 En el corazón rural de la Comarca de la Sidra, en Asturias, se consolida un modelo de turismo regenerativo que enlaza cultura, biodiversidad y sostenibilidad. A través de una propuesta singular que integra alojamiento, pedagogía y conservación, un proyecto familiar ha logrado transformar una antigua quintana tradicional en un espacio vivo de memoria campesina y dinamismo rural. En ese entorno, el ecoagroturismo asturcón ha encontrado un referente singular: un ecomuseo que apuesta por preservar el patrimonio natural y cultural desde la práctica cotidiana y la participación activa.
El poni asturcón como emblema de biodiversidad y cultura rural
El Ecomuséu Ca l’Asturcón ha convertido al poni asturcón en el núcleo simbólico y funcional de su propuesta. Esta raza autóctona, reconocida como una de las más antiguas de Europa, representa no solo la riqueza genética del territorio, sino también una forma de vida vinculada al pastoreo, la economía local y la transmisión intergeneracional del saber. La presencia de asturcones en libertad dentro del recinto refuerza la experiencia sensorial y educativa que el museo ofrece a familias, escuelas y visitantes internacionales.
Además del poni, la finca acoge otras especies autóctonas en peligro de extinción como la oveya xalda, el gochu asturcelta, la pita pinta y la cabra bermeya. Esta diversidad permite comprender de forma integral el ecosistema agroganadero tradicional asturiano. La interacción entre especies, paisajes y saberes constituye uno de los pilares del proyecto, que integra también talleres de cerámica, lana, rutas guiadas y residencias de creación vinculadas a la vida rural.
Una experiencia transformadora de turismo regenerativo
Con más de 25 años de trayectoria, el ecomuseo ha sido reconocido por su excelencia turística y forma parte de la Red Ceres Ecotur, impulsando prácticas de turismo responsable a nivel nacional. Su enfoque no se limita al alojamiento rural, sino que ofrece una experiencia transformadora orientada a recuperar el vínculo entre el ser humano y la naturaleza, mediante la implicación directa en el entorno.
El auge del ecoagroturismo asturcón encuentra en este espacio una expresión auténtica, donde el valor del patrimonio inmaterial y la biodiversidad se entrelazan para dar sentido a una forma de viajar más consciente, sostenible y enraizada. Un ejemplo vivo de cómo la tradición puede convertirse en motor de futuro.
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