Las autonomías fueron el año pasado las responsables
del 65% del desvío del déficit. Después de que
Bruselas haya flexibilizado el objetivo de déficit para
España en 2012 y de la incorrección del año pasado,
lograr este año el 5,3% del PIB previsto representa un
asunto clave para la credibilidad de economía española. Las Comunidades
Autónomas fueron las que más infringieron el límite previsto en 2011, del
1,3% en su caso, al alcanzar un agujero fiscal del 2,94%.
De los datos de las últimas emisiones de deuda autonómica de febrero y
marzo, de acuerdo a los datos publicados por AIAF, podemos sacar las
siguientes conclusiones:
1.- La financiación que se obtiene está prácticamente limitada a periodos que
no van más allá del 2015.
2.- Los tipos de interés que se tienen que pagar ofrecen unos diferenciales
importantes, en la mayoría de los casos por encima de los 300pb, sobre los
préstamos del BCE a las entidades financieras.
3.- Cuando se busca alargar los vencimientos de la deuda, los diferenciales
son todavía mayores.
4.- En todos los supuestos, las cantidades conseguidas, no son relevantes,
salvo los casos de la Xunta y Madrid, que representan más del 70% de lo
emitido, hasta la fecha.
Parece que los inversores no se terminan de creer los datos y descuentan
que el escenario tiene bastantes posibilidades de ir a peor. Si tenemos en
cuenta que en la actualidad se pueden entregar en determinados porcentajes
estas emisiones como colaterales al BCE, no se entiende demasiado bien
que nadie quiera ganar este diferencial entre el 1% y la oferta que ofrece el
mundo autonómico, o lo que es lo mismo una variable del cash and carry a la
española muy rentable, salvo que se prevea un escenario de pan para hoy a
hambre para mañana, o para entendernos, que el rating que enarbolan
actualmente las autonomías no se corresponde con la realidad, tanto la
conocida como la que está por descubrirse.