La capital de Afganistán, Kabul, ha sido atacada este mediodía por varios grupos de insurgentes. Al menos una decena de grandes explosiones han sacudido el centro de la ciudad, y más concretamente el hotel Kabul Star, situado justo en frente del palacio presidencial y diversas embajadas extranjeras.
El Parlamento afgano también ha sido atacado, aunque todavía no se tienen datos sobre el mismo.
De momento no hay recuento de bajas, ni tampoco información sobre los atacantes. Desde donde me encuentro varias columnas de humo alrededor del Cuartel General de la OTAN en Kabul.
La residencia del embajador español se encuentra a tan sólo unos metros del lugar, pero no hay indicios de que haya sido afectada.
Carreteras bloqueadas y la ciudad en estado de alerta máxima. La policía afgana podría haber matado a un estudiante de la Universidad Americana, aunque esto todavía no ha sido confirmado.
Los controles policiales alrededor de la zona de las embajadas podrían estar abriendo fuego indiscriminadamente. Todas las Organizaciones Internacionales se encuentran en alerta máxima y sus miembros en búnkers de protección.
Francotiradores expertos están intentando abatir a los Insurgentes apostados en lo alto del hotel Kabul Star que están lanzando cohetes contra el centro de Kabul. El hotel está en llamas.
En estos momentos los ataques continúan. Fuego esporádico de AK-47 y diversas detonaciones de granadas siguen sacudiendo el centro de Kabul.
Simultáneamente, en las provincias de Nangarhar, Logar y Paktia diversos incidentes y ataques están sucediendo en este instante.
La trata de personas se mantiene como una amenaza global impulsada por el crimen organizado, contra la cual se debe luchar a la vez que se protege a las víctimas, según señalan desde la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd).
Entre refugios, ventanas de alto el fuego y una situación humanitaria extrema, un equipo de investigadores logró preguntar a la ciudadanía gazatí cómo vive y qué espera del conflicto con Israel. El resultado es un estudio publicado en la revista Foreign Affairs, liderado por los investigadores de la UNED Laura Rodríguez-Gómez y Ángel Gómez, que revela una paradoja poderosa: incluso en medio de la devastación, hay quienes todavía creen que la paz es posible.
Sudán sigue envuelto en la guerra entre ejércitos rivales que dura ya más de dos años, pero a las zonas relativamente seguras han regresado en los últimos meses más de un millón de las personas desplazadas internamente por el conflicto y al menos 320.000 de quienes huyeron a países vecinos. Acnur confirma que, a pesar del impacto de la guerra, las personas han regresado principalmente a los estados de Jartum, Al Jazirah y Sennar.