Paso a paso y con tranquilidad. El Gobierno ha anunciado un paquete de medidas, dictadas desde la gran, gran Europa por unos hijos de la gran, grandísima Europa, que nos van a dejar temblando aún más de lo que ya estábamos. Antes de continuar quiero dejar claro que los responsables de la situación, es decir, gobiernos precedentes, gobiernos autonómicos, ayuntamientos, la casta política y sus adosados, los corruptos electos o no, los ladrones que han saqueado las administraciones, los asesores del tema y los chorizos que han gestionado el sistema financiero (léase banqueros y compañía) son los menos perjudicados. A ellos se la trae floja, ya que lo que han levantado y levantan les basta y sobra para vivir como Dios mientras que nosotros, la ciudadanía, nos hundimos en la miseria. Que no nos vendan la burra, que no somos tan gilipollas, que ellos, y sólo ellos son los culpables. Y ellos, sólo ellos, tienen que pagar el destrozo, devolver hasta el último euro que han robado y siguen robando y pudrirse en una cárcel sin televisión de plasma ni gimnasio, no volver a ver la luz. Bajo estos preceptos, y ante la tangible desaparición de la clase media para ser fagocitada por la pobreza, diserto antes de que me estalle la yugular.
Los nuevos parados verán reducida su prestación por desempleo a partir del sexto mes del 60 al 50% de la base reguladora. Mientras el rico se hace más rico, el pobre, más pobre, esa es la traducción. El tipo general del IVA subirá del 18% al 21% mientras que el reducido subirá del 8 al 10%. El tipo súper reducido de bienes de primera necesidad se quedará en el 4%. Mientras el rico se hace más rico, el pobre, más pobre, esa es la traducción. Se suprimirá la deducción por vivienda habitual. Mientras el rico se hace más rico, el pobre, más pobre, esa es la traducción. Se suspenderá el pago de la paga extraordinaria de Navidad a los funcionarios (para los palmeros que aplauden la medida, más del 90 % son mileuristas, que se sepa de una vez) y también a los altos cargos de administración. De momento, diputados y senadores, está por ver, que la tienen prorrateada los angelitos. ¿Y con los asesores? ¿Alguien sabe que va a ocurrir con este cáncer?...Nada de nada, me juego un pulgar. Mientras el rico se hace más rico, el pobre, más pobre, esa es la traducción.
Todo esto y mucho más motivado porque los gestores públicos, bien por incompetentes o bien por mangantes, han tolerado, fomentado y/o participado en la aniquilación del Estado. Pero, insisto, a ellos no les afecta, siguen ahí, administrando nuestro destino, recibiendo nuestro dinero para rescatar su negocio, para que los Bankia, Banco de Valencia y compañía perpetúen para la Historia su vandalismo económico. Ahí están los salvadores de la patria, riéndose de nuestra desgracia y obligándonos a desfilar al son del himno de la Unión Europea, mientras convierten España en el puticlub del potentado del norte.
Yo confiaría en la existencia de alguna remota posibilidad si, desde el poder, viera un gesto real que salpicara también a casta, corruptos y banca. Necesito asistir al enjuiciamiento rápido, muy rápido, y transparente, muy transparente, de todos aquellos brahmanes que me han engañado. Necesito ver cómo se les embarga, a ellos y a los suyos, hasta que no tengan ni para comer. Necesito que, anteriores y presentes, paguen civil, penal y económicamente por el daño infringido. Necesito saber que el que la ha hecho, el que la está haciendo, y el que la va a hacer no va a ser un privilegiado amparándose en leyes bastardas, sino que va a sufrir cepo y horca. Entonces, y sólo entonces, quizás pueda empezar a creer que vale la pena pelear por esta España que han secuestrado y prostituido. Hasta ese momento, y ya que me han declarado la guerra, a la guerra voy, son mi enemigo. Y al enemigo, ni agua.
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