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Demagogia de plástico malo

No me extraña en absoluto que socialdemócratas y comunistas nos profesen el odio más profundo a los liberales. No se puede ni manipular, ni controlar, a una sociedad libre
Iria Bouzas Álvarez
viernes, 2 de septiembre de 2016, 08:47 h (CET)
Publica en estos días Pablo Iglesias un tweet en el que anima a sus seguidores a opinar si Mariano Rajoy es rico o no.

Una noticia en el país cuantificaba sus inversiones en más de 600.000 euros y según lo que escribía el líder de Podemos, eso provocaba que Mariano Rajoy estuviese apartado de la realidad.

No pude resistirme a contestarle esto: “Si después de una vida crees que ese es el patrimonio de un rico, sois peores gestores de lo que parecéis”.

No voy a negar que la frase así escrita puede resultar polémica, pero realmente es lo que pienso.

El discurso de la izquierda es una gran mentira desde el principio de los tiempos. Las medidas socialdemócratas y no digamos ya las comunistas, generan unas estructuras económicas y sociales que sitúan a la mayoría de las personas en las capas inferiores.

Una vez que tienen a una gran parte de la población viviendo con dificultades comienzan a repetir machaconamente el discurso de la culpa y la criminalización de aquellos que han conseguido ascender o generar riqueza.

¡Qué sencillo es conseguir los objetivos propios manipulando las necesidades de los demás! No me extraña en absoluto que socialdemócratas y comunistas nos profesen el odio más profundo a los liberales. No se puede ni manipular, ni controlar, a una sociedad libre.

Cada vez que le llevas la contraria a alguno de los líderes de Podemos en twitter, tienes a las horas una ristra de contestaciones de sus más acérrimos seguidores. Les recomiendo que lo prueben, ¡es la mar de divertido!

En este caso me llamó poderosamente la atención de que las contestaciones que tenían iban todas en el mismo sentido. Llamarme rica a mí también, decirme que no tengo ni idea de cómo está la mayoría de la gente y lo más curioso, muchos de los que me escribían decían que “ellos no tienen ese dinero”.

Yo tampoco tengo ese dinero, ¡ojalá!, pero que yo no tenga algo no implica que el que si lo tiene sea rico.

Mi coche es un Chevrolet Kalos que compré de segunda mano con 50.000km. Si cada español que tiene un coche mejor que el mío es rico, ¡España primera potencia mundial! No voy a decidir yo a partir de que patrimonio se es rico. Hay por ahí muchos estudios que ya lo hacen.

Pero lo que no voy a aceptar nunca es que se criminalice y mucho menos penalice, a aquellos que por méritos propios son capaces de crearse un patrimonio.

No me gusta Rajoy. De hecho no me gusta nada.

Pero Rajoy podría llamarse “Manolo Perez” tener 60 años. Dos pisos pagados y 50.000€ en acciones frutos de una vida de trabajo. Y en algún momento alguno de estos iluminados demagogos de plástico barato podrían decidir que Manolo Perez no tiene derecho a disfrutar de su patrimonio porque hay gente que no tiene eso.

Mariano Rajoy, Manolo Perez, usted o yo. La demagogia no se va a parar en un presidente del gobierno, seguirá y seguirá hasta que nos iguale a todos por abajo. A todos , menos a ellos, téngalo por seguro.

Finalmente, a aquellos que me siguen contestando por twitter quiero aclararles que, por ahora, yo no soy rica pero que todavía sigue siendo una de las aspiraciones de mi vida llegar a serlo.

Probablemente si fuese rica viviría prácticamente igual que ahora, salvo por una enorme diferencia: ¡Podría no madrugar como hace Cañamero!

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