sin huesos rotos ni defectos en la piel, así como sin marcas de mordeduras, por lo que no parece que haya llegado a través de ningún tipo de depredador", ha añadido.
La directora del MUNA, Fátima Hernández, ha subrayado ante los medios los "estrictos protocolos" de los que se nutre la actividad de los almacenes de ciencias naturales, que mantienen "millones de especímenes" de "interesantes" organismos vinculados al patrimonio natural y cuya investigación solventa problemas que afecta a la humanidad, entre ellas el cambio climático y los pesticidas.
Tampoco se ha olvidado de destacar "el interés" de los biólogos marinos por las grandes profundidades, de las que procede el 'Diablo Negro', con en torno al 3 y un 4 % de conocido en cuanto a los océanos, ya que los esfuerzos se han radicado más en la superficie por diversas dificultades.
En cuanto a la conservación de las especies marinas que utilizan en el MUNA de Tenerife, se hace uso de un proceso de fijación previa con formol, en favor del mantenimiento de los tejidos, y, pasadas entre 24 y 48 horas, se introduce en una solución de alcohol etílico al 70%.
Sin embargo, esa fase previa con formol, según ha expresado el conservador, aporta problemas a la hora de afrontar estudios genéticos, desventaja que se suele atajar la recogida previa de una muestra de tejido muscular para garantizar ese análisis futuro.
En el caso del 'Diablo Negro', debido a su pequeño tamaño, de en torno a 7 u 8 centímetros, se decidió no intervenir en la especie y se ha sumergido directamente en alcohol etílico, que permite no afectar al ejemplar y conservarlo para futuros análisis biológicos.
POSIBLE EXPOSICIÓN AL PÚBLICO
De Vera ha indicado a Europa Press que, en principio, no se descarta la exposición al público de este especímen en el MUNA, siempre en función de las líneas expositivas que aloje el museo en determinadas ocasiones.
"Dada la repercusión mediática que ha tenido, nos plantearemos a lo mejor en un futuro no muy lejano hacer un pequeño módulo donde durante un tiempo se pueda (exponer al público)" ha dicho.
'El Diablo Negro', además de estar inmerso en una solución del alcohol, también precisa de otras condiciones ambientales específicas para su conservación a largo plazo.
De este modo, el almacén de la colección húmeda del Museo de Ciencias Naturales (MUNA) de Santa Cruz de Tenerife cuenta con un control de temperatura y humedad que durante todo el año registra los valores, según ha especificado a esta Agencia Alejandro de Vera.
"Las colecciones siempre tienen que estar en las condiciones lo más estables posibles: con una humedad de entre el 50 y 60%, una temperatura entre los 19 y 20 y pocos grados, que no hayan fluctuaciones, y que sí haya oscuridad, porque la luz ataca a los pigmentos de la piel del ejemplar", ha especificado.
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