La princesa Letizia celebró su cumpleaños, 40, con una sesión de fotos con el Príncipe y sus dos hijas, Leonor y Sofía. Los 40 años de una persona siempre son importantes. Ignoro por qué la sociedad le da especial interés a que una persona cumpla 20,30 o 40 años, lo de la edad siempre me pareció algo muy relativo.
Conozco a muchas personas de 20 años que tienen una actitud arcaica, cerrada y más se parecen en su actitud a lo que podemos pensar de una persona de 80. Digamos que, a mi manera de ver las cosas, la edad poco importa, lo que de verdad hace a un ser, es su forma de actuar, su manera de comunicarse, sus inquietudes.
La sociedad impone gestos
Está claro que cuando se trata de la realeza la sociedad impone a esa familia algún tipo de actividad, alejada de su agenda habitual. Es cierto que Casa Real había dicho que, en estos momentos de crisis, sus integrantes iban a dejar de celebrar a lo “grande” y sin estipendios este cumpleaños. Pero la imagen es la imagen y siempre, como es sabido, vale más que mil palabras.
Letizia en familia
La sorpresa ha sido grande puesto que la Princesa no es dada a dejarse fotografiar en familia, su familia, por la que trabaja, como con el Príncipe, es sagrada, jamás fotos fuera de tiempo, nada de fotos tomadas en la lejanía, nada de “paparazis”, sus guardaespaldas saben lo que quiere la princesa, de acuerdo con el príncipe, desde el día en que se dieron el “sí quiero” en la catedral de la Almudena de Madrid, el 22 de mayo del año 2004, día lluvioso, en el recuerdo de todos.
Durante 8 años hemos visto a la princesa hacer un gran esfuerzo para adaptarse a la Casa Real española, desde aquel uno de noviembre en que los Reyes anunciaron el compromiso del Príncipe con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano sólo ella sabe lo que ha luchado para conseguir lo que dijo a sus ya ex colegas en sus primeras palabras de la mano del Príncipe: “He venido a trabajar junto al Príncipe”.
En ese momento pensé que Letizia se alejaba de la novia romántica que sólo se casa por amor, me chocó, cuando una mujer se casa con el “príncipe de su vida” en muy pocas ocasiones revela sus intenciones posteriores. Letizia lo hizo y me noqueó, la verdad, una mujer que viene del pueblo, y se casa con el heredero al trono español, hubiera debido tener el corazón tan contento como para olvidar sus inmediatas obligaciones.
Muy terrenal
Su capacidad tan terrenal y fría, al mismo tiempo, dejó pasmado a más de uno. Letizia, en su primera aparición como futura princesa ya demostró que iba a seguir manteniendo su fuerte personalidad que, seguro, le viene de sus raíces asturianas. En un impulso único hizo callar al Príncipe para dejar bien claro que ella iba a dejar que la Reina Sofía, su suegra, le diera clases y ella procuraría ser lo más aplicada posible.
Princesa “abducida”
Un intelectual, cuando en aquellos momentos le pregunté si creía que Letizia iba a llevar sabia nueva a la Casa Real española, fue escueto y concreto: “No, ninguna ilusión vana, Letizia será abducida por esa Monarquía, nada más”.
Lejos de ser una princesa abducida durante estos años ha demostrado tener mucho carácter, saber lo que quiere e intentar llevar al agua a su molino. Generalmente sin poder. Letizia pasaba de la moda, pasaba de ser una princesa modelo, ella siempre quiso que se la valorara por su saber hacer, por su trabajo en esa Monarquía y siempre al lado del Príncipe, aunque desde 2007 tiene agenda propia.
Estudiante de princesa
La periodista dejó de existir para ser una estudiante de princesa al lado de la Reina Sofía, la Reina, siempre amable y muy paciente, dejó que la nueva princesa empezara a volar y tanto vuelo cogió que la Reina, al menos en la web de la Casa Real de hoy, sólo aparece en una foto con el Rey, y después de vacaciones ha tenido un par de actos oficiales, si no llevo mal la cuenta.
Es decir, la alumna creció y cogió su lugar, tan alto lugar que ha dejado en un segundo lugar a la Reina, (ignoro el por qué, otro día lo analizaré) para ser una de las personas más requeridas de la Casa Real española.
Sin “allure”
Hay que escribirlo todo, a la princesa le falta llegar al ciudadano, la princesa, ella lo sabe, también sus allegados, le falta el “allure” para que todo el mundo la crea cercana, hace falta ser cercana, es necesario para ella y para la Casa Real que lo sea, que lleguen sus formas, muchas personas la creen altanera y un poco prepotente.
Amorosos
Es fría, Letizia parece muy fría y distante, aunque en estas fotos en su espacio vital más querido, su residencia cerca de la Zarzuela, está con el Príncipe, su marido, se muestran amorosos, de hecho se sabe que se casaron enamorados y la llama, a tenor de lo que vemos en estas fotos, no parece haberse apagado, se muestra cariñosa y divertida con sus hijas en la chaise longue del jardín.
Felipe ganó
El Príncipe, eso si es cierto, ha ganado desde que Letizia anda a su lado, sonríe con frecuencia, algo que era imposible antes y quizá sí que el Príncipe ha ganado en cercanía con los ciudadanos pero como los españoles son “juancarlistas” cuando le comparan con el Rey Juan Carlos, su padre, le encuentran “muy soso” .
Demasiado perfecta
En estos ocho años lo que más se ha constatado de Letizia es su afán por la perfección y por querer hacer su trabajo tan perfectamente que le da un aspecto tenso, hemos visto sus cambios estéticos que le han dado, muy en especial la operación de la nariz, una aspecto más dulce, pero la han alejado de su personalidad de rompe y rasga, la nariz con la que la conocíamos en el Telediario, le daba un encanto único, la dulzura, popularmente, es muy apreciada cuando se acompaña de muchas otras dotes, también hemos visto cómo la piel de la Princesa se ha tornado mucho más luminosa y más tersa, algunas veces tan tersa que parece una muñeca de porcelana, ¡cuidado¡. Podríamos llegar a encontrarnos con una princesa tan perfecta que no fuera de verdad.
Letizios personales
Todo es complejo y nada fácil, Letizia no lo ha tenido fácil y después de esos años plenos tiene que limar su estilismo, ella ha sabido crear sus “letizios” y eso está muy bien si es para caminar a la “altura” de quienes andan a su lado, pero su vestuario está carente de “gracia”, en estas fotos, tomadas a principios de agosto, nos hubiese gustado ver en ella esa compaginación de low cost y alguna prenda especial.
Falta encanto
Es cierto que sus diseñadores favoritos son Felipe Varela y Lorenzo Caprile, por suerte la moda española tiene otros diseñadores que saben hacer su trabajo, también la hemos visto con vestidos de Ailanto, de Armad Basi, de Custo. Pero a la princesa, me dicen que no tiene estilista, le hace falta alguien que le diga que no está bien siempre y en estas fotos extraordinarias hace falta la mano de alguien que la sepa aconsejar, no sólo a ella sino también al Príncipe. A la colección de fotografías que captan el alma de una familia le falta algún compendio profesional, alguien que sepa y no por ello debe significar un dispendio más para los españoles.
Cuarenta años sólo se viven una vez y ya que los Príncipes quieren mostrarnos algo de su intimidad que lo hagan al cien por cien, se les ve el amor, la familia, las risas y las caricias, falta el encanto, es lo que llega a la gente.
*Fotos: Cristina García Rodero, Casa de S.M. el Rey
