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Los siete pecados de MAFO

¿Qué le habrá pasado al probe Migué…?
Tomás Salinas
martes, 12 de junio de 2012, 07:12 h (CET)
Dice Miguel Fernández Ordóñez, MAFO para amigos y enemigos, que el Banco de España fue lento ante la crisis financiera española. Lento de narices. Pero que lo fue sin querer, que él no lo pretendía, pero que entre la hernia, el tiempo, el calor que me tiene mareado y que no me dejan hacer nada estos mamones, pues como que no he podido evitar que el sistema financiero español, los bancos y por ende España entera y parte del extranjero se hayan ido en bendita procesión a criar malvas.

El Banco de España ha presentado al FMI (Fondo Monetario Internacional, no Federación de Municipios Insolventes, no confundamos) una carta explicando los motivos por los que a MAFO y su banda de inspectores les pesó el culo para evitar el deterioro de un sector que ha llevado a España a pedir el rescate a sus socios europeos. Triste es de pedir, pero más triste es de robar. Dice MAFO que la culpa es de la regulación, del Gobierno, de las comunidades autónomas y demás restricciones. Y del ordenanza, del de las fotocopias, del auxiliar administrativo de la segunda planta, del que arregla la máquina de café, de un primo suyo de Murcia, qué hermosa eres, y de Avelina, la del estanco, que no para de provocar.

Cualquier cosa antes que reconocer la propia incompetencia. Siete razones le ha pasado a Christine Lagarde, y ésta se las ha comido dobladas. Una; los instrumentos legales adecuados para la resolución de crisis no se introdujeron hasta 2009 (la creación del FROB). En el mientras tanto, el interplanetario vaciaba la saca aliando civilizaciones y tal. Dos; el deterioro de la economía ha sido más prolongado de lo previsto (hay que ser o muy ciego o muy tonto como para no haber previsto esto…o muy ciego o muy tonto). Tres; los gobiernos tienen la culpa, pío, pío, que yo no he sido, aunque me paguen una buena morterada. Cuatro; las entidades internacionales que podían haber participado en fusiones y adquisiciones de entidades españolas ni han podido ni han querido meterse en el charco. Y no es para culparles, no. Cinco; resulta que no han podido cepillarse ni un banco de los que estaban en ruinas. Mientras han quedado dividendos a repartir, una carnicería, oiga. Seis; las cajas de ahorros, poseídas por los políticos de matacagar, imposibles de reestructurar y menos de controlar. Cuevas de ladrones todas, sin excepción. Y siete, las Comunidades Autónomas, yo fusiono mi caja, tú fusionas tu caja, él fusiona su caja, nosotros nos llevamos la mojada, vosotros os lleváis también tajada y ellos que paguen la fiesta.

Total. Siete razones de MAFO. Siete enanitos para justificar lo injustificable. Siete pecados capitales de un Gobernador del Banco de España que, por acción u omisión, parte de culpa, y grande, tiene en lo que ocurre en este país. Que tanta miseria se lleve como deja el pobre Miguel.

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